Ballena: «En el indie todo tiene que tener un pequeño poso de drama o negatividad, y a nosotros eso no nos iba»

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Ballena: «En el indie todo tiene que tener un pequeño poso de drama o negatividad, y a nosotros eso no nos iba»

Ballena han publicado este otoño su debut en Subterfuge, que este viernes 22 de diciembre presentan en Málaga. Un álbum con vínculos con Lori Meyers, Beach Boys o Teenage Fanclub que destaca por sus armonías vocales. El trío no se compone de novatos, sino de 3 músicos que a lo largo de las 2 últimas décadas han pasado por formaciones como Cecilia Ann o Fila India. En este caso hablamos con Miguel (derecha), portando una reveladora camiseta de The Shins, y Juande (izquierda) sobre su álbum, la escena, los prejuicios y el humor en el indie.

¿Qué ha aportado vuestra experiencia como músicos al disco de Ballena?
Miguel: «Haber estado tantas veces en el estudio. Cuando empiezas, te pones en mano de productores y dices «quiero sonar como este grupo» y es un error: tienes que sonar como tú suenas. Cuando has grabado mucho, ya sabes lo que puedes hacer y lo que no. El disco tiene una producción muy fresca por eso, porque ya sabemos que como te enredes no te sale lo que quieres y te quedan las cosas regular».

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¿Buscabais esa frescura entonces?
Juande: «Es más una consecuencia que una decisión premeditada. No nos metimos en el estudio pensando que queríamos que sonara fresco. Hasta que no estuvimos los 3 juntos en el estudio no sabíamos lo friquis que éramos los tres. El más friqui del sonido suele ser el técnico, pero en este caso éramos nosotros tres».
M: «Creo que el disco suena fresco porque yo siempre he sido bajista, él era batería, Alejandro había estado también en la parte de atrás de otro grupo y cuando empezamos en la banda, decidimos que no habría líder. Como siempre habíamos tenido un líder, decidimos que seríamos como una cooperativa. Para elegir los colores de las camisetas o cualquier tontería tardamos el doble, pero estamos orgullosos de decir que todo es democrático y que todo está registrado a partes iguales, tanto letra como música, para que no hubiera ningún freno. En cuanto hay una firma, empieza la competición en un grupo. Yo como bajista he visto que es injusto que si yo hago una línea de bajo, otra persona se lleve todo el crédito».

«Estamos orgullosos de decir que en Ballena todo es democrático y que todo está registrado a partes iguales. En cuanto hay una firma, empieza la competición en un grupo».

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Pero en el vinilo las letras salen firmadas por ti…
M: «Pero no en la SGAE. Y están firmadas porque ellos me lo pidieron».
J: «Sí, porque con la música, alguien traía algo y luego se convertía en otra cosa. Pero las letras, sin decidirlo, él las fue trayendo y nos gustaban. Si lo hace él y lo hace guay, ¿para qué vamos a meter las narices? Entonces decidimos eso, ya que se las había currado él».

¿Qué canción o experiencia rescataríais de vuestro pasado?
M: «De los conciertos mi etapa con Cecilia Ann, tocamos mucho fuera de Andalucía, hicimos un FIB, vimos a nuestros ídolos desde la grada. Y de Fila India la amistad, desarrollarte como músico desde cero, del local de ensayo de tu barrio a telonear a Dover… Son muchos años, somos un poco viejunos».
J: «Colaborar con gente con la que tienes una conexión bonita. Es como los ligues: puedes salir con unos cuantos, pero te acuerdas de algunos. Viví en San Sebastián y toqué con Flavio Bánterla, que ha fichado con Warner. O con NegroAzulado. Y esa conexión nos ha pasado también en Ballena. Tenemos los huevos muy gordos, personalidades muy fuertes, pero hay diálogo y una dinámica muy productiva».

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El disco suena a verano, incluso la portada es veraniega, pero sale en otoño…
M: «El disco lo grabamos en verano. Viviendo en Málaga siempre es verano, aunque yo odio el verano porque soy de sudar (risas). Tiene que influir ver sol, guiris en la playa… Yo estaba obsesionado durante el disco con los Shins y Tame Impala, aunque el disco no va por ahí. Me han dicho que suena a El Niño Gusano y los respetamos pero no es un grupo de cabecera para nosotros».

«No voy a decir nombres pero hay grupos que van de cosas que no son. Con lo guay que estaban las letras de los primeros discos, aunque fueran más naíf…»

¿Cuán importantes son las letras? Porque parece que lo importante de verdad en Ballena es la sonoridad de los coros.
M: «Es mi primera experiencia como letrista. Pensé que iba a ser más difícil. No quería pecar de ser algo que no soy: hacer algo ostentoso, demasiada poesía si no soy un poeta… Quería hablar de cosas cercanas. Hay una canción que habla de mis hijos, ‘Trío de pedernal’. Cada estrofa habla de un hijo, con la mala suerte de que al terminarla se quedó mi mujer embarazada del cuarto (risas) Quería jugar con las características de mis hijos, como les gusta a los tres ‘Los Goonies’ se llama ‘Trío de pedernal’. Quería mezclar la vida antes de tener niños con la de después. Pero quería que quedara natural. No voy a decir nombres pero hay grupos que van de cosas que no son. Con lo guay que estaban las letras de los primeros discos, aunque fueran más naíf».
J: «Yo creo que los coros son consecuencia no planeada de haber sido los tres bajistas o guitarras detrás del líder. Estamos acostumbrados a armonizar canciones, porque lo que hace el bajista es trabajar por encima de una armonía. Se nos ocurrían 7 líneas, a lo mejor a veces hemos recargado».
M: «Los coros se grabaron en Málaga durante un par de semanas, tienen un curro de horas y horas probando, grabaciones en el móvil, poner, quitar. Pensábamos en The Posies, CSNY, Teenage Fanclub… nos gustan los grupos con muchas voces. Yo también estaba muy inseguro con mi voz, que al final a la gente le está gustando, pero yo no lo tenía tan claro. Los coros siempre refuerzan la voz principal».

¿No tenéis referencias nacionales?
M: «Yo soy muy fan de Planetas, todavía cuando me encuentro a Jota me pongo nervioso, como cuando he visto a Teenage Fanclub. ‘Súper 8’ me pilló en el instituto y fue cuando me di cuenta de que se pueden hacer canciones chulas con la música que me gusta, que es la anglosajona. Me había gustado Elvis, los Ramones, que los estuve escuchando 4 años sin saber quiénes eran porque los tenía en una cinta por la cara B de Elvis… Nos gustan grupos nacionales, pero un referente no».

‘Los Cañones de Navarone’ puede sonar un poco a Planetas, pero poco más…

M: «Pues esa la llamamos «Band of Horses» porque nos recuerda a ellos. ‘Portugal’ sí nos recuerda a Planetas. Se la mandamos a Jota para una segunda voz pero al final no la pudo meter porque estaba con ‘Zona temporalmente autónoma’. Aunque yo creo que no le apetecía».
J: «Los grupos nacionales que nos gustan suelen ser una interpretación de la música anglosajona, pero cuando quieres escuchar un rock concreto tiendes a la fuente y a la referencia de origen y te pones a los Posies».

‘Portugal’ sí puede sonar un poquito a Navidad con esas campanas navideñas, ¿no?
M: «Las hizo Dani (Guirado), que toca con Manu Ferrón y Pájaro Jack. ‘Portugal’ habla de una época muy tierna porque mi mujer se fue a Portugal embarazada y con mi hijo. Yo estaba triste, con la separación todo me salía mal, rollo Peter Seller, compré una tarta para el cumpleaños de mi hijo que era una mierda, mi suegra me puteaba… Por el rollo melancólico salieron esas campanas. Pero conseguimos superar la situación con nota y por eso la canción dice: «España ganará también a Portugal».

La infidelidad es un tema en este disco, ¿no? Están los cuernos de ‘Aeróbic cristal’ y ‘Taxígrafo’.
M: «No. ‘Taxígrafo’ es una mezcla de «taxímetro» y «polígrafo». Cuando empezamos a salir mi mujer y yo, se lo ocultamos a nuestros amigos durante 6 meses. Disimulábamos: yo me cogía un taxi con un amigo, fingía que me metía en casa, pero luego me cogía otro taxi y me iba con mi mujer. Una noche me monté en el mismo taxi que me llevaba y me dijo el tío «¡si te acabo de llevar!». Le dije al taxista que era otro, acojonado por si me descubrían y por eso digo «ese no era yo». Fue una historia con la que nos reímos muchísimo. Quizá es un poco de infidelidad a mis amigos».
J: «Nos gustan las letras porque son una cosa muy real, muy de la vida, no una movida rara porque suene guay, sino algo que ha pasado de verdad».

¿Cómo surgió la flauta travesera, tan definitoria de ‘Tropisálida’?

M: «Es de 2002, de cuando trabajaba en ‘Arrayán’, un culebrón andaluz de 2500 capítulos con el que ganamos un Ondas. Una chica que trabajaba allí hizo un corto sobre el maltrato a la mujer y me pidió que hiciera la música. La voz hacía esa melodía y pensamos que un instrumento lo repitiera con otra textura. Nos parecía que la flauta travesera era lo menos indie del mundo. Hay que abrirse a otros instrumentos. Alejandro de Lori Meyers toca ahí también porque es profesor de guitarra clásica, tocaba bossa con el padre».

Pero la letra finalmente no habla de maltrato…
M: «Es sobre una mujer mayor que ha estado fusilada psicológicamente toda su vida. Se van de vacaciones a Brasil, ella intenta algo, pero él no quiere nada con ella, conoce a un tío de allí, bien dotado, se va con él y deja al marido. En la segunda parte una amiga le dice «ya eres libre, vete con este hombre tan bien dotado». Es la liberación de una mujer que ha estado con un maltratador psicológico toda su vida. Pero tampoco quería que se supiera que habla de eso. Como es la primera vez que hago letras, igual estoy ocultando instintivamente lo que quería decir».

Es difícil no preguntarte sobre las letras cuando empiezas el disco con algo como ‘El policía del estilo’: “dime la verdad: ¿a que son buenas mis canciones?”, “se me fue de las manos mi odio al ser humano” o “déjate llevar por estos cuatro acordes menores”. Tanto que psicoanalizar…

M: «Esta canción habla de todos los músicos que hemos intentado triunfar y no hemos podido. Lo intentas, lo intentas y lo intentas, y nada. Y sale un grupo nuevo que no sabe ni tocar y están ahí poniéndolos todo el día en Radio 3. Es reírnos de nosotros mismos, de los músicos frustrados que no conseguimos llegar donde queríamos. Es de un tipo que trabaja en un club y canta, pero no tiene éxito, por lo que envenena a los grupos que tocan en el club con el Jägermeister, el licor de hierbas de los modernitos. La policía le ha pillado, le tienen arrestado, pero el tío sigue: “dime la verdad, ¿a que son buenas mis canciones?”. Es un círculo de locura. Nosotros nos hemos liberado hace tiempo de eso y nos gusta reírnos de nosotros mismos. El vídeo es esta historia hecha un pequeño corto. Airbag son el primer grupo en ser envenenado, y los siguientes íbamos a ser nosotros».

¿Alguna canción cuya acogida en directo os haya sorprendido?
J: «‘Lolalé'».
M: «Muy pop, muy Teenage Fanclub».
J: «Un poco Posies, es un tempo más lento, pero me recuerda mucho a Tom Petty. Parece que se va a ralentizar en directo, pero no, a la gente le gusta».
M: «Este tema lo trajo Ale y yo quería hacerlo más Wilco, pero al final es muy pop, muy cristalino. Siempre que tocamos ‘Tropisálida’, a la gente le gusta el rollo Stereolab de los teclados, les gusta el rollo bailongo».
J: «Hemos tocado 6 o 7 temas, hay temas que aún no hemos tocado todavía. Con otros proyectos sabíamos que teníamos 4 temas buenos y luego otros 4, pero de Ballena nos gustan todos los temas al haber trabajado tan intensamente en todos».

Por lo que veo hay bastante humor en el grupo…
J: Lo estaba pensando cuando has dicho lo de «veraniego». En el mundo del indie todo tiene que tener un pequeño poso de drama o de negatividad. Incluso grupos de baile de festival tienen que tener un rollo de oscuridad y a nosotros eso no nos iba. Si la canción es happy, es happy».
M: «Los prejuicios son súper negativos, en España tendemos a eso y si miras Reino Unido o Estados Unidos, no hay nada de eso. Y los festivales son súper eclécticos y te encuentras desde P!nk a Superchunk».
J: «Se ha creado un redil estilístico y si no estás ahí ya eres mainstream, cuando fuera ves en un festival a Tom Jones y a The Cure».

«Un Dani Martín, que está en una multi, tiene que buscar público nuevo porque los niños quieren C. Tangana. Nadie quiere ver un tío tocando rock’n’roll»

¿Pero a vosotros os gusta el mainstream? Todo lo que mencionáis es indie onda Teenage Fanclub…
J: «No especialmente pero no me molesta el mainstream, puedo oír un disco de Rihanna y reconocer un bombazo, igual yo le cambiaría la producción pero es un hitazo y no hay que avergonzarse de eso».
M: «Por qué te lo tienes que negar. En España ya solo hay indie, reggaetón o trap. Ahora los de antes del mainstream quieren estar en el indie. Es como que se están quedando sin público. Un Dani Martín, que está en una multi, tiene que buscar público nuevo porque los niños quieren C. Tangana. Nadie quiere ver un tío tocando rock’n’roll. Este hombre empezó en plan teenager pero su público tiene hijos, deja de ir a conciertos. Las giras de Dani Martín en Málaga cada vez son en sitios más pequeños. Nosotros conocemos a Coqui Jiménez, que es de Málaga y toca con él».

Igual por eso ha tocado con Iván Ferreiro en Dcode.

M: «No lo sabíamos. En Málaga he trabajado llevando a los grupos en furgoneta. Conoces a grupos de los que eres fan y ves que no se toman tan en serio las cosas como nosotros. No están tan afectados, se ríen un poco de todo. Yo me preocupaba de ver qué les ponía, qué no, y acabas hablando de fútbol. He ido con Aidan Moffat (Arab Strap), Belle & Sebastian, en Sevilla llevé a Mogwai a ver la Copa de Escocia. No tienen tantos prejuicios, tienen una educación musical envidiable a la nuestra porque sus padres ponían Neil Young. Siempre digo que para los guiris somos como japoneses haciendo flamenco. Nuestra escena no les interesa. Piensan: «son graciosos, hacen como que cantan en inglés». Gracias a Dios, ahora cantamos en castellano».

Si has trabajado de runner, supongo que tendrás anécdotas para un libro…

M: «Estuve con TOY, me parecieron increíbles, no entiendo por qué no han pegado un pelotazo. Pero hay grupos que llegan a casa en Portland y tienen que dar clase de guitarra para llegar a fin de mes».
J: «Yo me fui a San Sebastián a ver a Midlake porque estaba enfermizamente obsesionado con «Van Occupanther», a la salida me quedé en plan grupi, cosa que no he hecho jamás, ahí no había nadie y me dieron un pase y me quedé con ellos junto con mi novia. Me contaban que estaban hasta la polla de ducharse de hoteles, que daban clases de guitarra, llevaban una vida muy mundana, cuando para mí estaban en el Olimpo de la creatividad, creando en un bosque».

Midlake también se quedaron un poco en nada…

J: «Es que desde que se fue Tim Smith… De hecho se fue pronto al hotel, ya se veía que si alguien tenía que tener imagen de artista atormentado, era él. Se quitó de en medio…»

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