Wall Street Journal informa de que Apple está en conversaciones para comprarse Tidal. Los términos del acuerdo potencial no se conocen todavía, pero la noticia da la vuelta al mundo justo cuando reflexionábamos sobre toda una curiosidad: que ninguno de los lanzamientos más vendidos de 2016 en todo el mundo ha tenido una edición tradicional. Todos han sido o bien exclusiva de Apple Music (Drake) o de Tidal (Rihanna, Beyoncé), con la excepción del disco de Bowie (el artista fallecía en la semana de lanzamiento).

Tidal puede resultar muy poco atractivo, pues la plataforma de Jay-Z que accionistas como Kanye West utilizan para cambiar su disco constantemente o para subir sus polémicos vídeos en exclusiva, no es líder en el mercado. Sin embargo, sí parece un socio estratégico, puesto que muchos lanzamientos importantes están pasando por él, incluso en exclusiva en cuanto a streaming (el caso ‘Lemonade’).

En el fondo, Tidal no deja de ser un proyecto atractivo (ser más justo con los artistas) pero muy mal explicado, presentado y planteado desde la arrogancia de los artistas más ricos y menos necesitados del mundo, de Daft Punk a Madonna pasando por Arcade Fire y Daft Punk. El modelo de negocio es muy similar al de Apple Music: carecer de modelo freemium y la creencia de que el streaming ha de ser de pago sí o sí. Unir fuerzas tiene sentido.

Teniendo en cuenta que la noticia llega el mismo día que Spotify denuncia las trabas que sufre para llegar de manera adecuada al Apple Store, rechazando estos su actualización, está claro que el verdadero enemigo está en otro sitio.