Katy Perry ha sido la última estrella del pop en meterse en el coche de James Corden y lo ha hecho a lo grande: explicando su pelea con Taylor Swift. La autora de ‘Prism’ defiende que los bailarines de Swift fueron despedidos de su gira ‘1989’ cuando decidieron trasladarse a la de Perry, a pesar de que por contrato tenían permiso para hacerlo. Swift asumió entonces que Perry había robado sus bailarines, entendió que la había traicionado y en lugar de hablar con ella optó por escribir una canción poniéndola a parir, ‘Bad Blood’. Perry asegura por tanto que solo Swift puede resolver este embrollo, ya que fue ella quien manejó mal la situación, y defiende que las mujeres deben colaborar en lugar de pelear porque «juntas curarán el mundo».
En otros puntos de Carpool Karaoke, Perry ha recordado además su primer hit ‘I Kissed a Girl’, que según ella se inspiró, además de en su musa Scarlett Johansson, en una chica que conoció en Nueva York pero a la que nunca llegó a besar. «He besado alguna otra tía», ha apostillado, no obstante. La cantante se retrotrae también a su adolescencia, cuando dice que empezó a experimentar con su aspecto, aunque no se moja cuando Corden le pregunta cuál cree que ha sido su peor look. «Todos mis looks han sido errores que me han llevado al error actual», bromea, refiriéndose a su nuevo estilo.
En cuanto a los éxitos de Perry que han sonado en el coche no han faltado ni ‘Dark Horse’ ni ‘Roar’, aunque sí ‘Chained to the Rhythm’. Se ha optado, claro, por los singles de ‘Witness’ más recientes, ‘Bon Appétit’ y ‘Swish Swish’. Un Carpool, en general, divertido en el que Perry ha desplegado nuevamente el buen humor -a veces incluso absurdo- que está mostrando últimamente, por ejemplo en su reciente entrevista con Ellen DeGeneres. Ella no deja de decir que ‘Witness’ es el reflejo de su liberación como artista y mujer y se nota.