Ed Sheeran en Barcelona: uno frente al mundo

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Ed Sheeran en Barcelona: uno frente al mundo

Ed Sheeran saca nuevo disco colaborativo el 12 de julio, pero sigue de gira presentando ‘÷‘, el disco más vendido de 2017 y uno de los más vendidos de 2018. Sheeran podría haber terminado de presentar su tercer disco el año pasado, pero por alguna razón ha decidido extender la gira otro año más, volviéndola a traer a países en los que ya había estado el año anterior, como España, y matándose a tocar por todo el mundo sin apenas descanso. Así, en septiembre se anunciaban dos fechas nuevas en macroestadios de Barcelona y Madrid que lograban vender 70.000 entradas en cuestión de horas, dando buena cuenta del espectacular nivel de popularidad en el que se encuentra el cantautor británico. La gira termina en agosto. [Foto del cartel promocional del European Tour 2019 de Ed Sheeran.]

La fecha barcelonesa ha tenido lugar esta noche del viernes 7 de junio en el Estadio Olímpico Lluís Companys, cuyo aforo es de 55.000 personas, y no ha producido sorpresas. Salvo alguna novedad esperable, como la inclusión en el setlist de una versión acústica de ‘I Don’t Care‘, el nuevo éxito de Sheeran junto a Justin Bieber, lo visto en Barcelona esta noche ha sido casi idéntico a lo visto hace dos años. De hecho, ha tenido que pasar todo este tiempo para que Sheeran recupere de su cajón de canciones guardadas para una mejor ocasión su himno a Barcelona con menciones a la sangría y a la «mamasita rica», aquel tema titulado precisamente ‘Barcelona‘ que iba a ser el primer single de ‘Divide’ antes de existir ‘Shape of You’. Parece que Sheeran todavía no se ha arrepentido de escribirla y ha querido «regalársela» a su público. ¿Gracias?

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Para quien no haya visto en directo a Sheeran todavía, sí puede impactar que el cantante sea la única persona presente en el escenario en todo momento. Es realmente grotesco verle actuar solo frente a tanta gente. Ni bailarines, ni coristas aparecen en el escenario, solo él, sus guitarras y sus pedales, con los que graba tomas instrumentales –de guitarra, percusión, o incluso voz– que después reproduce en «loop» a modo de base (en otras palabras, lo que llevan tiempo haciendo Damien Rice o Dominique A, por citar dos ejemplos). Al principio del concierto, Sheeran explica el funcionamiento de estos pedales, añadiendo que la música es, por tanto, totalmente en directo. Durante el transcurso del mismo su uso de este mecanismo puede llegar a impresionar. ¿Cómo puede sonar así un concierto sin músicos más que uno? No deja de tener mérito que Sheeran cargue con el peso de actuar frente a aproximadamente 55.000 personas.

Se le ve cómodo, en cualquier caso, a Sheeran en su papel de superestrella, y no es de extrañar: Sheeran es un tipo sencillo que escribe canciones sencillas, y esta comodidad le ha reportado demasiado éxito como para dejarlo escapar. Uno atiende a la cantidad ingente de fechas que incluye su gira actual y alucina, pero después lo ve en directo y es como ver a un chaval tocando en el pub de la esquina. No, el chico no se desloma en el escenario ni lo necesita, de igual manera que tampoco necesita escribir mejores canciones: simplemente está surfeando la ola que a muchos les gustaría surfear, y lo está haciendo sin despeinarse y, a la vez, llenándose los bolsillos. No se le puede culpar por ello. Sí de escribir letras cuestionables como la de ‘New Man’ o demasiado cursis como la de ‘Perfect’, pero no de querer aprovechar su éxito al máximo.

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Por lo menos, Sheeran sí demuestra ser un buen animador, y es curioso lo entretenido que se hace el concierto pese a contar solo con su presencia en el escenario. Sí hay hacia la mitad del set un tramo perfecto para ir al baño, devolver vasos de plástico antes de que se creen colas tremendas, comprar algo de cenar (por cierto, ¿opciones veganas pa cuándo?)… Pero en medio se producen momentos interesantes. Por ejemplo, Sheeran presenta ‘The A Team’ recordando los días en que tocaba «para 5 personas» en Londres, añadiendo que pese a su éxito, sigue tocando las mismas canciones de siempre. Sheeran anima al público tanto a cantar sus canciones a grito pelado como a mantener la calma y lo hace con profesionalidad y corrección, pero también con gusto. El único momento raro, cuando pide al público que mueva arriba y abajo el brazo en ‘Bloodstream’. Dice que queda bien, pero en realidad queda como cuando Marilyn Manson lo hacía en aquel concierto de Eminem en Razzmatazz hace años.

Tantísimos conciertos que incluye esta gira de ‘÷’, y quizá lo mejor que puede decirse de lo visto esta noche en Barcelona es que Sheeran no parece para nada cansado de tocar. Al contrario, pues incluso reconoce que su objetivo de la noche es cantar hasta perder la voz, pues le esperan varios días libres para recuperarse (hasta el 11 de junio, cuando visite Madrid). Puede que el ruido ensordecedor que provocan los primeros compases de ‘Shape of You’, ‘Thinking Out Loud’ o ‘Perfect‘ no sea suficiente para hacer comprender a muchos qué hace un tipo como Ed Sheeran actuando completamente solo frente a tantas decenas de miles de personas, pero la sensación que desprende el británico todo el tiempo es de agradecimiento, y eso hace que uno conecte más con la persona que está viendo en el escenario. La emoción sería la misma si Sheeran tocara todas estas canciones otra vez en Barcelona, pero en un garito con 50 personas.

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