Tan sólo 2 años después del formidable ‘Pale Green Ghosts‘, John Grant sacará un nuevo disco llamado ‘Grey Tickles, Black Pressure’. De momento podemos ver el prometedor tráiler, en el que suena una de las canciones (la titular aparentemente) y aparece nuestro hombre ensangrentado y comportándose como un loco.
El productor es John Congleton (St Vincent, Franz Ferdinand, Swans) y John Grant dice que está muy orgulloso del disco, que se ha desafiado a sí mismo, que «suena más enfadado» y que ha sido «divertido» hacerlo. La fecha de lanzamiento es el 2 de octubre.
1. Intro
2. Grey Tickles, Black Pressure
3. Snug Slacks
4. Guess How I Know
5. You & Him
6. Down Here
7. Voodoo Doll
8. Global Warming
9. Magma Arrives
10. Black Blizzard
11. Disappointing
12. No More Tangles
13. Geraldine
14. Outro
Debajo, la nota de prensa de PIAS España, que revela colaboraciones de Tracey Thorn y Amanda Palmer, entre otros.
«Grey Tickles, Black Pressure se grabó en Dallas con el productor John Congleton (St Vincent, Franz Ferdinand, Swans), curiosamente en el mismo estado de Texas donde Grant alumbró en 2010 su debut en solitario, Queen Of Denmark, junto con los magníficos Midlake de Denton. Tras ese regreso triunfal, mejor álbum de 2010 para la revista MOJO, Grant grabó en 2013 Pale Green Ghosts en la capital islandesa de Reykjavik (donde ha vivido desde entonces), que entró en el Top 20 británico en su primera semana y fue designado mejor álbum del año por Rough Trade Shops, nº 2 para The Guardian y top 5 para MOJO y Uncut. Tal reconocimiento, coronado por años de conciertos por Europa con las entradas agotadas y una reciente gira por Estados Unidos como invitado especial de Pixies, deberían convencer a un Grant notablemente inseguro y autocrítico de que Grey Tickles, Black Pressure cimentará su merecida reputación como el cronista de la condición humana más desarmantemente honesto, caustico, profundo y divertido de esta era constantemente desafiante, trágica incluso, que es el Siglo 21.
“Creo que es un gran álbum y estoy verdaderamente orgulloso de él», comenta. “Quería mostrarme más temperamental y furioso en este disco, pero seguramente ha sido con el que más me he divertido». Cita al «maravilloso» teclista de sesión Bobby Sparks, “que nos dio un toque mucho más funky», como parte de esa diversión; además de un mes de sol en Dallas «tras la brutal oscuridad del invierno en Islandia. Y muchas risas».
Dicho esto, la diversión no es el primer ingrediente que esperas cuando te dicen de dónde viene el título del álbum: “‘Grey tickles’ (cosquillas grises) es la traducción literal del islandés para referirse a la ‘crisis de la mediana edad’, mientras que ‘black pressure’ (presión negra) es la traducción directa del turco para ‘pesadilla'», explica Grant, con un don de lenguas poco haboutal (habla rudo, alemán, un poco de castellano y ahora está inmerso en el islandés).
Sin embargo, también hay muchos rasgos positivos en Grey Tickles, Black Pressure. Grant, por ejemplo, muestra una forma vocal fabulosa y se ha alejado de las temáticas concretas que moldearon sus álbumes anteriores (aunque el concepto del amor siempre acaba apareciendo). “Disappointing” –con la voz invitada de Tracey Thorn– es un homenaje exuberante al nuevo amor, ante el cual las cómicas favoritas de Grant de Saturday Night Live, los artistas rusos y los «bailarines de ballet con o sin mallas» palidecen en comparación. Los otros dos invitados del disco son la cantante Amanda Palmer y el exbatería de Siouxsie & The Banshees, Budgie.
Pero el resultado final es ciertamente un disco temperamental y furioso, enhebrado con patetismo herido y el humor como punto de apoyo, aunque tan oscuro como Reykjavik en febrero. Empieza y termina con fragmentos hablados titulados, simplemente, “Intro” y “Outro”, ambos tomados de la misma cita bíblica (de la primera carta a los Corintios, capítulo 13) acerca de la divinidad del amor que John aprendió en la iglesia siendo adolescente. Entre medias, 12 canciones que documentan la realidad del amor en el planeta Tierra, corrompido por, en palabras de Grant, «el dolor, la incomprensión, los celos, la cosificación y las (falsas) expectativas».
Las dos últimas canciones del disco están entre lo mejor de su obra. “No More Tangles” lucha contra la co-dependencia «de maricones narcisistas», canta entre metáforas sobre productos capilares. “Trata sobre no disculparse por ser quien eres y no tener que soportar gilipolleces innecesarias de gente a la que no le importas”. Pero “Geraldine” (por Geraldine Paige, “una de las actrices más particular, fuerte y guay que he conocido»), última de sus canciones dedicadas actores/actrices, es la oportunidad de Grant de preguntarle si ella también ha tenido que «soportar esta mierda» que la vida nos impone.
Así que John Grant sigue apañándoselas para meterse en una buena pelea y escribir sobre su forma de sortear los problemas con otro disco fantástico. «Quiero seguir probándome a mísmo», dice. «Seguir colaborando, conseguir el sonido o la dirección que me lleve a donde quiero llegar. En definitiva, seguir cogiendo al toro por los cuernos».