Claire Denis, una de las cineastas francesas que gozan de mayor prestigio en el mundo cinéfilo (también conocida por muchos melómanos por su confianza en Tindersticks), presentaba en la Quincena de Realizadores de la pasada edición del Festival de Cannes –donde compartió con Philipe Garrel el premio de la sección- ‘Un sol interior’, una comedia dramática y (anti)romántica protagonizada por Juliette Binoche. La película presenta a Isabelle, una parisina divorciada de unos cincuenta años, que tras muchos fracasos sentimentales y relaciones frustradas, busca desesperadamente el amor. Tiene citas con distintos hombres con los que no encuentra lo que quiere, situándose así en una eterna expectación ante un amor ideal que no parece llegar nunca.
Denis plantea su película como si de una obra de teatro se tratara, especialmente al principio, tanto en los encuadres como en la manera en la que los personajes se mueven en ellos. Al crear un universo tan peculiar, cuesta durante los primeros minutos ubicarse y entrar en la propuesta. Aunque una vez se hace, nos encontramos con situaciones divertidas, bien resueltas y con las que prácticamente cualquiera puede sentirse identificado. Para crear al personaje principal, una mujer profundamente insatisfecha con su vida amorosa pero que nunca se da por vencida, la directora de ‘Beau Travail’ y su co-guionista Christine Angot, recurren a una narración estructurada por fragmentos. De modo que algunos de los episodios que le suceden a nuestra antiheroína, son más inspirados que otros, haciendo que, inevitablemente, el ritmo no se mantenga siempre y que en ocasiones decaiga.
Uno de los aspectos más destacables de la película es la reflexión que propone sobre la soledad y la necesidad humana de sentirnos queridos, algo que invade por completo el metraje. Sin embargo, todo se ve ligeramente lastrado por un exceso de diálogos con los que da la sensación de que el filme, por momentos, está tan perdido como su protagonista. Denis demuestra aquí que es mucho mejor narradora visual que verbal. Algunas de las ideas más potentes de ‘Un sol interior’ las encontramos en pequeños detalles como ese desviar la cámara hacia las manos durante una conversación, que denotan que hay una gran sensibilidad detrás de cada decisión visual. Por eso, la película flaquea cuando se estanca en las palabras, al empeñarse en verbalizar muchas cosas, cuando a veces un silencio dice mucho más.
Lo que brilla con mayor fuerza es, sin duda, Juliette Binoche –gran elección de casting- en una actuación deslumbrante y emocionalmente desnuda. Fue nominada al César y a los Premios del Cine Europeo gracias a esta sincera representación de un personaje muy humano (y por ello, complejo), definido por la propia directora como “una Casanova moderna”.
A lo largo de toda su carrera, Claire Denis, ha evitado quedarse en un género concreto. En su filmografía ha tratado el drama psicológico (‘Beau Travail’), el terror –y gore- (‘Trouble Every Day’) o el drama romántico (‘Viernes noche’). El resultado de este primer acercamiento a la comedia romántica es interesante, pero no del todo satisfactorio. 6.