10 años después de ‘Let’s Go Surfin’, The Drums -como proyecto, pues la banda como tal ya no existe- ha tenido más recorrido del que probablemente muchos vaticinaron. Su líder y único integrante desde hace años Jonny Pierce ha conseguido fidelizar a una base de fans que aprecia sus canciones más allá de los dos singles que conoce el público generalista y así, este 5 de abril ha llegado a su quinto álbum de estudio con un ‘Brutalism’ que suma más buenos temas y letras memorables a su repertorio, suponiendo otro trabajo luminoso en su carrera.
Pierce, que ahora vive solo en Los Ángeles, llama a ‘Brutalism’ una “gigante Biblia del cuidado a uno mismo”, pues lo compuso tras su divorcio del chico al que dedicó su último trabajo, su siguiente ruptura con un chico belga y tras pasar un periodo psicológico turbulento, por el cual necesitó terapia. En el disco, Pierce documenta los problemas a los que ha tenido que enfrentarse para llegar a al lugar de serenidad y paz interior en el que se encuentra ahora, como el miedo a la soledad, en temas tan certeros como ‘626 Bedford Avenue’, que podría ser del mejor Jens Lekman y en el que canta “me trataste como una mierda pero yo volvía a ti”; o ‘Loner’, una canción 100% The Drums en su composición marca Morrissey y su mensaje “no quiero estar solo, me da miedo toda la gente del mundo, nunca tuve un hogar”, al que Pierce añade al final un coro infantil.
El título de ‘Brutalism’ alude a un estilo arquitectónico caracterizado por la dureza de sus edificios -visiblemente hechos de hormigón-, pero Pierce lo usa como metáfora del “amor duro y pesado” que definió a su antigua relación, en la que Pierce se aferraba a una idea de su chico que no era real. Aunque también podría referirse a la honestidad de las letras, en algunos casos precisamente tan brutal como las del melancólico tema titular, en el que Pierce no teme mostrarse así de vulnerable: “cuando estoy solo durante la noche, me pongo tu camiseta en la cara para sentir que estás aquí / pongo mi mano en mi pecho para que parezca que estás aquí”.
Sin embargo, ‘Brutalism’ es un disco alegre, como sugiere su tema final ‘Blip of Joy’, que celebra lo efímero de esas pequeñas cosas que nos hacen felices, o la energía del sencillo principal, ‘Body Chemistry’, otro buen single de The Drums en el que Pierce reflexiona sobre la depresión (“quizá estoy deprimido, o quizá sepa demasiado sobre el mundo, o sobre mí mismo”) pero cuya letra permite a su vez algo de sentido del humor, en la carismática frase “sé que con un poco de suerte, y un buen polvo, una buena copa de vino y un rato de calidad te harán mío”.
Mención especial merece la bonita balada ‘I Wanna Go Back’, que parece inspirada en Animal Collective e incluye olas del mar. Precisamente donde encontramos a Pierce 10 años atrás. De hecho, ‘Brutalism’ funcionaría mejor si capturara la espontaneidad con la que nacieron las primeras canciones de The Drums, pero tampoco sería justo pedir a Pierce que vuelva a ser la persona que fue hace tanto tiempo. De momento, sus canciones suenan un poco más calculadas, pero Pierce es ahora una persona más calculada, más adulta quizá. Y en todo caso, ‘Brutalism’ no decepcionará a sus fans de siempre, lo cual es un mérito en sí mismo.
Calificación: 7/10
Lo mejor: ‘Body Chemistry’, ‘626 Bedford Avenue’, ‘Brutalism’, ‘I Wanna Go Back’
Te gustará si te gusta: Wild Nothing, Best Coast, The Smiths, The Beach Boys
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