Como sabemos, Fucked Up regresan a la actualidad musical con el lanzamiento, el próximo 5 de octubre, de un nuevo álbum. ‘Dose Your Dreams’ es el quinto disco de su carrera, que parecía llegar a un punto de inflexión tras ‘Glass Boys’, disco publicado en 2014 que no satisfizo a los fans del grupo de Toronto y que hoy tampoco ellos pueden defender: “‘Glass Boys’ era como “hagamos sencillamente un disco rock”, pero había problemas en él; no sonaba con confianza”, dice hoy Mike Haliechuk a Billboard. “‘Glass Boys’ era un poco “demasiado real” (…). Pero, si yo fuera un fan de Fucked Up, pensaría “no me importa lo que penséis de la cronología del punk: poned putos saxofones en vuestra canción y sed raros”.
Y eso es lo que, dicen, se han permitido hacer en ‘Dose Your Dreams’, un álbum en el que su carismático vocalista Damian Abraham –que en un momento dado aseguró que ‘Glass Boys’ sería su último disco con la banda– ha dado un paso atrás y ha reducido sus trifulcas con Haliechuk, dejando que este lleve la voz cantante. Y el resultado es un álbum que rompe las convenciones del hardcore punk incluso más que el aclamado ‘David Comes To Life’, con algunos cortes dream pop o incluso directamente disco, como el titular. O, como en el nuevo adelanto que hoy nos ocupa, próximos al glam del David Bowie de ‘Diamond Dogs’, los Primal Scream de ‘2013’ o los Pulp de ‘Common People’. Y no, no es sólo porque se titule ‘Normal People’.
Como asevera el propio guitarrista y compositor de la banda, en ella introducen esos matices por medio de un ruidoso saxofón, pero también con llamativos riffs de guitarra y su ritmo de boogie, derivando en uno de los temas más uptempo y atractivos del grupo desde ‘Queen of Hearts’. En contraposición a ese espíritu aperturista, la letra de ‘Normal People’ –que no está cantada íntegramente por la gutural voz de Abraham, sino que comparte tareas vocales con Haliechuk– es un desolador retrato de la soledad y el aislamiento que propician las tendencias depresivas del hombre y la mujer moderno.
Versos como “consiguió un trabajo al salir de la facultad, su casa es pequeña / pero tiene piscina, está sólo a un par de paradas / Siente una tristeza que no puede explicar / Para él es difícil divertirse: perdió a su madre cuando era joven” o “Ayer tenía una vida, tenía un hogar, lucía una sonrisa para vender mi alma / Mi corbata es azul y mi camisa es blanca, así que ¿por qué no puedo arreglármelas para sentirme bien?” definen los sentimientos diarios de muchas personas. Como también lo hace el vídeo oficial de la canción, en el que los seis músicos canadienses pervierten, con un papel insólito, la aparente cotidianidad de la vida del occidental medio.