Manic Street Preachers / Resistance Is Futile

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Manic Street Preachers / Resistance Is Futile

Manic Street Preachers llegan ya a su disco número 13, que es más de lo que muchos -ellos mismos- esperaron tras la desaparición de su letrista Richey Edwards en misteriosas circunstancias en 1995. Después de aquello, el grupo supo crecerse con ‘Everything Must Go’ (1996) y mantener su popularidad con los enormes sencillos de ‘This Is My Truth Tell Me Yours’ (1998). Lo que ha venido después ha sido «complicado»: discos tan inescuchables como ‘Know Your Enemy’ (2001), aceptables como ‘Send Away the Tigers’ (2007), un álbum que recopilaba textos perdidos de Richey como fue ‘Journal for Plague Lovers‘, entregas folk como ‘Rewind the Film‘ (2013) o a lo alemán como ‘Futurology‘ (2014).

Si estos dos últimos álbumes hasta ahora tenían la vocación de mostrar otras facetas, aunque fuera ligeramente, ‘Resistance Is Futile’ presenta un sonido menos novedoso, situado abiertamente entre la recuperación de sus inicios con ‘Generation Terrorists’ (1992) y la accesibilidad de ‘Everything Must Go’ (1996). La idea es mucho menos apetecible, sobre todo cuando ya hemos comprobado que aquí no había ningún ‘Motorcycle Emptiness’ ni tampoco ningún ‘A Design for Life’.

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Como siempre, las temáticas son interesantes. Sobre ‘People Give In’, han indicado que «no es post-referendum ni post-Trump ni post-elecciones» británicas, «pero que todo alimenta el malestar» generalizado. El single ‘Distant Colours’ de manera muy llamativa no «distingue ya la izquierda de la derecha, ni las esperanzas de los miedos», mientras ‘Liverpool Revisited’ se dedica a los fallecidos por una avalancha en un estadio (la tragedia de Hillsborough). Además, ‘International Blue’ está dedicada al «inventor» de este color, Yves Klein; y ‘Vivian’ versa sobre Vivian Meier, una fotógrafa callejera de Chicago en los años 50, desconocida en su momento pero muy querida en los últimos años entre los expertos. «Vivian, ¿alguna vez te diste cuenta de todo el misterio que dejabas detrás?», canta James Dean Bradfield sobre la artista fallecida en 2009 pero que fue descubierta ni celebrada en libros hasta después. «He visto tu cara, pero no he llegado a ver tu sonrisa», añade después.

Hay elementos para el debate y para las segundas lecturas, pero la sensación que deja el disco es la de estar más cerca de una canción tan olvidada como ‘Australia’ que de los momentos más inspirados de Manic Street Preachers. A esa sensación contribuye una larguísima edición deluxe con las maquetas de las canciones en las que unas veces se pone sobre la mesa lo poco trabajadas que están o, peor, cómo se ha perdido en ocasiones la frescura. ‘Vivian’ en cierto modo parece una «demo» y no queda muy claro si ‘Distant Colors’ y ‘Dylan & Caitlin’ (sobre el poeta Dylan Thomas) están mejoradas o empeoradas en sus versiones definitivas. Así las cosas, cuando ‘Sequels of Forgotten Words’ dice algo así como que «el rock’n’roll no tiene dónde ir» dan ganas de responder: «no, así no lo tiene…»

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Calificación: 5,5/10
Lo mejor: ‘Dinstant Colours’, ‘International Blue’, ‘Dylan & Caitlin’
Te gustará si: aún escuchas sus primeros discos con mucha frecuencia

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