Años después de que se supiera que Anni B Sweet estaba grabando su primer disco cantado completamente en castellano, ‘Universo por estrenar’ al fin se publica esta semana. Ha pasado casi un lustro desde su último álbum ‘Chasing Illusions’, pero al menos podemos decir que hay una relación directa entre la calma con la que se ha tomado tan importante «comeback» y el resultado que tenemos ya entre nuestras manos, pues estamos ante un disco que presenta a una Anni renovada pero perfectamente comprensible por sus viejos fans, muy bien equilibrado, y con un acabado excelente gracias a la producción de James Bagshaw. El cantante, guitarrista, compositor y productor de Temples ha resultado una persona idónea para comprender la inspiración astronómica de este largo, su relación con la psicodelia de los 60 y la influencia de Pink Floyd, uno de los grupos favoritos de Anni B Sweet desde pequeña.
El primer single, ‘Buen viaje’, es una de sus canciones más inmediatas y pop, una de las mejores de su discografía. Puede estar expresando desamor («me has convencido para bailar, pero estando triste no es igual») y buenos deseos tras una ruptura («que tengas suerte en tu camino / me hubiera gustado haber estado contigo»), pero el tipo de melodía y los efectos la hacen sonar gloriosa, alegre y a la vez casi ácida. No sé si en contraste o más bien en relación a la letra de este tema sobre el papel, el resto del álbum suena más oscuro. Está el optimismo de ‘La vida está en otra parte’, que habla sobre explorar nuestra propia mente y no renunciar a nuestra imaginación («yo persigo la estela de mi libertad») y su buen estribillo («quédate aquí / y haz que todo lo demás deje de existir»), pero en general el álbum presenta a menudo un punto muy tremebundo.
Sucede en el inicio distorsionado de ‘¿Qué hago aquí?’; en esa ‘La mente hambrienta’ que presenta una estructura ambiciosa y una producción compleja en la que las palmas no sé si aportan algo de luminosidad o más bien todo lo contrario; o en ‘Juramento’, dedicada a todos aquellos que nos hacen daño porque sí, nos critican sin conocernos o se aprovechan de nosotros, como nos ha contado la artista en una entrevista que publicaremos en breve. Un sabor amargo que dura hasta el final, cuando aparece una pista fantasma que podemos revelar que se llama ‘Buena hora’, pero nos habla de «un monstruo en casa que no [nos] quiere olvidar».
Todo esta dedicación a la imaginación, al dolor y a la paranoia, se corresponde con una producción acorde. Ahora podemos hablar más firmemente de Danger Mouse o Broken Bells entre las influencias de Anni B Sweet (los coros y guitarras de su pareja Noni Meyers parecen más anecdóticos y siempre esclavos de la composición de Ana López Rodríguez), aunque tampoco ha abandonado su ramalazo clásico. ‘Un astronauta’ tiene ese redoble siempre indisociable de Phil Spector, y, a continuación, ‘Ser luz’, pese a esa producción mitad cósmica mitad Western (el silbido sitúa a Anni B Sweet atenta a la gira de despedida de Ennio Morricone), podría haber encajado por melodía en la banda sonora de ‘Grease’. Ahondando más en la tradición, el álbum se cierra oficialmente con nada menos que una ranchera llamada ‘El tiempo’.
Cuando Anni B Sweet ataca así a México sin que desentone en un álbum que parecía inmerso en la cultura anglosajona, es cuando nos convence de lo acertado de la línea artística de este cuarto álbum de estudio. Todo un «universo por estrenar» en el que los recovecos están tan cuidados que al final del viaje ni siquiera te acuerdas de que este era el primer disco de la artista en castellano. ¿Era tan importante lo del idioma cuando las ideas estaban tan claras?
Calificación: 7,5/10
Lo mejor: ‘Buen viaje’, ‘La vida está en otra parte’, ‘El tiempo’, ‘Astros’
Te gustará si te gustan: Tame Impala, Temples, Broken Bells
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