Resulta descorazonador haber visto cómo un proyecto tan interesante, bonito y evocador como La familia del árbol pasaba más desapercibido de lo que los que hemos disfrutado de sus dos álbumes de estudio, y por supuesto el propio grupo, hubiéramos deseado. De manera algo accidental –el embarazo y maternidad de Pilar Guillén obligaron a promocionar en solitario las canciones de ‘Odisea’ y ‘La montaña y el río’–, Nacho Casado encontró una nuevo enfoque para su creatividad en un perfil exclusivamente acústico. Sus viejas canciones y su fantástica voz se prestaban a esa faceta perfectamente y, además, inspiraron al ilicitano a escribir nuevas canciones inspiradas por la playa, el amor y el verano, el verão en portugués.
El nombre es un intencionado guiño a la raíz brasileña de muchas de estas canciones que ahora se reúnen en un disco grabado con el solo apoyo de un contrabajista –sólido y sinuoso–, con una ambientación cuidada y un doblado de voces exquisito. En contra de lo que pudiera parecer, ese minimalismo de medios logra en realidad multiplicar su capacidad evocadora, en una tesitura próxima a la bossa alternativa del Jose Gonzalez y los Kings of Convenience más acústicos. Así, entre guiños a João Gilberto, Jobim, Gilberto Gil, Chet Baker, Paul McCartney y Harry Nilsson, Casado factura preciosidades inapelables como ‘Edén’, ‘Chet Baker’, ‘En el interior’, luminosas y cálidas, odas a las cosas pequeñas y modestas que, en proporción inversa, lo significan todo.
Nacho equilibra esos momentos felices con otros cargados de melancolía, no muy distantes de los Le Mans de ‘Saudade’, en los que parece rendirse a la amargura de un mundo duro con los sensibles –‘Luna’–, aunque él sepa agarrarse al amor de su pareja y su hijo –‘Portofino’, ‘Universo’– para reunir fuerzas y desterrar las sombras –‘Adiós, tristeza’, ‘Una vida normal’–. Todo en ‘Verão’ está dotado de una sensibilidad extrema que su producción y las sentidas interpretaciones dotan de un primer plano casi embarazoso, como si estuviéramos viendo a Nacho en la soledad de su dormitorio, escondidos en el armario, mientras él interpreta maravillas como ‘Corazón’ y ‘En el interior’. El mundo se divide entre los que verán en estas canciones a un llorica plañidero y los que vemos a un hombre capaz de reflejar con su talento la realidad más agridulce de una manera precisa y preciosa. Elige.
Calificación: 7,8/10
Lo mejor: ‘Edén’, ‘Chet Baker’, ‘En el interior’, ‘Corazón’, ‘Universo’, ‘Adiós, tristeza’
Te gustará si te gustan: Jose Gonzalez, Kings of Convenience, Le Mans
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