La del viernes 16 de marzo tenía que ser la gran noche de Putochinomaricón y El Último Vecino al compartir cartel en el Ochoymedio de Madrid, y lo fue aunque no con creces y al 100%, si bien por diferentes motivos. Chenta Tsai había de actuar «con gripe» como él mismo narraba tras la segunda canción, teniendo que recortar 10 minutos su actuación. Hasta que la sala no nos informó de esto, no notamos nada más que el hecho de que su show había sido muy corto. Pero tampoco era una marcianada: Putochinomaricón tiene hasta ahora solo media docena de canciones, y de un par de minutos cada una. Sonaron todas las que tenían que sonar, se avanzó alguna nueva, y todas lo hicieron de manera apoteósica. Fotos: Davit Ruiz.
Solo sobre el escenario, en principio apareciendo vestido como de Jason en Viernes 13, Putochinomaricón alternó el control de su reivindicado laptop con proyecciones, voces pre-grabadas en segundo plano y también voces clarísimamente en vivo, hayas leído lo que hayas leído en las redes sociales durante estos días. ‘Tu Puta Vida Nos Da [Un Poco] Igual’ suena en directo tan tronchante como cabía esperar, y promete la coreografiada ‘El Test De La Bravo Y La Superpop’, que será el siguiente single, sonando a medio camino de los Hidrogenesse de ‘Así se baila el siglo XX’ y los de ‘Eres PC eres mac’.
Pero la cumbre del set fue la interpretación de ‘No tengo wifi’ con voguing y aclamación popular ipso facto, dedicada al Ochoymedio porque ciertamente «su señal de wifi es una mierda»; y para terminar ‘Tú no eres activista’ y ‘Gente de mierda’ con dedicatoria a Jose Mota, Pablo Motos y Donald Trump, momento para el cual aquello ya era un fiestón con Putochinomaricón cantando entre las masas. Letras como «emoticono happy / emoticono sad / emoticono angry / menuda sociedad», con bastante más valor del que aparentan, prometen hacérnoslo pasar mejor que muy bien durante sus performances de los próximos meses. 8.
El Último Vecino parecían no poderse creer haber colgado el cartel de «sold-out» en el OchoyMedio de Madrid, con capacidad para entre 1000 y 1200 personas, cuando sus conciertos suelen tener lugar -eventos y festivales aparte- en lugares de capacidad más reducida. Gerard Alegre parecía estar realmente emocionado, e incluso mostró cierta dificultad para expresar con palabras sus sentimientos al respecto, primero agradeciendo al público haber ido creciendo con él durante los últimos 5 años; y después asegurando algo así como que aquello estaba siendo tan bueno que tenía que ser «malo». Solo para después negar con la cabeza en un agitar continuado de nervios y ademanes.
Alegre lo dio todo sobre el escenario, mostrándose como un líder totalmente entregado e histriónico, muy teatral, muy Morrissey, mientras la base rítmica del cuarteto era también muy Smiths, quizá demasiado. Si las guitarras nos llevaron constantemente a Johnny Marr, la batería era también tan importante que de hecho el baterista aparecía elevado en una plataforma, casi como una especie de co-líder muy visual a lo Yelle, con sus visibles pantalones de chandal Adidas y su camiseta blanca de tirantes rollo Abanderado. No dejé de tararear ‘Still Ill’ en toda la noche.
Sin bises ni tonterías, y solo perjudicadas por un par de acoples y un repertorio algo lineal, El Último Vecino presentaron un buen sonido y encajaron antiguos y nuevos hits, desde la inicial ‘Antes de conocerme’ hasta la reciente ‘Donde estás ahora’ pasando por ejemplo por ‘Mi escriba’, aunque sin dejar claros «highlights». Y no, no faltó la versión de La Zowi, soltada hacia la mitad pero, definitivamente, ‘Mi chulo’ ha polarizado a sus fans. 7.