‘Por trece razones’: algo más que un ‘Mujeres desesperadas’ adolescente

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‘Por trece razones’: algo más que un ‘Mujeres desesperadas’ adolescente

13 REASONS WHYLa presentación del nuevo producto de Netflix bien podría ser un trabalenguas: ‘Por trece razones’ es la serie homónima basada en el libro escrito por Jay Asher; dirigida (al menos los dos primeros capítulos) por Tom McCarthy -co-guionista de ‘Up’ y guionista y director de ‘Spotlight’, el filme ganador de sendos Óscar a la mejor película y mejor guion original- y producida por Selena Gómez que, en realidad, iba a ser la protagonista en una hipotética película.

No obstante todo ha quedado en la pequeña pantalla, y al final ha sido la plataforma de streaming la que ha dado vida a esta serie, que ya se perfila como una auténtica reina del cliffhanger aunque solo sea por su propio método narrativo. ‘Por trece razones’ cuenta la historia de Hannah Baker, una adolescente recién mudada a una pequeña ciudad estadounidense que, por motivos que se explican en el desarrollo de la serie, se suicida. Y como legado deja una colección de trece cintas de casete (sí, en 2017, y con una explicación un tanto peregrina al respecto) destinadas a ser distribuidas, uno por uno, entre todos los responsables de su suicidio.

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Truculento, ¿verdad? Pues las cosas están a punto de ponerse bastante peor para todos, porque la serie se adentra en algunos puntos negros que todavía tenemos pendiente de solucionar como sociedad, a saber: el bullying, la cultura de la violación, la promoción de la masculinidad tóxica y el acoso. Como buen producto enfocado al público familiar y adolescente, ‘Por trece razones’ no da claves ni soluciones, pero tiene toda la pinta de ir a poner el tema encima de la mesa en muchas familias, que ya es bastante.

Desafortunadamente, no lo va a hacer de la mejor manera posible. Si bien es cierto que aquellos que superen la travesía por el desierto que suponen los cincuenta minutos de su primer episodio se quedarán con ganas de más (magnífico ese «dale la vuelta al casete», probablemente en el libro es una formidable invitación a continuar leyendo), no es menos cierto que la serie está francamente abultada, y que con capítulos de cuarenta minutos hubiésemos tenido más que suficiente. Por otro lado encontramos el hecho de que, como género, la literatura adolescente es capaz de lo mejor y de lo peor, y como fiel reflejo el guion de esta serie no es una excepción.

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Si bien la historia juega en su favor, y el misterio del suicidio de Hannah Baker va a mantener a muchos espectadores enganchados hasta el final, la trama no siempre funciona, pecando en ocasiones de demasiada inocencia o de excesiva dureza. No parece haber un propósito general en la historia, y a ratos puede parecer un tanto explícita, demasiado voyerista. También pasa por temas importantes con excesiva ligereza, al tiempo que trata otros con la mayor de las frivolidades. Una pena, porque cuando las piezas se acoplan, el engranaje encaja de maravilla.

Calificación: 5,5/10.
Destacamos: la pareja protagonista, Katherine Langford y Dylan Minnette (‘Déjame entrar’, ‘Perdidos’) es, probablemente, lo mejor de toda la serie.
Te gustará si te gusta: la ficción adolescente más densa de lo que suele ser normal.
Predictor: ¿hay algún sentido en continuar la serie después de que Clay, el protagonista, se haya terminado las cintas?

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