Samuel Ward Spangenberg, un antiguo empleado de Uber, la empresa de servicio de taxis privados, ha desvelado recientemente varias de las desvergüenzas de su compañía, informa The Guardian. Entre ellas se encuentra su abuso del «modo Dios», un sistema de su aplicación a través del cual Uber es capaz de controlar el paradero de sus clientes, para espiar desautorizadamente el movimiento de políticos, ex parejas o amigos.

Spangenberg ha revelado que hasta Beyoncé ha sido espiada por la compañía a través de este método de registro de movimientos que la empresa atribuye a su política de privacidad. Por este sistema, Uber tuvo problemas legales en 2014 cuando una periodista de Buzzfeed denunció que el director de Uber en Nueva York había monitorizado sus movimientos sin su permiso.

Esta persona ha denunciado a Uber por discriminación por edad y venganza por haberse chivado de sus malas prácticas (fue despedido 11 meses después de denunciarlas a la empresa) y ha desvelado que esta almacenaba información de sus conductores y empleados de manera insegura para usarlo a su favor en posibles negocios. Además, ha asegurado que Uber se las apañaba para que el gobierno no pudiera acceder a información de la compañía cuando este inspeccionaba sus oficinas por sospechas de incumplimiento de la ley. Un drama que ni ‘Lemonade’.