Desde el principio, Vince Staples ha demostrado que no es un MC del montón. No solo por su flow natural, veloz (supongo que no hace falta recordar cómo se merendaba la golosina de Gorillaz en ‘Ascension’) y versátil, capaz de sintonizar con los amantes del rap clásico y los que lo descubren gracias al trap. Sino, sobre todo, porque imprime en su dirección artística un cuidado singular: sus producciones no son cualquier cosa. Pone mimo en que no sean del montón, que tengan entidad y, a menudo, haciendo llamativos guiños a otros géneros, en lo que podríamos llamar la escuela Kanye West. Lo demostró sobradamente en su notable debut ‘Summertime 06’, donde encontrábamos irresistibles canciones pop –en términos generales– como ‘Señorita’ o ‘Norf Norf’. No es sorprendente, por tanto, que productores tan heterodoxos como James Blake o Flume hayan contado con él en sus últimos discos.
En el conciso, incisivo y directo ‘Big Fish Theory’ (en realidad, viene a tener la duración aproximada de cada uno de los dos discos que conformaban su debut), Staples redobla su apuesta: además de contar con invitados de auténtico lujo, apuesta por un sonido orientado a la pista de baile, en el que sonidos británicos como el grime y el UK Garage (ya se intuía, tras ‘More Life’ de Drake, que podrían convertirse en tendencia en EEUU) cohabitan con house, footwork y pop, con altas miras. Y es que, por si queríais saberlo, la teoría del pez gordo dice que el pez se hará más grande cuanto más grande sea su pecera.
Líricamente, Staples deja atrás la narración oscura de su adolescencia y primera juventud entre trapicheos y bandas callejeras, que ocupaba su debut, y la exposición de sus momentos anímicos más bajos. Aquí, aunque aún hay recuerdos de la violencia callejera (con otra secuela de su serie ‘Ramona Park’), sus espectro es más amplio, en sintonía con las últimas obras de Kendrick Lamar (que interviene aquí con un verso brutal –en su línea– en una ‘Yeah Right’ donde se ridiculiza la cultura de la opulencia comercializada por los artistas de rap). Sus versos, disparados como bengalas chisporroteantes en un naufragio (una metáfora prestada del clip de ‘Big Fish’), se esfuerzan por hacer abrir los ojos a la comunidad afroamericana de que ellos mismos pueden ser sus peores enemigos (“Crabs in a bucket / Wanna see you at the bottom, don’t you love it?” –‘Crabs in a Bucket’–) y que la educación, no la opulencia (“Love can be a lot, so maybe not / You can give me all the cash you got” –‘Love Can Be’–), ni el hedonismo (“How am I supposed to hae a good time / when death and destruction’s all I see”–‘Party People’–), es la clave para poder superar la desigualdad. Y, por supuesto, también hay llamadas a la insurrección y al empoderamiento de las clases desfavorecidas (“Tell the president to suck a dick, cause we on now”, ‘Bagbak’).
Pero, más allá de su carga lírica, lo que de verdad arrasa en uno cuando escucha ‘Big Fish Theory’ es lo poderoso que resulta prácticamente cada corte adquiriendo entidad rápidamente. Obviamente destacan enseguida esa barbaridad de bajos abisales llamada ‘Yeah Right’, que el tándem de ensueño formado por Sophie –que repite en ‘SAMO’– y Flume disponen para el lucimiento de Staples, Kendrick Lamar y Kilo Kish y el excitante single ‘BagBak’ (con potente base urban). Pero lo mejor es que el drum ‘n bass futurista de ‘Crabs in a Bucket’ (con, ojo, Justin Vernon –Bon Iver— en labores de coproducción), el future funk de ‘745’ y ‘Big Fish’ (con base de Christian Rich, que ya hicieron ‘Señorita’ para Vince), el urban post-Diplo con tintes soul que confeccionan GTA en ‘Love Can Be…’ (con el ídolo R&B de los 2000 Ray J y, atención, Damon Albarn a los coros), el pseudogrime sutil de ‘Rain Come Down’ (con Ty Dolla $ign) y el footwork con aspiraciones clubbers de ‘Party People’ son prácticamente igual de grandes.
Ante tanto featuring de campanillas (también andan por aquí A$AP Rocky y hasta Amy Winehouse –‘Alyssa Interlude’ comienza con unas declaraciones suyas tomadas de ‘Amy’, documental que impactó profundamente a Vince–), resulta significativo el hecho de que ninguno de esos nombres empañe que Staples es claramente la estrella, con la cantante Kilo Kish y el productor no-estelar Zack Sekoff como perfectos aliados. ‘Big Fish Theory’ no solo es la confirmación de Vince Staples como uno de los MCs más singulares de su tiempo, sino que le presenta como un artista total, capaz de atraer y hacer vibrar por igual a seguidores del hip hop, de la electrónica más audaz y del pop urban.
Calificación: 8,1/10
Lo mejor: ‘Yeah Right’, ‘BagBak’, ‘Rain Come Down’, ‘745’, ‘Crabs in a Bucket’
Te gustará si te gustan: la apertura de miras de Kanye West, la pericia de Kendrick Lamar, los raperos que van al Sónar
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