En el último lustro, el ascenso a la fama de Chance the Rapper ha sido digno de ver. El rapero de Chicago se ha convertido en uno de los nombres más populares del hip-hop en Estados Unidos en la actualidad sin vender un solo disco. Sus tres lanzamientos discográficos, el último de ellos, ‘Coloring Book’, son «mixtapes» autoeditadas disponibles en streaming o descarga gratuita. De ahí, Chancelor Johnathan Bennett ha ganado dos premios Grammy, colaborado con Kanye West o Madonna y se ha ganado el respeto de crítica y público por igual. Y solo cuenta 23 años.
Las hazañas de Chance the Rapper le han convertido en el primer gran icono de la era streaming -‘Coloring Book’ debutaba dentro del top 10 de Billboard con 0 copias físicas vendidas, solo gracias a la reproducción a través de Apple Music- pero Bennett podría cambiar de planes con su cuarto disco, que considera su debut oficial y lo separa de sus anteriores «mixtapes». En una entrevista con Complex (minuto 25.10), el rapero ha asegurado que se plantea vender este álbum porque opina que el sistema de Billboard es «débil de cojones». «1.500 streamings equivalen a la venta de un álbum y eso no es justo», recuerda. «¡Nadie escucha sus canciones 1.500 veces cuando compra [un disco]!». «Realmente no puedo competir con otra gente», indica Bennett, que apunta que esta idea no deja de ser «hipotética», pues todavía no prepara disco alguno, aunque sí dice haber grabado ya varios temas nuevos.
Bennett está en lo cierto, el sistema de listas de Billboard es completamente absurdo y tramposo, ¿pero qué significaría para su carrera e imagen que Bennett vendiera ahora sus discos? El rapero no evitaría las críticas de quienes opinen que su decisión contradice el mismo mensaje sobre el que ha basado su éxito, que es el de la autogestión triunfal contra la dictadura de las grandes discográficas, ¿pero no significa el éxito de Bennett, logrado completamente en sus propios términos, que el rapero se ha ganado el derecho de hacer lo que le de la gana con su carrera?