Aciertos y misterios en el primer concierto de aniversario de ‘Una semana en el motor de un autobús’ de Los Planetas

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Aciertos y misterios en el primer concierto de aniversario de ‘Una semana en el motor de un autobús’ de Los Planetas

Anoche se celebraba en Joy Eslava, Madrid, el primer concierto de XX Aniversario de ‘Una semana en el motor de un autobús’, uno de los mejores discos de Los Planetas. Había ganas de ver a la formación granadina en un show diferente al habitual tras años viéndoles hacer más o menos lo mismo: interpretar las canciones densas en una primera mitad (que si ‘Señora de las Alturas’, que si ‘Ya no me asomo a la reja’) dejando los principales hits para la segunda o el final (‘Un buen día’, «Pesadilla», ‘De viaje’).

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Los Planetas interpretaban anoche ‘Una semana en el motor de un autobús’ al completo y en orden, sin Eric a la batería ni Banin a los teclados, sustituidos por un quinteto de cuerda y un piano. Sin la base rítmica habitual, el quinteto tejía un manto en el que recostar las canciones, creando cierta base en algunas de ellas y normalmente provocando un crescendo hacia el final, cerrando algunas de las pistas con el momento de mayor brío. El procedimiento habitual de cada canción era el siguiente: el público, muy respetuoso pidiendo silencio constantemente -algo que hay que celebrar, pues a veces los eventos gratuitos patrocinados son lo peor en ese sentido- comenzaba cantando muy bajito hasta la llegada de un gancho, de un estribillo popular, donde la participación popular se desmadraba imposibilitando la apreciación de detalle. Algunas veces procedía, como en el entonar colectivo de «seremos cientos por cada uno de los vuestros» de ‘Ciencia ficción’, muestra del carácter generacional del disco, pero otras era una pena porque la ecualización y el sonido de Joy Eslava han terminado siendo estupendos si el técnico que acompaña es bueno, pero no había manera de apreciar los momentos más intimistas de un concierto muy trabajado, que daba, por ejemplo, un final de ensueño nuevo a ‘Laboratorio mágico’.

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Después, hubo problemas demasiado visibles y mal disimulados. Desde la segunda canción, se vio a un Jota algo torpe, olvidando parte de las letras de las canciones. Y si eso pasaba en la popular ‘Desaparecer’, qué no iba a pasar en otras, como así fue. Es un verdadero misterio que en 25 años el artista no haya sido capaz de averiguar cuál es la manera más disimulada de leer una letra que no te sabes. Optó por una muy digna y elegante, casi solemne, un atril, pero como desconociendo que hay atriles más altos, más bajos, y que se regulan, Jota optó por agacharse él mismo, con toda la cara de despiste posible, cada vez que se le iba un texto. También se le cayó una pandereta durante la cumbre de ‘Cumpleaños total’. Nada grave, no hubo ningún «meltdown», pero el show careció de ese esperado carácter de hito por este motivo.

Tampoco acompañó parte del público. Hubo mucho respeto y mucha petición de silencio, también un fan en primera fila que no paró de mover los brazos en éxtasis tocaran lo que tocaran Los Planetas. Pero también hubo gente preguntando a gritos dónde estaba Eric solo por tocar los huevos, pidiendo que tocaran alguna eléctrica (¿se habían leído el programa? ¿por qué no dejar tu lugar para los muchos fans que se habían quedado fuera si no te interesaba el formato orquesta?) o jaleando en mitad de ‘Línea 1’ a Floren porque se pillaba un mini. Bizarro -en los dos sentidos de la palabra, el castellano y el anglosajón- si recordamos de qué va ‘Línea 1’.

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Hubo bis, como dejaba claro el hecho de que los músicos no se movieran de su sitio cuando lo que había de Los Planetas abandonaba el escenario tras la celebradísima «Copa de Europa». El grupo quiso añadir dos temas que no pertenecían a «Una semana» pero que pegaban totalmente en este formato: una espléndida versión de ‘Los poetas’, con un Jota mucho más concentrado -se nota lo que le gusta hacer ahora mismo- y una ‘De viaje’ que no dudaría en coronar como la cumbre del set por encima incluso de la inicial ‘Segundo premio’, de ‘La playa’ o de ‘Toxicosmos’. Teniendo en cuenta el disco que se presentaba, una paradoja más que sumar a la lista. 7.

Como teloneros, Pájaro Jack hicieron un bonito concierto en formato trío (acústica, eléctrica y teclados/percusión), con un sonido también estupendo que permitía perfectamente seguir las letras, recordando musicalmente a CRAG, a Los Brincos y en algún punteo a Johnny Marr. Estupendas sonaron canciones como ‘David Luiz’ o ‘El segundo huracán’. Una pena que el público no escuchara demasiado… eso sí que era una jauría y no lo de Màxim Huerta

Fotografías cedidas por TIDAL

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