Resulta complicado, por no decir imposible, no tener simpatía al rollo DIY con el que Matt and Kim impregnan sus canciones. Ni siquiera a pesar de que cierto tufillo arty se les cuele de vez en cuando. Por eso quizá duele un poco ver que, disco tras disco, los autores de ‘Don’t Slow Down’ no han sido capaces de entregar un trabajo notable. Y si una vez desaparecido ese aire amateur, lo que publican es algo que no sabes si va o si viene, no te queda otra más que pasar a Matt y a Kim a la carpeta de los que «antes tenían un pase».
No es que este ‘New Glow’ no tenga canciones notables, ahí están ‘Hey Now’ o ‘Can you Blame Me’ para recoger el testigo de ‘Daylight’, pero dos ideas afloran mientras las escuchas. La primera, que no tiene por qué ser algo tan malo, es que ambas podían estar firmadas por cualquier artista random de la radiofórmula o de la industria del politono. La segunda es que si el dúo pierde todo su encanto y pretende rematar la faena sonando a 300 cosas que ya hemos escuchado antes igual es momento de que comiencen a plantearse las carreras en solitario hasta caer, sin mayores dramas, en el olvido. Son demasiados intentos a la hora de firmar un LP que os haga destacar, chavales.
Hasta uno de los aspectos en el que los de Brooklyn no solían fallar -sus vídeos siempre se han caracterizado por ser originales y divertidos – naufraga aquí en un desganado y anodino ‘Get It’ que convierte la canción en un single presentación indigno lo mires por donde lo mires. Esto con ‘Lessons Learned’ no pasaba.
El disco, en conjunto, resulta, además, todo un compendio de sonidos que no les pegan ni con cola y que no terminan muy bien de saber dónde y cómo encajar. ‘Stirred Up’ es como un descarte, y malo, de cualquier aspirante a colocar una de sus composiciones a Britney. ‘Hoodie on’ supone, por otro lado, uno de los mayores WTF del año. Igual es que este es su trabajo de madurez y yo no he visto la perdida.
Pero tampoco nos llevemos las manos a la cabeza. Cuando no se tienen muchas expectativas en un disco, éste lo tiene un poco más fácil. El sonido 8 bits de ‘Make a Mess’ y ‘Killin’ me’ -suponemos que Taylor Swift les dijo que no la quería- les valen para añadir dos canciones más a un repertorio que, en directo, debería servir para garantizar uno de esos conciertos de los que no esperas mucho y acabas engorilándote como si tuvieras un hijo en la cárcel. Si a eso le sumas las antes citadas ‘Hey Now’ -con ésta al menos se han esmerado un poco más en el vídeo– y ‘Can You Blame Me’, cierras los ojos, y te imaginas que estás en una verbena, ‘New Glow’ puede tener un pase.
Calificación: 3,5/10
Lo mejor: ‘Killin’ Me’, ‘Make a Mess’, ‘Hey Now’ y ‘Can you Blame Me’.
Te gustará si te gusta: ir viendo poco a poco cómo una banda se apaga.
Escúchalo en: Spotify.