Joplin, Cobain, Winehouse, Morrison, Hendrix – todos murieron con 27 años, que es la edad que tiene en estos momentos Adore Delano. Sí, los he metido a ellos y a ella en la misma frase; quienes queráis lapidarme podéis hacerlo, pero os invito a seguir leyendo y quizás os convenza de que la referencia no es solo para llamar vuestra atención. La razón más obvia para esa referencia es que este álbum iba a llamarse originalmente ’27 Club’, y finalmente la artista ha dedicado al malogrado Club un tema homónimo (cuyo pre-coro recuerda de hecho a ‘Rape Me’) en el que habla de esa escena, de su propia relación con las drogas, y de su conclusión respecto a cómo quiere llevar su vida: «I’ve been trying and I’ve been buying / and I’ve been lying and I’ve been crying / and that’s how I know / that I don’t wanna go» canta en el segundo corte de su tercer disco. «Tercer disco, pero, ¿esta tía quién es?»: aunque habrá quienes la conozcáis, antes de continuar es necesario hacer un intensivo sobre Adore para quienes se estén haciendo esa pregunta, que imagino que serán unos cuantos.
Tenemos que empezar por Danny Noriega participando en una edición de ‘American Idol’ y, años después, presentándose a la sexta temporada de ‘RuPaul’s Drag Race’ -para saber en qué consiste el programa tenéis estos(1) artículos de mi compañero Lolo- como Adore Delano («ya no sé dónde empieza y dónde acaba, Danny se convierte en Adore y Adore en Danny, pronto no sabré la diferencia» declaró recientemente, tras declararse género fluido). No ganó la edición, pero sí el cariño del público, hasta el punto de que es la participante más seguida en redes sociales de toda la historia del programa… ¡casi tantos como el propio RuPaul! Aprovechó para sacar ‘Til Death Do Us Party’ y ‘After Party’, pero, si escucháis algo de esos dos álbumes, como ‘D.T.F.‘ o ‘Take me there‘, os daréis cuenta de que el sonido de este ‘Whatever’ no puede estar más alejado al de sus dos primeros discos, o al de otras participantes del programa que luego han sacado música – un ejemplo sería la divertida ‘Anus‘ de Alaska Thunderfuck. En plena batalla legal con su antigua discográfica, Delano decidió dar un giro sin la presión de ésta; así, ha sacado este material de forma independiente, con la ayuda de su amigo Nathan Morrow.
Sin desmerecer a sus compañeras del programa, su voz siempre apuntó más alto, y en este tercer trabajo se puede comprobar mejor que nunca. Grabado precisamente en la capital del grunge, Seattle, la artista cita entre sus influencias a Chris Cornell, Brody Dalle, Courtney Love y Pete Burns, pero también a Alanis Morisette y Fiona Apple, y cuenta que quería sonar a lo que Danny escuchaba de adolescente (llegó a ser vocalista en una banda garage-punk por esa época). Así, en temas como ‘Witch Hunt’ y ‘Whole 9 Yards‘ tenemos este nuevo sonido, sin que el descaro de Adore desaparezca, con frases como «I can make you bleed without touching, baby / I’m just a bitch, filthy dirty witch» en la primera, o el doble sentido sexual de la segunda. Por el nuevo sonido podemos pensar, mientras lo escuchamos, en musicales que han tratado de unir el rock con el drag (‘Hedwig and the Angry Inch’, ‘Rent’, ‘Rocky Horror Picture Show’), pero es que, en algunos momentos, la intensidad llega a acercarse al hardcore, como en el estribillo marilynmansonesco de ‘No School’, donde habla con rabia sobre el acoso escolar, o en el final del single ‘Negative Nancy‘, aunque baja en otros más pausados como ‘Princess Cut’ o, sobre todo, en ‘Pretty Boys Cry’, probablemente el corte donde su voz brilla más.
‘Pretty Boys Cry’ es sin duda uno de los puntos destacados del álbum, pero es una pena que el acompañamiento no esté a la altura de las posibilidades vocales y la letra: con arreglos de mayor calidad, sería un baladón mayor de lo que ya es… aunque la habilidad de Adore para expresar emociones con su voz alcanza aquí un punto que hace que se lo perdonemos. Merece también mención el experimento que hace con dos canciones: quizás como regalo a los fans de temas como ‘Party’, hay una respuesta más popera a ‘Whole 9 Yards’ y ‘Butterfly’ en los dos últimos cortes del disco – con cierta oscuridad, aún así. ‘But Her Fly’ coquetea con el dubstep y el drum&bass, y es la sorpresa que supera a la original, funcionando muy bien los coros del estribillo. Por otro lado, si a alguien ‘Whole 9 Yards’ no le parecía suficientemente sexual, ‘Hole Nine Yards’ es como el remix electropop-casi-bakala que sonaría en un tugurio, y que nos hace añorar esa maravilla de los Scissor Sisters que es ‘Invisible Light’.
En recientes declaraciones, Delano esperaba que a sus fans les gustase su nuevo sonido, animarles con ello a que sean «el resultado de lo que pasa cuando no haces lo que se supone que tienes que hacer,» y que, en caso de que no les gustase, tienen el material que hizo antes, «so whatever» (literal). Este giro parece venir motivado, como en tantos discos de este año, por el rumbo político de EEUU: «todas las divas pop están como calmándose y diciéndole a sus fans «tranquilos, vamos a estar bien» y y yo estoy como «no, de hecho, NO estamos bien, haceos un moño, pintaos símbolos de lucha y manifestaos.» Como decíamos antes, el nuevo sonido es el de los grupos que la finalista de RuPaul escuchaba en su adolescencia, en plena administración Bush, cuando era, según sus palabras, «un chico cabreado, y con el gobierno actual es necesario que existan chicos cabreados». No en vano, el álbum se abre con ‘Adam’s Apple’, quizás la canción más política en este sentido: «morning boy loves pink / the teenage girl loves to think / old stepdad loves to drink / the new white world loves to sink» son las primeras frases que oímos. Este espíritu reivindicativo está relacionado con el punk, sí, pero muchos parecen olvidar que también lo está con el drag: en los 70, ambas escenas estaban bastante más unidas, y ese es un espíritu que Adore quiere recuperar: «la idea del drag en sí es punk-rock, es la rebelión absoluta, ir contracorriente, necesitamos traer eso de vuelta: hagamos el punk divertido y gay de nuevo, empecemos la rabia del arcoiris.»
En conclusión, ‘Whatever’, superado el shock inicial, supone un paso en la buena dirección para la carrera musical de Adore Delano y para su credibilidad artística -no porque el material anterior fuese malo, sino por ser una prueba de su versatilidad y de por qué es considerada una de las drags con más carisma y personalidad-, y nos muestra a alguien que puede entregarnos en el futuro un gran disco de rock (o de punk, o de pop) en el que se luzca realmente su voz y potencial, aquí no muy aprovechado. Otra cosa que también nos muestra este tercer trabajo es que, si hace unos meses os hablaba de Kiddy Smile y de por qué era necesario, alguien como Adore es también necesaria en los tiempos que corren. Ella, como Kiddy, cuando la sociedad le pide que agache la cabeza lo que hace es enseñar los dientes con una mezcla de rabia y alegría, mientras nos invita a seguir su camino. Habrá quienes estén de acuerdo con esto, habrá quiénes no lo estén. Pero bueno… whatever.
Calificación: 6,7/10
Lo mejor: ‘Pretty Boys Cry’, ‘Whole Nine Yards/Hole Nine Yards’, ‘Witch Hunt’, ‘But Her Fly’
Te gustará si te gusta: Courtney Love, Soundgarden, Adam Lambert, Bring Me The Horizon, Blink-182, Anastacia, ‘Rent’, ‘Hedwig and the Angry Inch’, el glam-rock de Bowie y Tino, el punto en que la Gaga de ‘Born This Way’ se cruza con Bon Jovi… y, por supuesto, RuPaul. Y si no te gustan los prejuicios.
Escúchalo: Spotify