Todos sabíamos que Grooveshark, entre la ilegalidad y la alegalidad, no iba a durar mucho. Sobre todo desde que recibiera una denuncia por valor de 17.000 millones de dólares de parte de las discográficas más importantes.
Finalmente, el servicio ha decidido cerrar este 30 de abril, comunicándolo a través de una cartita a sus seguidores. “Empezamos hace cerca de 10 años con el objetivo de ayudar a los fans a compartir y descubrir música. Pero a pesar de nuestras mejores intenciones, cometimos varios errores. No hemos conseguido las licencias de gran parte de la música en el servicio. Esto ha estado mal. Nos disculpamos. Sin reservas. Como parte de nuestro acuerdo con las grandes compañías, hemos decidido cesar todas las operaciones inmediatamente”.
La carta invita a compartir música en otros servicios como Spotify, Deezer, Google Play, Beats Music, Rhapsody y Rdio, entre otros. “Si os encanta la música y respetáis a los artistas y autores, usad un servicio con licencias que compense a los artistas”.