‘Siempre brilla el sol’ de Lori Meyers: más U2 que Los Brincos, pero difícil de olvidar

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‘Siempre brilla el sol’ de Lori Meyers: más U2 que Los Brincos, pero difícil de olvidar

lori-siempre-brillaParte de la redacción evalúa el single de regreso de Lori Meyers.

«Otros granadinos ilustres que vuelven tras espera prolongada. En ‘Siempre brilla el sol’ Lori Meyers hacen gala de fuste y oficio para reclamar su territorio y su público. Suenan más intensos y menos divertidos en un tema en el que el punto ochentas está bien cogido: el rollito épico justo para que te entren muchas ganas de corear, la progresión de notas en crescendo, ese bajo tan de rock-llena-estadios, el teclado tan encantadoramente hortera, la letra… bueno, la letra ni fu ni fa. ‘Siempre brilla el sol’ es más U2 y menos Brincos, para entendernos. La canción engancha de mala manera: el estribillo es de los que te persiguen y te golpean la cabeza con insistencia. Pinta a nuevo clásico instantáneo de la banda». Mireia Pería.

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«Sigo teniendo problemas para tolerar las letras de Lori Meyers y, al margen del ripio del estribillo, no sé muy bien adónde va ese «Es tan difícil como elegir, saber distinguir la doble moralidad de ese destino, de ese devenir, ese porvenir que nos espera». Sin embargo, hay varias cosas positivas en ‘Siempre brilla el sol’: el uso de los teclados es más sofisticado que en ‘Mi realidad’, el macarreo de ‘Emborracharme’ parece abandonado e, insisto, aunque pueda ejercer de single correctamente, no es la mejor canción que escucharemos en el disco ‘En la espiral’«. Sebas E. Alonso.

«En las primeras escuchas, da la sensación de que ‘Siempre brilla el sol’ tiene un nivel de efervescencia inferior al que Lori Meyers acostumbran a imprimer en sus primeros singles. Quizá sea porque cuenta con una instrumentación muy convencional, o porque buena parte de su melodía vocal, pese a un mensaje optimista quizá algo forzado, tiene cierto halo de melancolía, casi amargura. Entonces, dejas de escuchar la canción unos días y… ahí está: tienes su estribillo grabado a fuego para siempre. Y eso es algo más que simple oficio». Raúl Guillén.

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