Con ‘Prometheus’, Ridley Scott lo dejó bien claro: las nuevas incubaciones de Alien iban a ser tan originales como seguir utilizando al cuñado como figura cómica. Se terminó eso de contratar a directores capaces de aportar una visión personal a la saga: James Cameron, David Fincher, Jean-Pierre Jeunet. A partir de ahora todo iban a ser variaciones sobre un mismo tema.
Si no disfrutas con el placer de la repetición, con déjà vus como ‘Star Wars: El despertar de la Fuerza’, deberías correr en sentido contrario a las salas donde pongan ‘Alien: Covenant’. Si, por el contrario, te deleitas con el sencillo gozo del reconocimiento, deberías ir a verla al cine con la determinación de la teniente Ripley.
Lo mejor de ‘Alien: Covenant’
1. La primera aparición de los aliens. Tremenda. Una de las mejores secuencias de terror de supervivencia vistas en mucho tiempo. Dos tramas paralelas mordisqueadas y salpicadas de tensión dramática, eficacia narrativa, atmósfera viscosa, estética gótica y litros (y litros) de sangre. Solo por ella merece la pena pagar la entrada.
2. La lucha entre “hermanos”. No quiero desvelar mucho pero este enfrentamiento, protagonizado por un estupendo Michael Fassbender (que juega con dos acentos), acaba resultando más sugerente y estimulante que la de los propios aliens contra la tripulación del Covenant.
3. La nueva teniente Ripley. Sigourney Weaver es insustituible, pero tanto Noomi Rapace en ‘Prometheus’ como ahora Katherine Waterston -sigourneyweaverizada ya sin disimulo- son unas muy dignas sustitutas de la icónica Ripley. Quien haya visto a la Waterston en películas como ‘Puro vicio’ o ‘Queen of Earth’ ya sabe lo que puede dar esta prometedora actriz británica.
Lo peor de ‘Alien: Covenant’
1. La grasa culterana. Que si Byron, que si Shelley, que si Wagner, que si Defoe… ¿No quedan un poco ridículas tantas referencias cultas en una película que es pura y gozosa serie B? El discurso sobre la creación –artística, biológica, divina- tiene su interés, pero tampoco hace falta escribirlo con una pluma de ganso.
2. Su forzada solemnidad. Enlazando con lo anterior, ‘Alien: Covenant’ tiene un envoltorio demasiado trascendente para lo que se está incubando en su interior. No es tan estomagante como ‘Prometheus’, es cierto, pero el olor de un Kubrick mal digerido sigue atufando como el aliento de Alien.
3. Esto ya lo he visto… y mucho mejor. ‘Alien: Covenant’ parasita la saga Alien de manera muy disfrutable, ya lo he dicho. Pero puestos a comparar, no le llega a la altura de las pezuñas del “octavo pasajero”. Además, su diálogo con la anterior ‘Prometheus’, es bastante pedestre. 7,5.