Seguimos con nuestra sección Estética de videoclip, abriendo las costuras y mirando dentro de los vídeos más destacados que hemos visto estas últimas semanas.
Coolverine (Mogwai)
De ‘El grito’ de Edvard Munch a ‘El grito’ de Jerzy Skolimowski. Del alarido de Pharaon de Winter en el comienzo de ‘La humanidad’ al aullido de Donald Sutherland en el antológico final de ‘La invasión de los ultracuerpos’. La imagen del hombre gritando ha sido tradicionalmente un elemento iconográfico de enorme potencia expresiva y metafórica en las artes visuales. El dúo Hand Held Cine Club reinterpretan esta figura colocándola al borde del abismo (otro motivo visual recurrente desde el Romanticismo) y vistiéndola con traje y corbata. De esta manera, el grito del protagonista de ‘Coolverine’ se transforma en un aullido cósmico y alegórico, en el recipiente sonoro de toda la angustia y la ira reprimida del hombre contemporáneo. Pero el sonido del grito no lo escuchamos. O no el que esperamos. En su lugar, oímos la música atmosférica e ingrávida de Mogwai: un grito en slow-motion.
‘Lost In Your Light’ (Dua Lipa y Miguel)
Y seguimos en las alturas. Dua Lipa sonríe, baila y levita, por este orden, en las calles (y azoteas) de Los Angeles. Mientras, canta un encantador tema electro en un parking junto a Miguel Jontel Pimentel. El vídeo, que parece muy sencillo, contiene una sorprendente variedad de elipsis tan sutiles como un parpadeo. La primera, junto al todoterreno negro antes de elevarse de espaldas hasta la azotea. La segunda, un giro de cámara de 180 grados para pasar del día a la noche. Y, la tercera, un homenaje a la icónica caída de la mayor Kusanagi en ‘Ghost in the Shell’ como forma de regresar de nuevo a la luz del día. El vídeo concluye como si fuera un palíndromo: Dua Lipa levita, baila y sonríe. Por este orden.
Notget (Björk)
El pasado 3 de abril Björk subió a Youtube ‘Notget VR’, un vídeo en realidad virtual que no tenía mucho sentido verlo en una pantalla de forma convencional. De hecho, la sensación era como la de estar viendo una lujosa intro de un videojuego. Afortunadamente, hace unos días se publicó una versión mucho más ad hoc. Dirigido de nuevo por Warren Du Preez y Nick Thornton, ‘Notget’ sigue una línea estilística muy parecida al anterior. Los directores ilustran un proceso de cambio, una metamorfosis. La primera parte, rodada en blanco y negro, muestra a la cantante como a una mujer heterócera atrapada en un entorno opresivo y tenebroso. Un gran caparazón negro que se rompe en mil colores en la segunda parte. Björk pasa de mujer-polilla a mujer-medusa brillando a contraluz en un paisaje luminiscente con ecos de la aurora boreal que se puede ver en su Islandia natal. Las dos partes están articuladas a través de los planos del rostro de la cantante, cubierto con las espectaculares máscaras diseñadas por el habitual James Merry.
Lust For Life (Lana del Rey)
El nuevo vídeo de Lana del Rey comienza con un piropo visual. No todos los días le dicen a una que en sus ojos verdes podría caber una galaxia entera. Luego, lo habitual. La cantante sigue explotando la estética retro contoneándose en un plató de televisión como si fuera la vocalista de un girl group de los 60. Pero hay un matiz: vemos a un grupo que parece de los 60, a través de una textura de imagen que simula una grabación vhs de los 80, y desde una pantalla en 2017. Una triple voltereta estilística que, tras una elipsis en forma de tracking mal ajustado, lleva a Lana hasta lo alto del Hollywood Sign. La referencia al famoso letrero angelino no es muy original. Ha debido aparecer en el cine más veces que Morgan Freeman. Pero los coquetos saltitos de la cantante por las letras mientras le persigue The Weeknd, y el final, utilizando la D como improvisado tobogán, tiene algo de ese encanto naif e icónico que lo emparenta con la célebre secuencia del planetario de ‘La La Land’. Para terminar, un movimiento de alejamiento a lo Google Earth que muestra la Tierra iluminada formando el símbolo de la paz. Cursi, ¿no?
Bon Appétit (Katy Perry)
Acabamos como empezamos. Si el grito tiene la potencia metafórica de un terremoto bíblico, el canibalismo no digamos. Desde los surrealistas a la reciente ‘Crudo+’, el acto de comerse a otra persona le deja a uno los dientes llenos de trocitos de significados. El colectivo Dent De Cuir manosea la figura de Katy Perry y nos la presenta como el ingrediente principal de su fabuloso vídeo. La cantante es rebozada y amasada en una indisimulada ganbang sitofílica que hace referencia a un maridaje clásico de la cocina audiovisual: erotismo y gastronomía. Luego, en un cambio de registro que es como para aplaudir con las manos llenas de harina, la orgía se convierte en divertido gag elástico que hubiera firmado el propio Jim Carrey. Después de ser hervida y condimentada, Perry está lista para ser degustada. De nuevo aparece la iconografía erótica. La cantante aparece emplatada como para un banquete nyotaimori. Pero, por el entorno y los comensales, también recuerda al clásico antropófago ‘El cocinero, el ladrón, su mujer y su amante’. Desde ese momento, como bien explica mi compañero Jordi Bardají, la lectura política sobresale del vídeo como la espuma de un caldo con demasiada grasa. ¡Buen provecho!