Tanto esperamos el disco de Lavandera que, cuando llegó a finales del año pasado con sus nueve canciones de dos minutos, nos dejó con cara de «¿esto es el disco de Lavandera?». En verdad, ya conocíamos el espíritu del grupo de Luis Sánchez (música y letra son suyas), además muy bien explicado en el digipack editado por Discos de Kirlian en un texto escrito por Héctor Blanco: «La rueda. El lapicero. El chupa chups. Inventos sencillos. Se supone que el pop también ha de ser así. Se supone. Basta con dos o tres acordes más una melodía convincente y, como decimos en Asturies, «tira milles»». Al final definía las canciones, tras unas citas a Marc Bolan y Stephin Merritt como «perfectas e imperfectas: completas».

Nada en contra del formato o el concepto, pero incluso los que somos de disco corto nos quedamos con ganas de más al tener este entre las manos. Quizá porque el tiempo que sigue pasando en nuestro país desde que conocemos un proyecto hasta que nos podemos hacer con su álbum es excesivo. ¿No es la inmediatez, en todos los sentidos, una de las virtudes del pop? En cualquier caso, volviendo al planeta Tierra, cualquiera que no tuviera o tenga aún ni idea de quiénes son Lavandera, puede encontrarse en su corto largo un buen puñado de virtudes.

En primer lugar, evidentemente está la urgencia que transmiten estas breves canciones. Incluso sin necesidad de recurrir a la palabra, como sucede en ‘Jackie’. Otro instrumental, ‘El tuerto’, profundiza en los sonidos western y fronterizos, aportando variedad a un álbum que tan pronto juguetea con el punk pop de Los Pegamoides en ‘A lo zorro’ como con los punteos de los primeros La Buena Vida en ‘La duelista’, canción que por el juego de voces entre chico y chica, también podría remitir a Los Lagos de Hinault.

Suena bastante original la temática de esta última canción («Sólo el ver a dos hombres pelear me ayudará a sobrevivir») y lo cierto es que, aunque no auguramos una larga carrera a Lavandera en el mundo de la literatura, merece la pena detenerse en unos textos que parecen pasar de lo personal a lo social cuando menos te lo esperas. ‘A lo zorro’, después de presentar a toda una familia que te quiere envenenar, culmina: «Tengo poco tiempo para pensar en una solución / No sé si huir del país o matarles antes yo». La misma línea sigue el single ‘La nana del alcalde‘, una canción realmente oscura que se basa en los sonidos de la canción popular para dar más miedo todavía: «Todos los miembros de nuestros cuerpos / Son guardados por el alcalde, para que a su hijo nada le falte».

‘Submarinista’ es una canción costumbrista que musicalmente puede remitir a Beat Happening o Violent Femmes, pero la letra es digna de una canción de los mejores Mecano o de un guión de Almodóvar, y por supuesto también merecen una mención su himno ‘Superpodre’, («sobre lo bueno que sería exterminar a cierta clase de personas, y de la falta de reacción de otra clase de gente. Genocidio selectivo, eso sí, con alegría», dicen), el nostálgico tema en bable ‘Acampau’ y el cierre de ‘Valparaíso’, de nuevo con una referencia tradicional «agua dulce, agua salá». A falta de Klaus & Kinski, hay que celebrar que más grupos sigan vinculando el indie internacional con esa cosa llamada «producto nacional«.

Lavandera tocan este finde en Madrid PopFest. Les toca el sábado 7 de marzo.

Calificación: 7,3/10
Lo mejor: ‘La nana del alcalde’, ‘A lo zorro’, ‘Superpodre’, ‘Jackie’
Te gustará si te gustan: Beat Happening, Klaus & Kinski, Dos Gajos, Los Pegamoides
Escúchalo: Bandcamp