Títulos de canciones como ‘Human Nature’, ‘The Language of Limbo’, ‘Soul Syncable’, ‘Hear My Pain Heal’, letras como “We belong to the stars / guardian angels, float with us”, “the hero returns in the heart / after she’s learned how to love herself / in both heaven or hell”, “days float by / observant / conscience calls”… podéis imaginar que lo superficial no está muy presente en Sevda Alizadeh, que no es que sea el tipo de persona interesada en ponérselo fácil al oyente para conseguir números uno. De hecho, la música para ella es mucho más: comenta que sus amigos solían llamarla “nómada”, pero que, cuando comenzó a crear música, encontró un hogar espiritual en sus canciones y en su estudio. Otra anécdota que ayuda a conocer ese halo místico suyo es aquel momento en que un catedrático de música le preguntó por la intención con los matices persas que había en su música (ella nació en Irán), y Sevdaliza dijo que no era consciente de eso, pero que seguramente habría fluido dentro de ella. Y es que la cantante, que llegó a Holanda con 5 años en calidad de refugiada política, siempre ha tenido una relación especial con la música: aunque cursó estudios de periodismo y de dedicarse profesionalmente al baloncesto (!), finalmente se decantó por las canciones.
En esto influyó su descubrimiento de The Notorious B.I.G. a su llegada a Holanda, pero sobre todo el CD ‘The Velvet Rope’ de Janet Jackson, que se compró con 16 y que, según cuenta, le permitió conocerse sexualmente. Pero Sevdaliza, que habla cinco idiomas (por si no fuese ya lo suficientemente interesante), no se limita al R&B en su música, siendo ésta una mezcla de ese estilo con sus influencias persas, con trip-hop, y hasta toques de jazz, ambient, momentos más pop (en este álbum es el caso de ‘Observer’) o hasta industrial. Desde 2014 ha ido lanzando EPs (‘The Suspended Kid’ y ‘Children of Silk’), un álbum de estudio (‘ISON‘) y hasta un corto (‘The Formula’), entre otras colaboraciones con el artista Emmanuel Adjei y distintos proyectos audiovisuales (aspecto que ella cuida al milímetro). ‘The Calling’ es su primer EP tras su debut, y supone un paso continuista con respecto a éste, contando de nuevo con su amigo Mucky en la producción, y Mihai Puscoiu en los arreglos de cuerdas.
La fusión de estilos alcanza su cumbre en ‘Human Nature‘, la gran joya del disco, cuyo comienzo no puede ser más Massive Attack (clavadito al de ‘Teardrop’, de hecho), sumándose el punto industrial, la cadencia r&b y un uso del autotune que callaría la boca hasta al más escéptico con dicho procesador, que aquí es usado para resaltar el proceso de ascensión celestial que la holandesa va narrando. Otros puntos fuertes del EP son la mezcla entre lo tribal, lo sensual y lo cibernético (ya hemos dicho que a esta mujer le van los cócteles imposibles) de ‘Voodoov‘, la puerta de entrada a su mundo/su disco que supone ‘Soul Syncable‘, el r&b metálico especialmente presente en ‘5d’, o el lamento en la preciosa letra de ‘Energ1‘ (“I never met you / I’ll never forget you / I never met the kind of heart / that loves without tearing apart”). La cantante se ocupa de tener en este EP dos formas distintas de descubrir su música a alguien que no la conozca, consciente de que no su música no es especialmente inmediata; así, si quieres empezar por la más accesible, tienes ‘Observer’… y, si quieres empezar flipando, tienes ‘Human Nature’. El arte de Sevdaliza es recomendable por muchos motivos, pero quizás uno muy bueno sea que no hay nadie haciendo lo que ella está haciendo.
Calificación: 8/10
Lo mejor: ‘Human Nature’, ‘Energ1’, ‘Voodoov’
Te gustará si te gusta: Portishead, FKA Twigs, Arca, Massive Attack, Alt-J, SZA, Janet Jackson, Flume, The Weeknd, la Sia de ‘Healing is difficult’… y, por qué no, la Madonna de ‘Ray of Light’. Todo esto a la vez. Y funcionando.
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