Cuando de pequeño te enfrentabas a un puzzle, lo primero que te enseñaban tus padres era a buscar las esquinas y los bordes, para colocarlos en su sitio y -desde ahí- continuar con el resto de piezas para encontrar las que encajan. Armar un puzzle al completo es una tarea exigente y que demanda muchísima paciencia; y es más o menos lo mismo que vamos a necesitar para conseguir tragarnos ‘Sense8’ y las cinco temporadas de la serie que sus creadores tienen en la cabeza.

La esperadísima serie de los Wachowski y J. Michael Straczynski para Netflix está disponible desde el viernes en la versión estadounidense de la popular plataforma de streaming. Y, en cierto modo, la analogía del puzzle nos viene al pelo para esta historia que se localiza en ocho ciudades diferentes, y que viene a narrar las aventuras y desventuras de ocho seres humanos, conectados entre sí, los «Sensates».

De buenas a primeras parece atractivo, ¿verdad? También lo era el trailer, y mucho, que nos hacía vaticinar una trepidante serie de ciencia ficción y aventuras. Pero lo que en papel tenía una pinta espléndida, en la realidad se ha visto reducido a un amasijo de tramas imposibles, y al fracaso absoluto de Andy y Lana Wachowski a la hora de hacer entender al telespectador qué demonios le están intentando contar.

‘Sense8’ fracasa a la hora de contar una historia, desde el minuto uno, y eso es un pecado mortal para una serie. Las ocho tramas podrían tener mucho, muchísimo interés por separado, e incluso ser muy buenas. Algunas se centran en la identidad de género, otras en la privacidad, otras en la identidad sexual… Pero sin embargo, los Wachowski se pierden intentando presentar todas las historias, sin llegar a contarnos qué las une, de qué trata la serie en realidad.

Es ahí cuando el espectador se pierde, y continúa buscando en el metraje de ‘Sense8’ una imagen, una frase, una palabra o un diálogo que le haga entender. La falta de cohesión en la serie solo trae frustración y desinterés, algo un tanto peligroso cuando hablamos de una producción por entregas. Porque aunque técnica y visualmente la serie sea deslumbrante, con nueve localizaciones diferentes (Chicago, Londres, Reikiavik, San Francisco, Berlín, Seúl, Nairobi, México y Bombay) y la pericia frente a la cámara que los Wachowski tienen; al final uno se termina planteando si no es la brillantísima ‘Matrix’ la única cosa decente que han parido.

Calificación: 4/10

Destacamos: a las seguidoras del Duque les va a dar un paro cardíaco cuando vean las explícitas escenas gays de Miguel Ángel Silvestre.
Te gustará si te gusta: devanarte los sesos viendo series.
Predictor: llegará alguien que diga «en el capítulo X mejora». Pues vale.