OMD actuaban anoche en La Riviera de Madrid con todas las entradas agotadas con una semana de antelación. Y cabe preguntarse si no deberían haber sido más ambiciosos y apostar en esta gira por espectáculo y recintos algo más grandes, como el formato The Box del Palacio de Deportes. El grupo se presentó en formato dúo, con el mínimo juego de luces y lo mínimo en general: un bajo en algunas canciones, utilizado según el propio Andy McCluskey como indicativo de que la canción va a ser antigua, y los teclados de Paul Humphreys, quien de manera desvergonzada durante ‘(Forever) Live and Die’ se atrevió a proclamar: «computer solo!».
Con muy buen sonido -estaría bueno, teniendo que optimizar solo voz y pregrabados, y alguna vez un teclado o un bajo-, OMD conquistaron a la sala a reventar de público en torno a los 40 y 50 años, tirando de clásicos. Presentaron con humor el hit que tuvieron en Estados Unidos («¡éramos cool, éramos una banda de electrónica!») ‘If You Leave’ y siguieron dos de sus grandes obras maestras: ‘Souvenir’ y ‘Joan of Arc’, esta última sucedida de una ovación espontánea del respetable que ni en un partido de fútbol. Ni siquiera llevábamos una hora de set en ese momento.
‘Talking Loud and Clear’ echó mucho de menos un clarinete en directo: no tenía mucho sentido escucharlo pregrabado. Los últimos discos de OMD contienen una reflexión sobre la deriva del mundo capitalista, pero era como si el grupo se hubiera quedado estancado en la austeridad extrema de hace un lustro. Fieles en cualquier caso a su mensaje, pese a que algunas de sus canciones suenan amables y pastelosas de más, como ‘Locomotion’, Andy tuvo a bien recordar después de ‘History of Modern (Part 1)’ que habíamos estado bailando, sin saberlo, sobre el apocalipsis del universo.
Lo bien que esta canción, en 2º lugar del setlist ‘Isotype’ o el corte titular del digno ‘The Punishment of Luxury‘ (2017) encajaron nos recuerdan el buen estado de forma de la banda en los discos de estudio, en mi opinión, por encima de los últimos pasos de Depeche Mode, que actúan en recintos 10 veces más grandes. Después, ‘Enola Gay’ cerrando antes del bis y ‘Electricity’ como colofón del bis de 3 canciones, pusieron a mil al público. Sin embargo, hasta Andy, a quien no se puede poner ningún defecto como frontman, pues sus poses y bailes en el escenario son aptas para el más grande de lo macroestadios, lo tuvo claro: «¡vamos a volver muy pronto!». «¡Bieeeen!», respondió la gente. «¡Y la próxima vez volveremos con toda la banda!». ¿¿¿Pero por qué no esta??? 6.