Debe ser un auténtico placer ser un hardcore fan (valga la redundancia, je) de Superchunk. Y es que, tras casi 30 años de carrera, está aún por llegar un momento de flojera en su discografía que exhibe una fiabilidad sin par (sus discos previos de esta década, ‘I Hate Music‘ y ‘Majesty Shredding‘, son intachables). Tampoco lo es, desde luego, ‘What a Time to Be Alive’, que además cuenta con una motivación extra ante la que Mac McCaughan, Laura Ballance, Jim Wilbur y Jon Wurster no podían permanecer impasibles. Sí, estamos ante otro disco inspirado por la victoria electoral de Trump, y por la perplejidad, decepción y depresión posterior. ¿Sorprendido? Como si para un grupo de punk rock norteamericano fuese una opción cantar sobre otra cosa desde finales de 2016.
Lo cierto es que esa ha sido la espoleta que el veterano grupo de Carolina del Norte ha precisado esta vez para volver a demostrar toda la rabia que son capaces de plasmar en tres minutos de indie rock melódico del bueno. Canciones que brillan especialmente en el plano lírico, haciendo frente al actual líder de la Casa Blanca con más bien pocas metáforas, entre proclamas en favor de la recortada planificación familiar (‘I Got Cut’), recordando que la “juventud de Reagan” (‘Reagan Youth’) –la que lo fue en los 80– que ahora ostenta el poder que no todos aquellos adolescentes piensan hoy igual que ellos, pidiendo a una “nube de odio” (‘Cloud of Hate’) que se les lleve lejos (“Tienes un sueño, [que es] una pesadilla para cada humano que no seas tú”), “rindiéndose a la corriente de mierda” (‘Lost My Brain’) que llegó en 2016. Aunque, claro, “lo malo de dejarse ir es que no sabes cuán profundo está el fondo” (‘Black Thread’). Lo hacen, además, reuniendo a unos cuantos amigos (Katie Crutchfield –Waxahatchee–, Stephin Merritt –The Magnetic Fields–, Sabrina Ellis –A Giant Dog–, David Bazan –Pedro The Lion–) que con sus coros –que no featurings– remarcan el sentido de comunidad y fraternidad que se respira en el disco.
Pero, como asegura McCaughan, aunque sea un disco que hable de cosas terribles y depresivas, musicalmente han tratado de que ‘What a Time to Be Alive’ sea precisamente lo contrario. De hecho, lo más deprimente del 13º disco de Superchunk será para algunos chavales que se verán totalmente incapaces de emular el ímpetu de estos cincuentones – especialmente en los hardcoretas ‘Lost My Brain’ y ‘Cloud of Hate’–. Su enérgica media hora larga no da apenas respiro ni levanta el pie del acelerador hasta que llega el bonito –y triste– medio tiempo ‘Black Thread’ que cierra el álbum. Otra vez, no hay novedades en Superchunk, ni falta que les hace para despachar otro trío de clásicos como el corte titular, ‘Break The Glass’ y sobre todo ‘Erasure’ (la que incluye las voces de Crutchfield y Merritt), un verdadero hitazo de indie-rock. Si dos o tres canciones más de ‘What a Time to Be Alive’ estuvieran a este nivel (‘Bad Choices’ y ‘All for You’ quedan a distancia) estaríamos hablando del enésimo clásico de la banda.
Superchunk son uno de los cabezas de cartel de Tomavistas 2018, junto con The Jesus and Mary Chain o La Casa Azul, y a los que se acaban de sumar Los Planetas.
Calificación: 7,6/10
Te gustará si te gustan: Dinosaur Jr., Hüsker Dü, Fugazi
Lo mejor: ‘Erasure’, ‘What a Time to Be Alive’, ‘Black Thread’, ‘Break The Glass’
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