Le Figaro confirma este domingo la muerte de France Gall, una de las cantantes más queridas de Francia, a causa del cáncer. Tenía 70 años. Gall ha fallecido pasadas las 10 de la mañana en París, como ha confirmado su agente Geneviève Salama. “Estas son unas palabras que jamás hubiéramos querido pronunciar”, ha expresado Salama en un comunicado. “France Gall se ha unido al Paraíso blanco el 7 de enero, después de haber desafiado durante 2 años, con discreción y dignidad, la recurrencia de su cáncer». Gall era ingresada recientemente de urgencia debido a una “infección severa”.
Gall será por siempre recordada por su eterna ‘Poupée de cire, poupée de son’, canción con la que ganó en 1965 el Festival de Eurovisión -representando a Luxemburgo- y que compuso Serge Gainsbourg, con quien entabló una relación profesional muy temprana. Gainsbourg fue de hecho compositor del segundo single de la carrera de Gall (previo a “Poupée de cire”), ‘N’écoute pas les idoles’, que fue número uno en Francia durante tres semanas. En esta etapa de su carrera, Gall era conocida por su voz dulce y personalidad naíf (todo un precedente para cantantes como Alizée), por lo que no tardó en interpretar canciones infantiles, a menudo a regañadientes, como fue el caso de ‘Sacré Charlemagne’, que a la postre vendería 2 millones de copias.
Con tan solo 21 años, ya desligada de la época ye-yé, la carrera de Gall haría aguas en los años de la psicodelia, que serían decisivos a su vez para su vida, pues en esta etapa conocería a quien sería su marido durante décadas, el compositor Michel Berger, fallecido en 1992. El siguiente gran éxito de Gall llegaría en los ochenta, con una ‘Ella, elle l’a’ dedicada a Ella Fitzgerald que sería un hit en Europa, y que en la década de los 2000 popularizaría -en clave dance- la belga Kate Ryan. Es, de hecho, la canción más escuchada de Gall en Spotify, con cerca de 6 millones de reproducciones. Le siguen otros éxitos tempranos como ‘Il jouait du piano’ o ‘Laisse tomber les filles’. Con todas ellas os dejamos.