Muchos os habríais estado preguntando que qué pasaba con Adam Green. Tras el explosivo inicio de su carrera en solitario, allá por 2002, el antiguo integrante de The Moldy Peaches nunca había dejado pasar demasiado tiempo entre sus entregas. Además, su hasta ahora último trabajo, aquel disco junto a Binki Shapiro de 2013, había cosechado críticas bastante positivas. ¿Dónde se había metido estos últimos años?
Recientemente lo averiguábamos. Estaba enfrascado en su gran proyecto, su opera magna, nada menos que una versión libre y tóxica del cuento tradicional ‘Aladdin’ con todos los decorados de papel maché. No era su primera chaladura cinematográfica, pero iba a necesitar algo más que un iPhone y a Macaulay Culkin, como en su primera película ‘The Wrong Ferrari’. Por ello, Adam se metió de lleno en la promoción de su idea, levantando cincuenta mil dólares desde la plataforma Kickstarter y sumando a Culkin no pocos amigos: Devendra Banhart, Jack Dishel, Rodrigo Amarante, Zoë Kravitz, etc. Sorprende que uno de los papeles más relevantes (incluso protagoniza la portada del álbum) sea interpretado por alguien tan ajeno -en teoría- al universo de Adam Green como puede ser Bip Ling, una artista emergente de la escena británica: intérprete pop, bloguera de moda y abanderada de lo que podríamos denominar «cultura Snapchat».
La película es ya una realidad y se puede ver a través de diferentes servicios de alquiler de vídeo online. Es posible que el reclamo «Fellini on ketamine» del trailer se quede corto, os advierto. ‘Aladdin’ juega a ser políticamente incorrecta, con constantes referencias sexuales (algunas bastante gruesas) y al consumo (tirando a desenfrenado) de drogas, pero su provocación acaba resultando casi naif, por momentos entrañable. A eso ayuda el particular universo que consiguen crear los decorados imposibles realizados por el propio Adam Green y, claro está, la banda sonora.
Aunque a lo largo del metraje aparecen extractos de algunos de los éxitos de Adam Green, el hilo conductor lo llevan estas canciones nuevas que se han publicado al mismo tiempo que la película. A diferencia de su banda sonora para el teatro (‘Musik for a Play’, 2010), donde explotaba notablemente un registro diferente -el de la música incidental y los instrumentales- aquí se trata de composiciones pop al uso, tan propias de cualquiera de sus álbumes que debemos considerar ‘Aladdin’ como un álbum más dentro de su discografía, independientemente de la película.
Desde ese punto de vista, prescindiendo de los testimoniales diálogos y cortes más contextuales, queda una decena de canciones -muchas de ellas incorporadas en el repertorio en directo de Green desde hace años- a las que merece la pena prestar atención.
Por un lado están los cortes más clásicos, con un sonido muy reconocible y unas letras inconfundibles («your breasts are like two wrists that I’ve handcuffed to my dick», ni siquiera los que colocamos los textos en un segundo plano podemos obviar algo así) y que prácticamente podrían estar en cualquier disco del autor sin desentonar, como el bonito adelanto ‘Never Lift a Finger’, la inicial ‘Fix my Blues’ (qué desgracia el fade out final), la más saltarina ‘Phoning in the Blues’ o la serena ‘Trading our Graves’, quizá mi favorita de todas estas.
Dentro de las canciones que más me han gustado hay un par que comparten el uso de un tipo de arreglos llamativos, ligeramente soul, que no me parece tan habitual en otros trabajos de Adam Green: la preciosa ‘Life in a Videogame’, con ese detalle casi Motown, y ‘Someone Else’s Plan’, con cierto deje spectoriano.
Otra tema destacado me parece ‘Me from Far Away’, dotada de una cadencia realmente adictiva, que se puede pegar durante días. Tiene un cierto aire a canción de Foxygen que comparte con ‘Time Chair’ e, incluso, con ‘Nature of the Clown’ y su scratch de broma.
Por último, hay algunas canciones más coyunturales, más pegadas a la necesidad de la película, como la algo tonta ‘Do Some Blow (with Me)’ o ‘Birthday Mambo’. Esta última, sin embargo, me parece fabulosa. Extremadamente corta, también es muy poca cosa, pero está interpretada con mucho encanto por Rodrigo Amarante, quizá el amigo de Adam Green con más talento (espero ansioso su segundo disco en solitario). Además, la canción protagoniza una de las escenas más memorables de la película.
Con todo esto, ‘Aladdin’ se convierte en uno de los trabajos más interesantes de Adam Green. Todo el tiempo pasado desde el auge del antifolk y el delirio arty del proyecto en el que está ubicado pueden despistar e incluso quitarle peso e importancia musical, pero por mi parte, es su disco que más he escuchado desde ‘Friends of Mine‘.
Calificación: 8/10
Lo mejor: ‘Life in a Videogame’, ‘Trading our Graves’, ‘Me from Far Away’, ‘Birthday Mambo’
Te gustará si te gustan: las composiciones pop de corte clásico, el Off-Off-Broadway, el humor irreverente.
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