Hace una semana, coincidiendo con el estreno de ‘Logan’, me lamentaba de la falta de personalidad de los directores de blockbusters actuales o del poco espacio que les dejan para desarrollar su creatividad. La mayoría de estas películas son intercambiables y parecen dirigidas desde una sala de reuniones. Por eso, cuando salió la noticia de que detrás de este remake, reboot, secuela o lo que sea de ‘King Kong’ estaba el prometedor Jordan Vogt-Roberts, autor de la recomendable ‘The Kings of Summer’, empecé a darme golpes en el pecho como un gorila gigante. Ahora, después de verla, sigo dándomelos.
Te damos cuatro razones para dejarte atrapar por la manaza de Kong y una para dispararle desde el aire:
1. La secuencia del enfrentamiento con los helicópteros. Es LA RAZÓN para ir a ver ‘Kong: La isla calavera’. Esta asombrosa mezcla de ‘Apocalypse Now’ (la citas a esta película son continuas) y alocado kaiju-eiga te hará aplaudir y soltar alaridos como si fueras la mona Chita. Dudo que veamos este año una secuencia de acción más vibrante, divertida y mejor rodada que esta (el ‘Dunkerque’ de Nolan promete pero… ¿divertido?).
2. No se avergüenza de ser tan monstruosa, loca y peluda. Ya que hemos mencionado a Nolan y a ‘Logan’, ‘Kong: La isla calavera’ no es una película-de-aventuras-que-no-parece-de-aventuras. No, es pura y gozosa serie B (con presupuesto de serie A) que no intenta pasar por lo que no es. Aquí no hay falsa trascendencia ni rebuscadas alegorías para aficionados a las (re)interpretaciones. Aquí hay monos gigantes y monstruos zurrándose de lo lindo, arañas (también gigantes) soltando litros de babas y empalando hombres a lo ‘Holocausto caníbal’, un John C. Reilly soltando chistes malos cada diez minutos y el ‘Paranoid’ de Black Sabbath sustituyendo a ‘La cabalgata de las Walkirias’ de Wagner.
3. Las citas-homenaje a otras películas. No todas las referencias que aparecen son simples guiños cuya única finalidad es meter codazos cómplices a los espectadores más iniciados (como, por ejemplo, que el personaje de Tom Hiddleston se llame Conrad). En muchos casos, como el de ‘Apocalypse Now’, el ‘King Kong’ original de Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack e, incluso, ‘Infierno en el Pacífico’, se pueden ver casi como palimpsestos, como lúdicas relecturas en clave de ficción pulp. Muy lejos, por tanto, de esa postración reverencial que lastraba el fallido remake de Peter Jackson.
4. Hay alguien mirando detrás de la cámara. Aunque la narración sigue un esquema muy convencional, ‘Kong: La isla calavera’ posee imaginativas soluciones de puesta en escena que delatan que esto no es otro mega-blockbuster rodado con el piloto automático. ¿Ejemplos? Los fogonazos del flash de una cámara fotográfica dentro del monstruo, la pelea con katana y máscara de gas en la fosa común, la figurilla de Nixon como improvisado “sismógrafo” de las turbulencias del helicóptero…
5. Pero no todo es grandioso en este remake. Además de flojear en la segunda parte, una pregunta sobrevuela por la película como los helicópteros alrededor de Kong: ¿para qué reúnen un reparto estelar si apenas lo utilizan? Salvo Samuel L. Jackson, cuyo personaje es una divertida mezcla entre el Coronel Kurtz y el obcecado Capitán Ahab, y, quizás, John C. Reilly, que funciona como contrapunto cómico, los demás actores están completamente desaprovechados. En especial, la pareja protagonista: la oscarizada Brie Larson (‘La habitación’) y el estupendo Tom Hiddleston (‘The Deep Blue Sea’, ‘Sólo los amantes sobreviven’, ‘El infiltrado’). Sus personajes están más desdibujados que esa científica china que sale de vez en cuando por las esquinas del encuadre. 8.