En marzo de 2016, escribí un artículo titulado ‘Can’t nobody do it like Prince do’, parte de una serie que había estado publicando en medium, sobre Prince y su música. Nunca podría haber imaginado que era el último que iba a publicar mientras Prince estaba vivo.
Desde el 21 de abril de 2016, he sentido la necesidad de escribir algo sobre su muerte, y sobre lo que significó para sus muchos fans alrededor del mundo. Pero muy pronto me di cuenta de que era un material muy sensible para mí: la superestrella, el genio de la música viviendo en una torre de marfil durante décadas… era realmente alguien muy, muy cercano a mí. Y su desaparición había dejado un espacio vacío literalmente imposible de llenar. Prince era -perdonad el tópico, pero en este caso está plenamente justificado- realmente una categoría en sí mismo, y esto se nos hizo absolutamente evidente a nosotros -los fans-, como a cualquiera, en la manera usual: sólo aprecias lo que tienes cuando lo pierdes.
Las primeras semanas estuvimos machacados por la triste noticia de su muerte; pero cuando nos recuperamos un poco y comenzamos a escuchar música de Prince de nuevo, eran inevitables las lágrimas, y no sólo con sus baladas más clásicas. Su música era parte de nuestra dieta diaria, y si la evitabas para suavizar el dolor, todavía era dolorosamente obvio que estaba ausente.
He leído comentarios de muchos otros fans, y pronto estaba claro que compartíamos un sentimiento de pérdida similar. Más aún, a muchos nos sorprendió lo profundamente que nos afectaba Prince, y su pérdida. En mi caso, al comienzo intentaba llevarlo con calma, pero era inútil: los sentimientos eran demasiado fuertes, y su música provocaba reacciones que no podía predecir. A veces, en los sitios más improbables y menos apropiados, me emocionaba con un fragmento de una melodía, o simplemente por recuerdos cercanos de Prince y su música.
Ciertamente no estaba preparado para él, y menos para su pérdida.
La enorme ola de respeto y duelo que vino tras el 21 de abril sólo sirvió para exponer a todo el mundo lo que nosotros ya sabíamos: Prince había hecho una contribución que verdaderamente no tiene precio a la música moderna, y la diversidad y profundidad de su talento no tiene precedentes. Este mensaje lo habían usado muchos críticos y casas discográficas al tratar con Prince, pero desde el 21 de abril, dejó de ser marketing. Era la pura verdad. Habíamos perdido a un genio de la música sin equivalente en nuestra generación, y es muy improbable que encontremos a alguien como él.
Más allá del impacto colosal de su pérdida, hay muchas cosas que he aprendido en los últimos 12 meses:
Yo creía que sabía montones de cosas sobre Prince. He escrito varias veces que sabía demasiadas cosas sobre Prince para mi propio bien. Pero estaba equivocado.
No sabía casi nada sobre Prince, el ser humano. Ese pequeño hijoputa de voz chillona era extremadamente reservado, y se las arregló para mantener su privacidad hasta niveles increíbles. Algunos ejemplos son la mejor prueba:
Uno, sus muchas contribuciones a obras de caridad de muchos tipos, que mantuvo voluntariamente ocultas. Esto es bastante raro en cualquiera, y más aún en superestrellas de la música, que suelen exhibir sus contribuciones en todos los medios. Pero es más: hay muchos indicios de que Prince estaba muy preocupado por el dinero, especialmente después de su crisis a mediados de los 90. Y sin embargo, fue capaz de mantener un nivel de vida muy alto, aparentemente compatible con la donación de importantes cantidades de dinero a organizaciones o individuos que él creía que lo merecían.
Dos, a partir de la información disponible, parece que Prince había estando sufriendo dolor crónico, probablemente derivado de sus inagotables acrobacias en el escenario en el cénit de su carrera; esto llevó al consumo de analgésicos, después opiáceos. Y en algún momento, esto escapó de su control. Era el principio del fin. Pero esto había estado ocurriendo, muy probablemente, durante décadas, y parece que prácticamente nadie estaba realmente al corriente de la magnitud del problema (o al menos, muy poca gente admite estarlo). Ciertamente los fans nos quedamos estupefactos cuando supimos la razón oficial de su muerte.
Tres, ha pasado un año y las noticias oficiales persisten: no dejó testamento. Esto no tiene sentido, en mi opinión, viniendo de una de las figuras más controladoras en el mundo de la música. Que alguien como Prince realmente no dejara ni una palabra indicando cómo quería que se tratara su obra, me dejó boquiabierto. Esto tiene claras implicaciones, y no en sentido positivo, para un legado tan grande y tan importante como el de Prince. Esperemos que el personal implicado encuentre una manera de combinar el beneficio económico con el respecto enorme que se merece The Vault (su archivo de creaciones).
Esto son sólo tres ejemplos de mi ignorancia personal sobre el Prince real, el hombre de los misterios, el músico de talento inextinguible, el intérprete capaz de oscurecer a todos los que compartían escenario con él.
Pero quiero acabar este artículo volviendo a lo básico.
En los últimos años, he estado clamando por la aparición de un Prince maduro: la persona que se aproximaba a los 60. Él todavía jugaba a menudo al adolescente cachondo, pero al mismo tiempo editó varias canciones en las que mostraba, bastante abiertamente, qué estaba ocurriendo detrás de los focos.
Yo tenía grandes esperanzas de que Prince acabara finalmente por actuar de acuerdo a su edad, dejando a su música expresar esos sentimientos de madurez. Desafortunadamente, el tiempo -que no es un truco, contra una frase recurrente de Prince- le llegó muy rápido, y esto nos ha privado el disfrute del final de la carrera de un genio que se nos fue demasiado pronto.
Ahora tenemos un enorme archivo de música para disfrutar, y la expectativa de que sus herederos lo editarán sin limitaciones, de modo que los connoisseurs, los expertos y los aficionados a la música en general tengan completo acceso a un tesoro musical verdaderamente masivo.
Hay muy, muy, muy pocos músicos -si es que hay alguno- del nivel de Prince. Su trabajo minucioso, durante varias décadas, ha sido una fuente permanente de placer para sus fans. Esperemos ver una larga serie de ediciones realizadas con pleno respeto, para honrar la memoria de Prince, el incomparable. Y esperemos que su figura inescrutable sea una fuente de inspiración para generaciones venideras.