La anunciada aparición de Taylor Swift en la gala de entrega de premios de la emisora californiana IHeartRadio el próximo 14 de marzo –donde se le entregará el premio a la mejor gira del año, pero no parece que vaya a actuar– ha desatado los rumores entre su fandom. Este, estimulado por tres fotos totalmente random en su perfil de Instagram, quieren ver en esa aparición el posible arranque de una nueva era de la artista, quizá con la continuación de ‘reputation’ a la vista este mismo año. Swift ha respondido a «las teorías» con una foto de su gato pasmado.
Pero lo cierto es que es llamativo que, tras el final del tour de presentación de su último álbum, haya acortado sus vacaciones y reaparezca tan pronto en la vida pública. La razón en realidad podría ser su participación en la adaptación cinematográfica del musical ‘Cats‘, en el que interpreta a Bombalurina. De hecho, su excusa para no acudir a la ceremonia de los Grammy 2019 fue que estaba inmersa en su rodaje.
Sin embargo, es un hecho el regreso a los medios de Swift, más allá de aquella simpática sorpresa a una pareja de fans en su fiesta de compromiso: hoy ha aparecido una columna firmada por ella en el nuevo número de la revista Elle. Salpicado con fotos de la típica sesión de moda, Taylor reflexiona sobre la situación de la música pop actual, y expone su teoría sobre las canciones que pasan a la historia. A través de casos personales, la autora de ‘1989’ expone que la música es una manera de viajar en el tiempo, transportándote a través de una canción a los sentimientos o la situación que atravesabas cuando te gustaba (cita a Dixie Chicks, Panic! At The Disco o The Fray en una serie de ejemplos personales).
Por eso ella, dice, escribe canciones con pequeños detalles que funcionan como una forma de captar recuerdos, «como si pusiera un marco a un sentimiento», del mismo modo que se hace una fotografía. Taylor considera que esa es la clave del pop actual: «en el pop moderno, las canciones/temones/temazos incluyendo detalles extremadamente personales como “Kiki, do you love me” y “Baby pull me closer in the backseat of your rover” se han abierto paso a un nivel cultural global. Este año estando de gira he escuchado estadios cantar apasionadamente con una mujer cubana cantando sobre ‘Havana'», dice.
«En realidad NO queremos que nuestro pop sea genérico. Creo que muchos amantes de la música desean un vistazo biográfico al mundo de nuestro narrador, una brecha en los muros emocionales que la gente construye a su alrededor para sobrevivir», continúa antes de rematar: «Ese vistazo a la historia del artista nos invita a conectarla con la nuestra, y en el mejor de los casos, nos permite asignar esa canción a nuestros propios recuerdos. Esta alianza entre una canción y nuestros recuerdos de los momentos en los que nos ayudó a curarnos, o nos hizo llorar, bailar o huir es la que realmente soporta la prueba del tiempo».