Esta semana se han cumplido 30 años del debut de Tracy Chapman, un álbum superlativo y muy exitoso que dejó un gran clásico, ‘Fast Car’, recientemente revisitado en modo EDM con resultados artísticos espeluznantes, inversamente proporcionales a su número de streamings; o la también histórica ‘Talkin’ ‘bout a Revolution’. Se ha hablado mucho del componente político en las canciones de Chapman, que de hecho llegó a actuar en el 70º cumpleaños de Nelson Mandela. A colación de una entrevista en 2002, The Guardian explicaba que la artista habló para «una generación de aspirantes a radicales, en una era política demasiado tardía para el París de 1968 y demasiado temprana para el Seattle de 1999».
Lo cierto es que su álbum 7 veces platino en Reino Unido y 6 veces platino en Estados Unidos, fue una rareza en un 1988 dominado por los «bailes sucios» y los «quiero tu sexo» (‘Faith’ y ‘Dirty Dancing’ coparon las listas de aquel año), y Chapman tenía claro que el componente político era inherente a su música por mucho que insistiera en que «no tenía tiempo» para ser «activista» de verdad. «Creo que es importante, si eres artista, usar tu música para poner sobre la mesa aquello en lo que de verdad crees».
Así las cosas, por lo raro que es en un artista más o menos «pop» hacer canción política y hacerla bien, se ha pasado a menudo por alto el poder de sus canciones de amor y ‘Baby Can I Hold You’, que también fue un hit del disco, no es tan recordada como ‘Fast Car’, que retrataba a una mujer tratando de huir de los umbrales de la pobreza (si algún despistado no la ha tenido nunca una tarde entera en bucle, por favor, es aquí). Es curioso pero ‘Baby Can I Hold You’ es una de las pocas canciones del debut de Chapman que no sale ni mencionada en el amplísimo reportaje-entrevista de Rolling Stone de 1988.
Al lado de ‘Fast Car’ y su particular punteo, ‘Baby, Can I Hold You’ no es más que una inofensiva canción de amor construida por supuesto sobre una base de guitarra, que se acompaña de unos teclados solo medio bailables, probablemente esclavos de la moda de la época (también iba cargado de sintetizadores el coetáneo y maravilloso ‘I’m Your Man’ de Leonard Cohen). Hay que recordar que Chapman tuvo dificultades para encontrar su sonido, pues el que iba a ser el productor del disco falleció en un accidente de coche y la cantautora no se encontraba nada cómoda con los músicos y productor que le pusieron en el estudio, llegando a abandonarlo, como relataba también a The Guardian en 2008.
En cualquier caso, qué canción… Chapman habla con profunda tristeza, marcando cada sílaba de las estrofas, de cómo alguien no se las apaña para decir las palabras que ella necesita oír, que no son otras que «lo siento» y… «lo siento» y «perdóname»… y «perdóname». Con un universo abierto a las puertas de esta sencillísima letra (¿la dificultad de expresar emociones de los machos alfa? ¿el maltrato? ¿una disputa con alguna novia?), Chapman aportaba tanto un himno de reconciliación como, en sintonía con el resto del disco, una reflexión sobre lo absurdo de no dar el brazo a torcer, que -malas noticias para la humanidad-, sigue totalmente vigente en el siglo XXI.
De ella seguramente ha tomado muy buena nota Ed Sheeran, por mucho que no naciera hasta principios de 1991. Porque Edward Christopher ha aprendido un truquito o dos: ‘Thinking Out Loud‘ es básicamente una canción de Tracy Chapman, ambos comparten gusto y estética andróginos y de hecho se ha acusado a Sheeran de copiar ‘Mountains O’ Things‘, contenida en el mismo disco debut de Chapman del que hablamos, en ‘Shape of You’. Lo seguro es que los sintes tropicalillos en mitad de una canción de autor ya estaban en el pop de hace 30 años…