El primer single de adelanto de ‘Drunk’, el tercer disco de estudio firmado por Thundercat, ya daba pistas claras de lo que podíamos encontrar en él. ‘Show You The Way’ invocaba a dos leyendas del hoy ya caduco yacht-rock como Michael McDonald y Kenny Loggins que, con su mezcla de jazz fusión, música lounge, funk-soul de ojos azules y AOR, inundaba hilos musicales y radios en la parte más dócil y empalagosa de los años 80. Este tema era una suerte de jam en la que Stephen Bruner, nombre real del bajista y productor, parecía, escuchado independientemente, algo inofensivo y caduco, como los propios referentes vivos que interactúan con él en ella.
Pero la fuerza de ‘Show You The Way’, como la de (casi) todos los 23 cortes de ‘Drunk’ está en el espacio que ocupan dentro del álbum. Un disco audaz, que discurre a un ritmo vertiginoso pese a la cantidad de pistas, que se desarrollan en 51 minutos y que son episodios en el viaje ebrio por el interior de una madriguera de conejo. Como ‘Alicia en el País de las Maravillas’, ‘Drunk’ ofrece un viaje alucinado y borroso por nuestra propia realidad, solo que vista desde un punto de vista insólito. Así, en su estructura circular en torno a lo etílico (‘Rabbot Ho’, ’Captain Stupido’, la cual culmina con una disimulada flatulencia), junto a desengaños amorosos (‘Them Changes’, ‘Walk On By’), referencias a la vida nocturna de ‘Tokyo’ u odas inspiradas en los felinos domésticos (A Fan’s Mail (Tron Song Suite II)’, encontramos reflexiones sobre la dominación de la tecnología sobre los seres humanos (‘Bus on These Streets’), el anhelo de amor desde un punto de vista egoísta (‘Friend Zone’), ecología y racismo (‘The Turn Down’) o fantasías con la muerte propia (‘Lava Lamp’, ‘Jethro’) mientras estamos escuchando esa música aparentemente intrascendente y deliberadamente demodé. Un tratado sobre la lucha interior del individuo contemporáneo, en suma.
Aunque una primera aproximación puede hacer sonar la alarma de “Achtung! ¡Disco de un instrumentista virtuoso!”, nada más lejos de la realidad. Efectivamente, Bruner deleita con su manera de galopar sobre el traste de su bajo, cuando toca (muy a menudo), o hacer vibrar con dulzura y sensualidad sus cuatro cuerdas. Pero además, confirma que es un versátil cantante de soul, con un estupendo falsete, y, con la ayuda de su compañero y socio Flying Lotus, presenta una producción sinuosa y rica. Así, añadiendo al cóctel unas gotas de psicodelia (imprescindible, con tanta referencia a Lewis Carroll), intervenciones estelares (Kendrick Lamar, Wiz Khalifa, Kamashi Washington) y audacia electrónica, Thundercat logra que esa a priori naftalinosa vertiente del jazz-funk-soul resulte excitante en buena parte del disco.
Aunque es obvio que podríamos haber subsistido perfectamente sin interludios/jingles como ‘Blackkk’, ‘Jameel’s Space Ride’, ‘I Am Crazy’ o ‘Day & Night’, lo cierto es que dada su breve duración y la coherencia de toda la obra, tampoco resultan molestos. Contribuyen, además, a ayudar a hacer brillar a canciones que, como ‘Show You The Way’, podrían llamar menos la atención individualmente: la recuperado de su anterior EP ‘Them Changes’, ‘Friend Zone’, ‘Walk On By’ (en la que Lamar está excelso), ‘Jethro’ (que se hace demasiado corta), ‘Bus In These Streets’. También es sencillo ver que carece de tres o cuatro ganchos claros que lo auparan a ser un disco completo y claramente recomendable para todos los oídos. Pero lo importante es que ‘Drunk’ funciona como un sugerente todo, un viaje entre lo lisérgico y lo cotidiano del que, una vez se osa involucrarse, resulta difícil apearse.
Calificación: 8/10
Lo mejor: ‘Walk On By’, ‘Show Me The Way’, ‘Friend Zone’, ‘Bus In These Streets’
Te gustará si te gusta: Flying Lotus, Kamashi Washington, ‘To Pimp a Butterfly’ de Kendrick Lamar
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