Soleá Morente ha hecho uno de los mejores discos nacionales de lo que llevamos de año, sin duda. ‘Ole Lorelei‘ ha supuesto una reinvención de sí misma, distante –aunque consecuente con él– de su álbum debut ‘Tendrá que haber un camino’. Introduce palos clásicos pero renovándolos a la vez, provocando, divirtiendo, emocionando y hechizando con letras fantásticas y un sonido que trasluce, con un prisma muy particular, su bagaje vital como mujer educada en el flamenco pero abierta al pop. Charlamos con ella en las oficinas de su compañía discográfica en Barcelona, en la típica sala de reuniones acristalada. Aunque se percibe cierto nerviosismo en ella –o más bien cierto cansancio: la nuestra es la última entrevista de la jornada–, Soleá no rehuye ninguna pregunta, ni siquiera las que puedan ser algo más embarazosas, siempre con una gran sonrisa y mirando directamente, con sus descomunales ojos oscuros.
Soleá Morente estará presentando ‘Ole Lorelei’, acompañada por Napoléon Solo, en varias citas próximas: antes de su recién anunciada presencia en Monkey Weekend –15 y 16 de junio en El Puerto de Santa María, Cádiz–, estará el 18 de abril en el Teatro Lara de Madrid y el 10 de mayo en la Sala Apolo de Barcelona.
¿Cómo surge la colaboración con Alonso Díaz y cómo se materializa en un disco?
Mi admiración por Alonso comenzó desde que escuché el primer disco de Napoleón Solo. Desde entonces soy fan. Y en ‘Tendrá que haber un camino’ tuvieron cabida un montón de artistas: Jota [de Los Planetas], La Bien Querida, David Beef, Antonio Arias [de Lagartija Nick], mi hermana [Estrella Morente], Pájaro Jack… y quería que estuviese Alonso pero, no recuerdo bien qué ocurrió, creo que él estaba de gira… El caso es que no nos dio tiempo a concretar nada para aquel disco. Cuando pasaron unos meses, un año, le llamé y le dije “Alonso, estoy esperando a hacer algo juntos, como dijimos”, y él ya me avanzó que tenía algo pensado. Al poco tiempo vino a mi casa, a Granada, y ya trajo la maqueta de ‘Ya no sólo te veo a ti’. Estaba cantada por él, ya con unos arreglos aproximados aunque era una demo, e inmediatamente dije “¿qué es esto?”. [Risas]
Me encantó. Era muy diferente a lo que venía haciendo y me apetecía mucho adentrarme en otros lugares. Así que ese mismo día grabamos una demo con mi voz en el estudio de mi casa, de mi padre, y nos sentimos muy atraídos por ese sonido, por la energía que vivimos ese día. Recuerdo que estaban mi madre, mi hermana, mi sobrina… y ellas mismas hicieron esos coros del final en la maqueta. Luego Alonso volvió a su pueblo, pero yo le dije “Alonso, ¡esto me encanta! Vamos a hacer algo más…”, así que empezamos a intercambiar ideas por SMS, yo le mandaba textos, trozos de letras, a ver si se le ocurría algo. Luego ya surgió ‘Por qué será’, y se nos unió nuestra queridísima y admirada Lorena Álvarez, que ha aportado cosas fundamentales también.
¿Pero fue porque querías huir del tipo de disco colaborativo de tu debut o fue surgiendo así?
Fue creciendo de manera natural, a partir de lo que me mostró en ‘Ya no sólo te veo a ti’. No tenía necesidad de romper con lo anterior, todo lo contrario: todo el bagaje de aquel disco está en ‘Ole Lorelei’, y quién sabe si en el futuro volveré a aquel concepto. A mí me cuesta mucho trabajar con una clasificación, etiqueta o dogma. Me voy dejando llevar, me voy encontrando con compañeros, dialogando, intercambiamos conocimientos y así voy llevando a cabo mi vida y mi carrera.
¿Entonces partiste de algún tipo de premisa para la composición del disco, alguna pauta?
No, como te digo fuimos tirando del hilo de ‘Ya no sólo…’. Me acuerdo que yo le dije inmediatamente “¡esto suena a Las Grecas!”, esos “lelereles”. Y ahí vimos un poco, aunque no lo teníamos claro, qué podía suceder y determinó gran parte del disco. Luego introdujimos los micro-cantes, y ya el disco ha ido desembocando en algo más diverso, pero sí que ‘Ya no sólo…’ nos dio el pie.
Personalmente percibo en varias canciones cierta reminiscencia de aquellos que se llamaron “Nuevos Flamencos”, de finales de los 80: Ray Heredia, Ketama… No sé si alguien os lo habrá dicho ya…
Claro, claro, toda esa influencia está en mi aprendizaje, en mi cultura. Yo crecí escuchando a Las Grecas –incluso tenemos cierta relación, mi madre, que es superfan de ellas, es familia suya lejana–, Ray Heredia, los Chichos, Camela, Ketama… Son primos míos, tíos míos… Está en mi cultura. No me pongo a componer, ni Alonso, pensando “esto lo vamos a hacer como las Grecas o como Ray Heredia”, no. Sobre la marcha va surgiendo. En ‘Anoche me preguntabas’, por ejemplo, hay unos dejes muy claros que nos recordaron a Ray. Y, cuando nos dimos cuenta, dijimos “esto lo vamos a marcar, a reivindicar aún más”.
«Para mí un fandango tiene la misma importancia que una canción pop»
Y esos micro-cantes que decías, ¿cuándo se te ocurre que podrían encajar los palos tradicionales en esta amalgama?
El cante jondo forma parte de mi educación, y soy muy, muy aficionada. Pensé “¿por qué no?”. Para mí un fandango tiene la misma importancia que una canción pop. Busqué letras que tuvieran relación con el resto del disco. Por ejemplo, ‘Por tu querer como un niño’, el fandango de Vallejo, precede a ‘Anoche me preguntabas’ y tienen mensajes muy similares. Me llama mucho la atención poder decir lo mismo con diferentes lenguajes, porque no pasa nada. Es una manera de romper con la uniformidad, y yo lo hago con la misma naturalidad, cantar una soleá que ‘Yo sólo te veo a ti’ que una alegría’. Introducir el flamenco con esa naturalidad me parecía atractivo y me apetecía hacerlo.
Pero cómo se te ocurre hacer una soleá con Autotune, que supone casi hacerle una peineta a las convenciones del flamenco. No faltará quién se esté rasgando las vestiduras…
[Risas] Yo lo veo natural, divertido, interesante… Entiendo que haya gente a la que le parezca una locura, pero ¡no pasa nada! ¡No hay que asustarse! No hay que tener miedo al cambio, a actualizarse y a aceptar lo que está ocurriendo. Acercar una soleá de Bernarda Utrera al Autotune, o al trap, para mí es necesario. Es dar un paso más para actualizar el flamenco, que es lo que están haciendo todos estos compañeros con sus trabajos, Rocío Márquez, Rosalía, Niño de Elche…
Ah, pues qué bien que lo saques tú misma a colación, porque te iba a preguntar. ¿Te interesan y te gustan estas nuevas transgresiones del flamenco más tradicional? Que además está despertando el interés de nuevos públicos…
Sí, me parecen muy interesantes y soy muy admiradora de todos los compañeros que he mencionado. También Sílvia [Nde: Pérez Cruz, entiendo yo], mi hermano Kiki Morente, que ha sacado un disco genial… Mucha gente haciendo cosas muy interesantes, las admiro y, como flamenca, les estoy muy agradecida porque están ayudando al flamenco a evolucionar a lugares en los que no había estado. Además, muchos son reivindicadores de la escuela Morente, y no me puedo sentir más orgullosa y más agradecida. Entre esta escena que está emergiendo, y el trap…
«La literatura del flamenco canta y reivindica las fatigas del pueblo, y las letras del trap son letras de fatigas, también»
¿Te interesa el trap?
Me parece muy, muy interesante. De hecho creo que, aunque el trap no viene directamente del flamenco sí tiene mucho que ver. Algo pasa ahí, están muy cercanos. La literatura del flamenco canta y reivindica las fatigas del pueblo, y las letras del trap son letras de fatigas, también. Hay una letra que dice “el cante no es alegría, es decir las penas que se llevan escondías”. Y al final [el trap] reivindica las penas de ese sector de la población, que está pasando fatigas. Ahí tiene mucho que ver. Vamos a ver por dónde sale todo esto, pero tiene buena pinta.
Me parece muy curioso que digas esto, porque yo mismo escribí una columna hace tiempo sobre cómo PXXR GVNG, que también son de Granada, curiosamente, eran un poco los Chichos de nuestros días. Veía un mismo espíritu, un paralelismo…
Exacto. Porque nace de la humildad, de las fatigas que uno pasa. Yo veo mucha similitud con el flamenco, hay una inquietud ahí provocada por los momentos tan convulsos y tan delicados que vivimos.
Antes has citado a Rosalía, y ella se ha visto envuelta en cierta polémica porque se le ha acusado de apropiacionismo del cante flamenco y gitano. Hace poco hablábamos con Niño de Elche, y se mostraba muy enervado sobre este tema…
Normal.
«Soy fan de Rosalía, me encanta lo que hace, la apoyo y la animo a que siga “formándola”»
No sé si tú tienes una postura al respecto…
Estoy totalmente a favor de Rosalía. La admiro muchísimo, estoy muy agradecida por su trabajo, está haciendo algo muy valiente e interesante, junto con Raül Refree, que es otro compañero al que admiro profundamente. Soy fan de Rosalía, me encanta lo que hace, la apoyo y la animo a que siga “formándola”. [Risas]
Volvamos a ‘Ole Lorelei’. Una de las cosas que más me han llamado la atención son las letras. Parecen letras muy personales, en las que, como me decía el otro día Fernando Alfaro, de repente te encuentras “minas”, que te explotan de repente…
Que dices “¿qué le habrá pasado a esta?” [Risas]
Pero más allá de que sean muy personales, frases como ”los besos que aún no he dado me mantienen viva»; «deseo que pase algo, algo gordo de verdad…”… O toda la letra de ‘Anoche me preguntabas’, me parece que tienen una fuerza enorme. ¿Qué te inspiró para escribir este disco?
Tengo que decir que esos versos que citabas,“los besos que aún no he dado me mantienen viva”, están inspirados en unos versos de Elias Canetti, un genio al que admiro. Pero bueno, estas letras nacen de mis sentimientos, de mi alma. Yo creo que el artista tiene que abrir su alma al oyente para que sea de verdad, tiene que ser sincero. Y yo más sincera no he podido ser. Se canta a la decepción sentimental, pero también al empoderamiento de la mujer, a la ilusión, a la esperanza y a ver una luz más allá. No pasa nada por equivocarse, por tener un bache en la vida.
Respecto a ‘Anoche me preguntabas’, ya que me preguntas, surgió un día que fui a ver un concierto, no me acuerdo de quién, a la sala Planta Baja de Granada. Se me ocurrió eso de los nudos (“tenía un nudo en el pecho, otro en el estómago y otro en la garganta”) y… ¡algo me estaría pasando, para que me saliera eso! [Risas] Pero las canciones surgen de sentimientos sinceros pero se convierten en ficción y en literatura, no significa que todo lo que cuentas te pase a pies juntillas.
«Yo soy muy aficionada a la literatura y la poesía, estudié filología hispánica y cuido muchísimo la palabra»
Sí, hay un trabajo poético muy importante, que yo percibo como una herencia de tu padre, más allás de las versiones que se incluyen (‘Amores’). Ese decir cosas muy poderosas con frases muy sencillas…
Claro. Es una manera de trasladar el lenguaje popular a un ámbito poético, a la música. Es una forma de desacralizar la poesía, hacerla común para que todo el mundo pueda entenderte. Yo soy muy aficionada a la literatura y la poesía, estudié filología hispánica y cuido muchísimo la palabra. Pero considero que con la palabra también hay que ir a compás: los flamencos te dicen mucho ese “tienes que ir a compás”, estar puesta en el ritmo. Y yo entiendo que eso se aplica igual en el arte y en la vida. Hay que adaptarse a los tiempos, para no desintegrarse. Me llama mucho la atención cuando escucho a alguien que dice una frase coloquial, como si estuviera hablando conmigo, y a la vez resulta muy emocionante. Esto lo hacen muy bien Jota, La Bien Querida, Lorena Álvarez, Alonso… Lo estoy aprendiendo de ellos, he tenido la suerte de rodearme de gente con mucho talento que hacen eso muy bien.
Decías que algunas letras hablan de empoderamiento, y pienso directamente en ‘Baila conmigo’, que es muy festiva, pero también tiene ese punto reivindicativo. ¿Cómo surge?
La letra es de Lorena. Surge de una conversación que tuvimos ella y yo, pero así, en plan amigas, contándonos nuestras cosas… Y al final la convertimos en arte, lo que te decía antes. La pasamos la letra a Alonso y le dio por introducir esos arreglos, llevársela por ahí, por ese lugar más cameliano, por así decirlo… [Risas] Bueno, aporta un poco de sentido del humor a una situación desagradable, es un poco como “vamos a salir a tomar una cerveza, vamos a bailar. Hay que ser consciente de lo que sucede pero vamos a vivir también, que se te pasa la vida preocupada y triste”.
La verdad es que nos ha dado fuerte con ella en la redacción, y también nos consta que muchos usuarios de la web están a tope con ella.
¡Muchas gracias! ¡Qué alegría que guste tanto! Es muy divertida, desde el primer momento que nos pusimos con ella lo vimos, nos lo pasamos muy bien haciéndola, haciendo el videoclip y nos sigue dando muchas alegrías. Y en los directos tiene pinta de que va a serlo también… [Risas]
Cuando tuvieron lugar las manifestaciones del 8 de marzo contactamos contigo para que participaras en el especial que preparó mi compañera Mireia, pero por problemas de agenda no pudiste. Al hilo de esta canción, que toca un poco este tema, ¿cómo estás viviendo tú, como mujer con sangre y familia gitana además, esta reivindicación feminista tan grande?
Superorgullosa, orgullosa de ser mujer, de mi género, de que nos empoderemos y de reivindicar la igualdad. Yo estoy a favor de la bondad humana, de los buenos principios de hombres y mujeres, creo en el buen ser humano. Y, por supuesto, [a favor] de la igualdad. Yo he tenido, afortunadamente, un padre muy volcado en los Derechos Humanos y, desde muy pequeñita nos ha inculcado que chicos y chicas somos iguales, y yo tengo los mismos derechos que mi hermano, por ejemplo, o cualquier hombre de mi familia.
Ya que citas a tu padre tú misma… En la crítica del disco aludía yo una foto que subiste a Facebook, en la que apareces con una muñequera de pinchos que contabas que te regaló él, y escribías un texto muy bonito sobre luchar por la transgresión en el arte, que podría definirte como artista de su escuela, ¿no?
¡Ay! ¡Ni me acuerdo por qué subí yo esa foto! [Risas] Hablaba del anquilosamiento corrosivo… Yo entiendo el purismo y entiendo a la gente conservadora, pero no entiendo las críticas destructivas o las faltas de respeto porque yo cante un fandango. Todos tenemos derecho a cantar un fandango, hay que animar a la gente a que canten fandangos, que no tengan miedo, que no hace falta ser un virtuoso increíble para cantar, ni pedir bula al Papa para cantar una soleá. Mi padre animaba a la gente joven a aprender flamenco y a cantar. Él siempre decía “cuanto más se cante flamenco, menos nos vamos a pelear”. Él me enseñó eso, a respetar mi propio trabajo, a hacerlo de la manera más honesta posible, pero sin miedo.
«Cuando te dedicas a la misma profesión que tu padre, y tu padre es un genio en esto… Fácil, no es»
En ese sentido, siendo hija de un maestro de la envergadura de tu padre, ¿tu apellido es en cierto modo para ti un peso, que también tienes que vencer?
A ver, para mí es natural llamarme Morente porque nací así [risas]. Pero claro que impone, y que le tengo muchísimo respeto. Cuando te dedicas a la misma profesión que tu padre, y tu padre es un genio en esto… Fácil, no es. Pero, al mismo tiempo, quizá si no fuera hija de Enrique Morente no estaríamos aquí hablando tú y yo. Yo tengo que agradecerle a él todo lo que me ha dado, y por eso no me pesa. Sin él no sería Soleá.
Te quería hacer una pregunta sobre ‘La alondra’, la canción que hable el disco, porque una lectora nos escribió…
Sí, lo de Sinéad O’Connor, ¿verdad? Estoy al tanto, me lo han dicho. Tenía ganas de que me lo preguntaras, y estaba esperando esta entrevista para aclararlo: por supuesto, la primera estrofa de ‘La alondra’ es una adaptación que hice, y ha habido un error en la edición con los créditos. Pero en la SGAE está registrado correctamente, y en la próxima edición de los discos saldrá ya corregido. Cuando estén corregidos los créditos lo mostraré, porque no tengo nada que ocultar, ni mucho menos, al revés. Siempre que me han preguntado por una canción favorita mía, he dicho que es ‘In This Heart’, de Sinéad O’Connor, es una pedazo de artista, a la que admiro. Y esa canción me ha ayudado en muchos momentos, y me acompaña desde hace muchísimo tiempo. Es que es superevidente, “en este corazón hay una alondra, que canta sólo para ti”. Con Alonso lo hemos hecho evolucionar, le añado una letra mía que hice con mi padre, el último verso, y una letra popular también.
Por último, tus directos se anuncian como Soleá Morente & Napoléon Solo. ¿Cómo enfocaréis los conciertos?
Bueno, pues eso, ellos serán mi banda de acompañamiento, aunque no vienen todos: estarán Alonso, su batería y su bajista. También viene Eduardo Espín Pacheco, hijo de Carmen Linares, que es mi guitarrista flamenco. Y a los coros estarán Lorena Álvarez y Rocío Morales, otra artista genial, de Granada. Intentaremos ser lo más fieles posible a la grabación de ‘Ole Lorelei’, pero en el directo las canciones se escapan, van cogiendo matices nuevos. Y también cantaremos canciones de ‘Tendrá que haber un camino’, por supuesto.