Si con ‘Cowboy’ el granadino Dellafuente parecía estar jugando con nosotros al despiste –era un single cercano al trap yanqui, del que decía sentirse alejado–, su participación en el último single de Novedades Carminha, ‘Ya no te veo’, reconducía la situación. Y es que el espíritu de funky de coches de choque que imprimen en este medio tiempo los gallegos tiene esa vocación heterogénea y popular que El Chino había demostrado en singles como ‘Me pelea’ y ‘Guerrera’, su primer Disco de Oro. Dellafuente se muestra perfectamente integrado en el rock bailable de los autores de ‘Campeones del mundo’, tomando todo el protagonismo vocal tanto en sus versos como en ese estribillo que evoca tanto a una vieja amistad basada en “piques” como a una relación amorosa desgastada. Hacia ahí apunta Carlangas, el frontman de Novedades Carminha en su verso, que lanza un desafío al de Granada en los estertores del tema, ese “Chino, hazte rockero, estás perdiendo dinero” que cabe leer como una simpática ironía.
Y es que, para un grupo de estatus indie como Novedades –siguen fieles al modesto sello Ernie Records–, no es nada habitual contar las escuchas de cada single en plataformas de streaming por cientos de miles, rayando -e incluso superando, en el caso de ‘Te quiero igual’– la mágica cifra de 1 millón, camino de 2, más cerca del mainstream que muchos artistas firmados por multinacionales. Ahora bien, las meritorias 742.000 reproducciones de ‘Ya no te veo’ en Spotify son unas migajas para el estatus de Dellafuente, cuyos temas más reproducidos, ‘Guerrera’ al margen, superan holgadamente los 3 o 4 millones.
En todo caso, ambos se han sabido sacar buen partido mutuamente en este tema que, aunque tendrá todo el sentido dentro del próximo disco de Novedades Carminha, sí sirve para que ambos se perpetúen como grandes representantes de un nuevo pop español para el que la diferencia estilística no supone una barrera sino una ventaja en la que apoyarse. Juntos aparecen también en el recién estrenado vídeo oficial para el single, dirigido por David Heofs y Alberto de Miguel, en el que el cuarteto gallego se emplea en el cuerpo a cuerpo en un paisaje industrial, ante la impasible mirada de El Chino.