TLC no se han comido la cabeza con su nuevo disco financiado por sus fans: lo han llamado TLC porque ellos sugirieron este título masivamente en Kickstarter, pero también porque ellas querían, como nos ha contado Chilli recientemente en una entrevista; y su contenido es puramente nostálgico. Por suerte el protagonismo en el álbum de Lisa Lopes, la L de TLC, fallecida en un accidente de coche en 2002, se ha reducido a un interludio simbólico, porque por mucho que Lopes fuera una gran rapera, el disco no necesitaba raps holográficos sino buenas canciones… y se ha quedado corto.
No era una posibilidad que TLC se entregaran así de repente a los sonidos R&B punteros cuando llevan 15 años sin sacar disco, pero viendo lo bien que se ha renovado Beyoncé a cada trabajo, cuando de hecho es contemporánea suya, cabe lamentar que ‘TLC’ no sea un poco mejor. Y no es culpa del primer single, ‘Way Back’, que con o sin Snoop Dogg seguiría siendo una canción digna para las TLC actuales, un pegadizo «New Jack Swing» casi tan bueno como las réplicas noventeras de Bruno Mars y que suena tan despreocupado (para bien) como las propias TLC hablando de política en las entrevistas. Pero este es el nivel de un primer single de TLC en 2017 y no, no tiene nada que ver con ‘No Scrubs’.
‘TLC’ despunta en unos pocos momentos, aparte de ‘Way Back’: ‘Haters’ es un buen single «que se jodan los haters» en el que destacan las suculentas armonías de T-Boz y Chilli, y precisamente son estas armonías las que han distinguido siempre al grupo y las que brillan por ejemplo en ‘Start a Fire’, una bonita balada de hoguera que además incluye un evocador fondo fantasmagórico en su producción; o en ‘It’s Sunny’, que es más que una recreación de ‘Sunny’ de Boney M: su estribillo de «pa pa pas» robóticos son irresistibles, mucho más de lo que parece. Un single buenrollista que además nos hace bailar como pocas veces lo ha hecho TLC, que es con un ritmo disco.
Luego está el resto. TLC tenían una responsabilidad con sus fans: o bien entregaban un disco con lo mismo de siempre o bien algo diferente, y han optado por lo primero, con resultados exangües. Sin embargo se traza una evolución en el sonido de TLC desde su último disco al actual: más bien se halla una involución, por ejemplo en los insípidos ritmos urbanos de ‘No Introduction’ y ‘American Gold’ o en ‘Perfect Girls’, un ‘Unpretty’ para la generación Millennial que la generación Millennial no va a oír jamás. Ni siquiera cuando el grupo experimenta con el swing en ‘Aye Muthafucka’ se intuye una canción mejor de lo que podría haber sido.
El nuevo disco de TLC es básicamente un homenaje a sí mismas que se resume en el agradecimiento final a sus fans ‘Joyride’, que desprende un mensaje claro: «muchas gracias por la pasta, lo hemos hecho lo mejor que hemos podido». Pero lo peor viene en la edición de lujo del disco: ‘No Scrubs’, ‘Creep’, ‘Unpretty’, ‘Baby-Baby-Baby’ y ‘Diggin’ On You’ aparecen recreadas exactamente como en sus versiones originales. Porque ‘No Scrubs’ suena igual, pero es que ‘Diggin’ On You’, una de las mejores canciones R&B de la historia, parece una base de karaoke. ¿Hacía falta? Realmente no. Pero escuchado este disco, casi nos hacemos la misma pregunta.
Calificación: 5/10
Lo mejor: ‘Way Back’, ‘Haters’, ‘It’s Sunny’, ‘Start a Fire’
Te gustará si te gusta: mucho TLC y que los grupos hagan «comebacks» aunque no cumplan con las expectativas
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