‘Hondo’ se siente como un viaje de descubrimiento. Sole Parody explicaba en una reciente entrevista a Mondo Sonoro que en este disco pretendía realizar una exploración del cante jondo, del folklore, del «Sur del sur»; buscar las conexiones obviadas en nuestra música con África y el Oriente Próximo (previamente, hace dos años, nos había adelantado que jugaría con sonidos de Bollywood y Marruecos). Ella, declara, aspira a crear «techno-flamenco’, pero su música se escapa de etiquetas. Sole se ha sumergido, pues, en el sur y ha emergido con una obra que remite al flamenco, sí, pero a mucho más. Ha dejado atrás gran parte de lo aparecido en ‘Cásala’ (el ukelele, el aire de película imaginaria) y de la «folktrónica» ha pasado al mundo. Aquí recuerda a Lido Pimienta, por su afán de filtrar las tendencias a través del folclore de su país y a Rita Indiana, no tanto en lo estilístico, sino en la voluntad de trascender usando los géneros más populares para hablar de política, feminismo y lucha, pero sin abandonar el aliento poético.
Así, ha conseguido un disco telúrico, profundo y denso. Más elaborado, más rítmico, enormemente físico. ‘Hondo’ pide ser bailado mientras se gritan sus letras. Pero también reclama una escucha atenta. Esto no lo digo yo, lo dice la propia Sole en su sustancioso tumblr: «me gustaría que lo bajarais con buena calidad de audio. Fue tremendo trabajo la producción de este disco, hay que poder paladearle bien los detallitos». Detallitos que beben de muchas fuentes: flamenco, dub, raï, pop árabe, ritmos sudamericanos… La base electrónica se mantiene y se potencia. Desde la volcánica e inicial ‘Hemos venido a deshacerlo’, ya pone encima de la mesa sus intenciones jondas, mientras brilla la trompeta (otro de los elementos fundamentales en este álbum) sobre los toques hindúes y emerge el canto comunal de su combativo estribillo: «viejas ratas, miradnos de frente». La reivindicación, esta vez personal, sigue en ‘Por el camino largo’, un ajuste de cuentas rumbero y distorsionado, que rompe en banda sonora de film de Bollywood.
Pero no sólo hay lucha, también sentimiento, como espléndidamente demuestra ‘Hondo agujero‘, el momento más arrebatado y pop del disco, donde la dulzura del sample cinematográfico se combina con la fanfarria y el desbordante delirio melódico. El pasodoble de ‘Corazón monstruoso’ y su aire arábigo dan paso a una ‘Saetas en el aire‘ en la que a los distintivos sureños y orientales se les suma una base dub (que recuerda a ‘Angel’ de Massive Attack) y un estribillo entre la India y la jota. ‘Quise ser’, breve, purita base rítmica machacona y letra feminista («Quise por ti ser más mujer / porque creí que algo en mí no bastaba»), da paso al tramo más jondo, visceral y denso del disco. Tres temas que parecen revisitar antiguas coplillas populares andaluzas y que Sole las brama, más que las canta, empezando con ‘Dejadla sola’, de intensidad ascendente gracias a su bajo ominoso, hasta que estalla en rave trompetera; y siguiendo con la contagiosa ‘El agua es clara’ y ‘Ríos de lamentos’, con su inicio de film de ‘Las mil y una noches’ y su ritmo de paso de Semana Santa.
El final abre ventanas y airea un poco la atmósfera sofocante que Sole ha logrado fabricar. ‘Peligroso Criminal’, funky y reivindicativa, es un retorno a la frescura, con su bajo y su trompeta, y su letra también festiva: «Entro en cada casa bonita que veo. La ciudad es mi pista de baile». Y quieres obedecer a su proclama, «¡Sal bailando!», hasta el colofón con ‘Cae cae cae’, que empieza como una extraña banda sonora al borde del western, pero que se desvía al desierto de Arabia, a base de samples, panderetas, flautas hindúes… cuando la aflamencada voz de ella irrumpe para concluirla. «Lo que quiero es que ‘Hondo’ os guste, y que lo podáis tener, que sea vuestro», nos pide Le Parody desde su tumblr. Y así es.
Calificación: 8/10
Lo mejor: Hemos venido a deshacerlo, Hondo agujero, Saetas en el aire, Dejadla sola
Te gustará si te gustan: los (buenos) pervertidores del flamenco, Rita Indiana, Lido Pimienta
Escúchalo: Bandcamp