La ficción española está de enhorabuena: por fin a alguien se le ha ocurrido rebajar la longitud de sus series, y centrarlas en la banda de los setenta minutos. Toda una proeza en el panorama televisivo español, cuajado de series que superan con creces los noventa minutos de emisión, y que son capaces de mandarnos a la cama a altas horas de la madrugada a base de hacernos tragar publicidad. ¿Os habéis dado cuenta? De aquí a los cincuenta minutos hay un paso.
El responsable de este pequeño cambio (que ya habíamos atisbado en otras series últimamente, para ser justos) no es otro que Pau Freixas: el señor que cambió la historia de la tele nacional gracias a ‘Los Misterios de Laura’ (a ver, si no, quién es responsable de que Debra Messing terminase sucediendo a María Pujalte en la versión estadounidense de la comedia) y, sobre todo, a ‘Polseres Vermelles’, «la serie que emocionó a Spielberg» (así se vendía durante su emisión en Antena 3), y la serie que -definitivamente- emocionó a Cataluña y a un buen puñado de españoles: en Antena 3 llegó a alcanzar el 20% de share.
Es Pau Freixas el responsable de este cambio de política en la cadena amiga, que se atreve además con un producto alejado de su programación habitual plagada de ‘Gran Hermano’, ‘Sálvame’ y talent shows varios. Un thriller a medio camino entre los misterios de desapariciones y los whodunit, pero con un pequeño giro: este además incluye una trama de abogados.
Sí, lo has visto antes, lo has oído antes o lo has leído antes. No tiene que ser necesariamente la misma historia ni con los mismos ingredientes, pero es cierto que a priori es bastante básica. Chica joven que desaparece, hombre poderoso incriminado, hombre poderoso que lo niega. La diferencia radica aquí en que el principal encausado dice tener amnesia (¿la tiene en realidad?) y que la desaparecida es su mismísima sobrina, con quien tiene una relación bastante cercana. Añadamos al cocktail algunos chanchullos y malos rollos familiares entre hermanos y cuñados y ahí lo tienes, perfecto para servir.
Vale que no es esta la serie más novedosa del panorama actual, pero hay que saber reconocer cuándo los ingredientes están mezclados correctamente y los sabores perfectamente integrados. ‘Sé quién eres’, definitivamente, es capaz de mantenerte con el trasero pegado al sofá durante la hora y poco que dura, y saca un partido tremendo a sus actores. A una Blanca Portillo que está soberbia en su ira y en su calma; a un Nancho Novo que te va a costar reconocer y, por supuesto, a un Carlos Francino que -además- sirve de cebo.
Y qué bueno ver, por fin, una serie que no está rodada en Madrid sino en Barcelona. Que estamos de Madrid hasta el moño. 7.