6 años fuera de la industria musical es una eternidad. Lo era en los 60, cuando era lo normal que los Beatles sacaran un disco todos los años; lo era en los 70, cuando era lo normal que David Bowie sacara un disco o más todos los años; y lo es desde luego ahora, cuando lo normal es que un artista pruebe «suerte» con un single cada dos meses, sin contar «featurings». Nena Daconte va a necesitar mucha de esa «suerte» de la que habla en el título de su regreso para volver a conectar como pretende con el público que canturreó ‘Tenía tanto que darte’, ‘El aleph’, ‘En qué estrella estará’ o ‘Disparé’, máxime después de unas controvertidas declaraciones sobre religión y el aborto que ni la han acercado al target comercial de Taburete, ni han conectado obviamente con sus seguidores más progresistas o LGTB+.
Pero ciñéndonos a lo musical como ha de ser, ‘Mi mala suerte‘ sí es el single perfecto que puede servir para reconducir una carrera, pues es fiel a la esencia de la artista, conecta en espíritu con su mayor hit pero es independiente de él y no puede sonar más fresco y original en medio del huracán de música urbana y latina que suena en Youtube y otras plataformas de streaming. Recuerda a ‘Tenía tanto que darte’ no solo en el uso de voces infantiles, sino por ese gusto tan Mai Meneses de hacer sonar una canción triste, un sentimiento de rabia, como una grabación paradójicamente eufórica y optimista. La letra dice «Maldigo aquella vez y mi mala suerte», pero la sensación dejada es de desahogo, de dejar todas las malas vibraciones fuera, a lo que ha contribuido un simpático vídeo en el que la artista se pasea por Madrid y Barcelona acompañada de un bombo que marca el contagioso ritmo de la canción.
El resto de ‘suerte…’, 7 canciones que se verán complementadas por pistas sueltas durante los próximos meses, se compone de baladas como ‘Amanecí’ o la final ‘Ya sé’, esta última salpicada por los celos; y canciones de pop-rock como ‘Ya no somos niños’ o ‘Y qué’, con Nena Daconte intentando «recomponerse» de alguien a quien «no ha conseguido olvidar jamás». Otro gran estribillo. Las más interesantes son ‘En otra dimensión’, una acústica en la que Meneses sueña con una vida ajena a la maternidad («Me encantaría llegar a ser imprudente contigo, ser temeraria y vacía»); y muy especialmente ‘La llama’, en la que un precioso banjo aportado por el productor Paco Salazar y un pequeño cambio de acordes en el estribillo, construyen una canción con nada que envidiar al catálogo de Emeli Sandé, que habla sobre renacimiento (“He tropezado tanto y tantos fracasos / pero me sigo levantando y aún sigo aquí”) y resistencia («soy un barco en mitad del mar que ninguna ola consigue volcar»). Con un nivel compositivo infinitamente superior al de, por decir algo, los discos de Taburete o ‘Tráiler’ de Aitana, es un verdadero misterio por qué este disco no está logrando mayor repercusión. ¿Serán sus ideas políticas? ¿Será su edad? ¿Serán los años de silencio? Pero sobre todo, ¿está siendo justa la industria musical con esta autora? ¿No debería Meneses como mínimo estar componiendo para otros artistas de pop?
Calificación: 7/10
Lo mejor: ‘Mi mala suerte’, ‘Y qué’, ‘La llama’, ‘En otra dimensión’
Te gustará si te gustan: Vega, La Sonrisa de Julia, Amaral
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