Aunque las giras celebratorias del aniversario de un disco en particular son siempre discutibles, debo reconocer que algo distinto me removió cuando supe que dEUS reproducirían íntegramente ‘The Ideal Crash‘ en una gira que este viernes, 26 de abril, tendrá en la Sala La Riviera de Madrid (entradas disponibles aquí) su única parada en España –algo curioso, dada la especial relación que el grupo belga siempre ha mantenido con nuestro país–. Y es que aquel disco publicado hace 20 años (el pasado 16 de marzo, concretamente) dejó un poso muy especial para los que vivíamos aquel fin de milenio entre álbumes recién publicados entonces como ‘OK Computer’ de Radiohead, ‘Portishead’ de Portishead o ‘Automatic for the People’ de R.E.M.
Este tercer largo del grupo comandado por Tom Barman guarda una evidente conexión con todos aquellas obras maestras indiscutibles en determinados momentos de su minutaje, y es algo que parte de la crítica le hizo pagar en su momento: no sólo es que ‘Instant Street’ fuera un single compuesto de distintas subcanciones a lo ‘Paranoid Android’ pero con un perfil acústico que entroncaba con el paradigma de los héroes de Athens, Georgia. O que el ritmo y el zumbido que abrían ‘Sister Dew’ evocara a ‘Mysterons’. Sino que por momentos ‘One Advice, Space’ parece, directamente, un outtake de Thom Yorke y compañía. Sin embargo, dEUS no eran ningunos advenedizos, y ya habían dado cuenta de su singular personalidad en discos como ‘Worst Case Scenario’ –1994– e ‘In a Bar, Under the Sea’ –1997–, en los que los ecos del rock alternativo norteamericano tan en boga, si bien se alineaban más con el espíritu arty y experimental de Girls Against Boys o Morphine que con Nirvana o Pearl Jam, siendo el uso extremo del violín de Klaas Janzoons –único miembro fundador que persiste en el grupo unto a Barman a día de hoy– uno de sus elementos distintivos. Y ese valor, esa personalidad, se impone en ‘The Ideal Crash’ a pesar de todo: la preciosa ‘The Magic Hour’, las cuerdas a lo John Cale en la primera Velvet de ‘Sister Dew’ o la energía amasada en torno a las cuerdas de Janzoons en ‘Let’s See Who Goes Down First’ son buenas muestras de ello.
Como decía, pese a que a priori ‘The Ideal Crash’ parecía demasiado reo de aquellas influencias anglófonas, el tiempo lo reveló como uno de los trabajos más importantes de aquel fin de siglo que conducía (sin que lo supiéramos aún) a un nuevo paradigma estético en el que el rock viviría un retroceso estético hacia parámetros estonianos y/o ramonianos. Saber eso hoy confiere al tercer largo de los belgas el halo de hito del rock alternativo centroeuropeo: en una era en la que Internet era una realidad aún muy primitiva, no era común que un grupo rock no-británico lograra traspasar barreras a nivel continental. Y con esta obra dEUS alcanzaron a convertirse en poco menos que estrellas en Francia, Suiza, Italia y, claro, España, gracias en buena medida a la promoción que dispuso Island para el disco, siendo este su primer lanzamiento multinacional. Misteriosamente, la subsidiaria de Universal ni siquiera editó el disco en Estados Unidos, un mercado potencial que podría haberles catapultado aún más lejos. La sospecha de que aquello hizo daño al grupo hasta el punto de llevarles a separarse hasta mediados de la siguiente década siempre ha estado ahí.
Como decía, dEUS encontraron una buena respuesta de público y crítica españoles con sus primeros trabajos. Seguramente eso y el clima animarían a los belgas a trasladarse a la ciudad malagueña de Ronda para escribir y grabar allí –a caballo entre el hotel rondeño Enfrente Arte y el conocido Estudio El Cortijo de San Pedro de Alcántara, donde también han trabajado Björk o Mariah Carey– este ‘The Ideal Crash’ a las órdenes de David Bottrill, productor canadiense que venía de grabar con Robert Fripp (tanto en el álbum de King Crimson ‘Thrak’ –1995– como en los dos discos que el guitarrista grabó junto a David Sylvian) y que más tarde encontraríamos en los créditos de álbumes de Tool, Placebo, Smashing Pumpkins o Muse. Lo cierto es que en ese proceso de composición/grabación (que por cierto el grupo está revelando estos días en Facebook con una serie de clips bajo el inequívoco nombre de «The Ronda Tapes») parece fundamental el papel de Bottrill para dar empaque al álbum que suena mucho más coral, diverso y a la vez compacto que nunca antes en la carrera del grupo.
Pese a los ecos de la música de aquellos últimos estertores del milenio que contenía ‘The Ideal Crash’ y a que es un disco musicalmente intrincado (sus canciones más cortas se aproximan a los 5 minutos, superando los 6 de duración en varias de ellas), lo que más destaca del álbum y lo que le hace pervivir aún hoy como un disco eficaz e irresistible es la solidez de su repertorio. Aunque las geniales ‘Instant Street’ –llegó a ser un hit fuera del ámbito exclusivamente alternativo por la promoción en radios–, ‘Sister Dew’ y el corte titular como singles destacados siguen sobresaliendo, cada uno de sus temas tiene un atractivo especial, algo distintivo que lo hace memorable. Como ocurre con los grandes discos que te acompañan siempre, todo, desde los arreones de energía de ‘Put The Freaks Up Front’ (una frase que se atribuye a George Lucas en la filmación de su primera película, ‘TXH 1138’) a la ensoñación electrónica de ‘Dream Sequence #1’, sigue resultando imborrable y, mejor aún, siguen sonando fresco.
Universal Music pondrá a la venta una nueva edición de ‘The Ideal Crash’, remasterizada y toda la pesca, claro. Pese a todo, dEUS no es un grupo especialmente imbuido por la nostalgia: desde que se reagruparan con una nueva formación en 2005, han publicado cuatro trabajos más, alguno de ellos tan notable como ‘Keep You Close‘. Y no sólo eso, sino que ya trabajan en la continuación de ‘Following Sea‘ con su nuevo guitarrista, Bruno de Groote. Esperan que esté listo para su publicación a principios de 2020.