Este miércoles, 14 de febrero, la cantaora y creadora Rocío Márquez ofrece en el CCCB de Barcelona un interesante espectáculo llamado ‘La costilla de Rocío‘, que hasta ahora sólo se había podido ver en Sevilla y Shanghái. Se trata de un concierto en el que la acompañan el guitarrista Raúl Cantizano y proyecciones del colectivo Los Voluble, englobado dentro de la exposición ‘Después del fin del mundo’, que parte de una acción-exposición del pintor Manuel León basada en el comportamiento de una planta trepadora de origen tropical llamada la costilla de Adán. Márquez, como parte de la exposición, «canta letras extraídas del libro ‘La memoria secreta de las hojas’ de la bióloga Hope Jahren, [y] del imaginario machista del flamenco tradicional» en una acción sonora y visual que conecta «biología» y «la presencia mágica de las mujeres».
Aprovechando esta visita de Rocío, hemos tenido una conversación –vía mail– con ella sobre el que fue para nosotros uno de los mejores álbumes del pasado año, ‘Firmamento‘, indagando en su origen, sus razones para trabajar con Raül Refree y también su visión sobre el panorama flamenco actual y las acusaciones de apropiacionismo hacia Rosalía.
Foto exterior: Javier Salas, cedida por la artista; foto interior: Celia Macías, cedida por CCCB.
Hola, Rocío. Es un placer, te agradezco mucho que me atiendas. En primer lugar, creo que vienes de hacer varias fechas en Francia. ¿Cómo te ha ido en este país, con bastante afición al flamenco?
Muy bien, gracias. Allí estoy como en casa. Es un país con el que me siento muy agradecida por todo lo que he vivido y aprendido en él.
¿Cómo te sientes ahora, meses después de su edición, con respecto a ‘Firmamento’?
Muy contenta, disfrutamos mucho haciéndolo en directo, tengo suerte de poder compartir escenarios con personas que admiro y quiero.
Es tu disco más osado, o menos ortodoxo, dentro del flamenco. ¿Cómo percibes que lo ha recibido tu público habitual?
Quizá sea mi trabajo más atrevido por prescindir de la guitarra totalmente, pero el público ya estaba prevenido con el disco anterior, ‘El Niño’, por eso creo que el susto ha sido menor (risas). El feedback que me llega es muy positivo.
A lo mejor la cuestión es que, más que flamenco, es un disco de música popular, ¿no?
Los caracoles, los fandangos de Huelva, la seguiriya… son palos flamencos con melodías y estructuras rítmicas que los definen, vinculados con lo popular, matiz que hemos querido resaltar en este trabajo.
«Me gustaría poder pensar (…) en la aceptación del público, pero esa intención me desconecta de mi propia necesidad musical»
¿Eras consciente de que un disco tan atrevido, aunque a la vez tan cálido y potente, podría alcanzar a nuevos públicos?
Cuando vivo el proceso de creación de un nuevo proyecto me centro mucho en las sensaciones y en los bastones teóricos que intento buscar previamente. Me gustaría poder pensar también en la aceptación del público, pero esa intención me desconecta de mi propia necesidad musical del momento, por eso he dejado de pretenderlo.
En ese sentido, ¿sientes una vocación didáctica, como tuvo por ejemplo Enrique Morente?
Me encanta lo profundo, las ideas con cimientos, el corazón con cabeza… por eso adoro a Morente.
«Tengo la sensación de que el concepto feminismo ha sufrido una apropiación por parte del sistema heteropatriarcal en el que vivimos»
En ‘Firmamento’ empujas la presencia de otras mujeres, aparte de ti, como creadoras, no sólo como intérpretes… ¿Vislumbras avances en un mundo tan aparentemente dominado por los hombres como el flamenco?
Últimamente tengo la sensación de que el concepto feminismo ha sufrido una apropiación por parte del sistema heteropatriarcal en el que vivimos… y qué difícil no caer en esto, como está el mercado…
También hay en él momentos de compromiso político y social, tanto con la ecología como con la clase trabajadora -además de los cantes mineros, Voces o Si yo me duelo son bastante explícitas-. Se echaba de menos ese punto reivindicativo en el flamenco, que en realidad está en su mismo origen, ¿no?
El flamenco y lo social están íntimamente relacionados; en su origen, desde que sirve como catalizador para las voces oprimidas, en letras tradicionales como la del mirabrás –“voz del pueblo, voz del cielo”–, en artistas como Gerena o Moreno Galván a través de Menese o en actitudes como la cercanía y horizontalidad que se da en la mayoría de peñas flamencas… No todos los artistas sienten la necesidad de expresar un posicionamiento ideológico en sus propuesta, pero tampoco es nada extraño que suceda.
«En el flamenco siempre han coexistido líneas más tradicionales con otras más abiertas (…) Me hace gracia que se vea como algo “nuevo”»
El género está viviendo una aparición de artistas que sale de los márgenes de la ortodoxia, como tú misma, Niño de Elche o Rosalía. ¿Dirías que de alguna manera, aunque sois de lugares –físicos y vitales– muy distantes, puede considerarse parte de una corriente?
Permanentemente hay corrientes y modas. En el flamenco siempre han coexistido líneas más tradicionales con otras más abiertas, como Rocío Molina/Manuela Carrasco, Fosforito/Morente, Israel Galván/Farruquito… Por eso me hace gracia que se vea como algo “nuevo”, pero entiendo que se use esa etiqueta porque vende.
Curiosamente, los tres habéis trabajado con alguien en principio ajeno al género como Raül Refree. Igual el nexo está ahí… ¿Cómo es trabajar con él?
Yo disfruto mucho cada vez que nos juntamos, no para de inventar, adoro su falta de prejuicios. El trabajo que ha hecho como productor en mis dos últimos discos ha sido muy enriquecedor para mí.
Al hilo de Rosalía, que si no me equivoco hizo alguna gira contigo, ¿qué piensas de su éxito y de que esté proyectando el flamenco a gente muy joven, hasta ahora ajena a él, e incluso al mundo anglosajón?
Me parece que es una artista muy interesante que nos trae mucha frescura. Más allá, sí me gustaría animar a estos nuevos públicos y medios de comunicación que se acercan a Rosalía a entrar más de lleno en el arte flamenco. Tenemos una maravillosa riqueza, un arte diverso con gran cantidad de artistas talentosos que en mi opinión no gozan del reconocimiento que merecen.
«Puede ser muy rico abrir un debate sobre racismo, privilegios, modas, apropiacionismo… pero no comparto el que todo este malestar y crítica estén orientados hacia una compañera»
No sé si estás al tanto de cierta polémica con ella, en la que una joven gitana la acusó de apropiacionismo e incluso antigitanismo por su manera de hacer flamenco, en su opinión impostada. Esto podría aplicarse a mujeres como Mayte Martín o tú misma, u hombres como Miguel Poveda, Arcángel… ¿Tienes una postura al respecto?
Este es un tema de grandísima complejidad. Por simplificar mucho, diré que puede ser muy rico abrir un debate sobre racismo, privilegios, modas, apropiacionismo… Pero no comparto el que todo este malestar y crítica estén orientados hacia una compañera que, en definitiva, entiende el arte a su manera y se expresa libremente.
En unos días presentas en el CCCB ‘La costilla de Rocío’. Háblanos de ese espectáculo, qué es y qué ofreces en él…
Antes de veranos hicimos una acción-concierto sobre la exposición de mi admirado Manuel León “La Costilla de Santa Clara”. Ahí nos juntamos con Raúl Cantizano, Los Volubles y Esther Regueira. Para mí fue especial trabajar tan vinculada al contexto y sobre un tema que me apasiona: la naturaleza. Ese fue el pistoletazo de salida. El reto en el CCCB es volver a fundirnos con las obras de arte expuestas en este momento, interiorizarlas y musicarlas.
‘Firmamento’ nació, en cierto modo, de aquel espectáculo en el Teatro Real. ¿Es posible que salga de aquí tu nuevo disco?
Nunca se sabe… Estoy deseando vivirlo y sentirlo y después, ya veremos…