Vale, los sonidos urbanos que se alimentan de R&B, soul y hip hop dominan el mercado. Pero la aparición de tanto en cuanto de grupos como BlackWaters alimenta la certeza de que también hay sitio para el rock rabioso e iracundo, desbocado y ruidoso. En sintonía con Shame o Goat Girl, bandas tan jóvenes como este cuarteto de Guidford, BlackWaters hacen rock de la escuela de The Fall, si bien en su caso no hacen ascos a un buen gancho que se quede merodeando por nuestras cabezas durante días. De hecho, citan entre sus influencias a grupos de rock para los que la melodía es básica, como Ramones, The Clash o Jonathan Richman y sus Modern Lovers.
Estos mozalbetes comenzaron publicando buenos singles en 2016, como ‘Moon on a Stick’ o ‘Jarr’ed Up Generation’, que les llevaron a telonear a los australianos DMA’s y a actuar en festivales como Leeds o Reading. Tras recibir elogios y el respaldo de personalidades como Carl Bârat (la referencia a The Libertines es totalmente inevitable), este año se han desatado del todo con canciones tan arrebatadoras como ‘Down’ y ‘Fuck Yeah’.
Y no parece que sus bazas se agoten con ellas, porque el doble single que acaban de lanzar ‘Let The Good Times Roll / Love Is a Future Computer’ (Try Another Way)’ reafirma las primeras impresiones: su cara A es una verdadera apisonadora, abrasiva y magnética, un paso decisivo que posiblemente les abra las puertas de muchas listas de reproducción; su cara B, en cambio, es una pieza acústica que remite a los trágicamente desaparecidos Palma Violets.
Antes de que se hagan sumamente populares y solo quepa verles engrosando un festival, este fin de semana ofrecen su primer concierto en la ciudad de Barcelona. Será este sábado, 19 de agosto, en Razzmatazz.