Peter Hook ha venido al barcelonés festival Primera Persona para hablar de su libro ‘The Haçienda. Cómo no dirigir un club’ (Contra Editorial). La entrevista se realiza en el backstage y resulta un tanto aturrullada: Hook ha tenido varias charlas antes, el entorno bulle de actividad y aún ha de subir al escenario del CCCB, lo que nos deja poquísimo tiempo. Aun así, la charla fluye, porque Peter ya tiene bastante claro de qué quiere hablar. Vestido de elegante sport, lejos de su imagen más macarra, Peter se expresa de manera suave, casi hipnótica. Como buen perro viejo, usa mis preguntas como excusa para explicar lo que le interesa y aprovecha el más mínimo hueco para atizar a sus excompañeros de New Order.
He leído el libro y me parece muy chocante la manera en que… perdíais dinero (risas). Todo lo que New Order ganaba se iba a cubrir los gastos del Haçienda. ¿Cómo lo hacíais para sobrevivir (económicamente) en el día a día?
Haçienda empezó a perder dinero muy pronto. Creo que unos 15.000 euros… al mes. Y a nosotros nos pagaban 30 € a la semana a cada uno, 120 al mes, pero estábamos perdiendo 15.000 entre los cuatro. No lo sabíamos, esa es la verdad. Una vez que lo descubrimos, decidimos que se tenía que poner orden. Pero admiro que Rob Gretton y Tony Wilson tuvieran un sueño y encontraran la manera de fundarlo. Creo que fue probablemente de manera fortuita, porque, básicamente, nunca se habría construido. Si trato de imaginar un mundo sin Haçienda, como club… (pausa) No me arrepiento, he de decir.
“Haçienda era un patio de recreo para mayores. Y yo tenía las llaves”
¿Crees que, si os hubierais tomado en serio el Haçienda como negocio –no musicalmente–, no habría sido igual?
Si nos lo hubiéramos tomado en serio como negocio, nunca se habría construido. Nunca. La cosa es que el desembolso inicial de dinero nunca se recupera en ningún club. Era ridículo como concepto de negocio. La cuestión es que nosotros no éramos hombres de negocios. Éramos buenos bebiendo. No éramos buenos en llevar o dirigir al personal de un bar. O en asegurarnos de que habría beneficios. Éramos una nulidad en eso. Rob Gretton tenía un sueño. Y alcanzó ese sueño. ¿Y cuánta gente en el mundo puede decir que han hecho realidad su ambición? Él fue muy afortunado en ese aspecto. Nos lo ocultó, claro, porque lo hubiéramos destrozado (risas). Era un sueño muy naïve. Rob sólo tenía veinticuatro o veintisiete años cuando Haçienda arrancó. Y estaba a cargo de setenta y cinco personas. ¡Una enormidad! No era un club pequeño, ¡era masivo! Realmente era un reto y él se manejó para lograrlo. Hay que admirar eso. Y ahora estoy aquí. Tengo, más o menos, todo lo que quiero en el mundo; pubs y seguridad (risas). Soy feliz con este legado, con la historia única que fue este capítulo: el hecho de que una banda de pop entretuviera a toda una ciudad a su cargo durante dieciséis años. Eso siempre será algo único, porque nadie, ni U2, ni Coldplay, nadie fue lo suficientemente estúpido para hacerlo. ¡Y nosotros lo fuimos! Realmente fue devolvérselo [el dinero] a la gente. Puro socialismo, puro comunismo.
Resististeis a base de entusiasmo durante esos 16 años, pues.
Sí. Yo estaba borracho la mayoría del tiempo, he de decir. Fue un período hedonista de mi vida que disfruté a fondo. Haçienda era un patio de recreo para mayores. Y yo tenía las llaves. Podía darme vueltas por ahí como una auténtica estrella de rock durante los 80. ¡Ridículo! Teníamos esas noches maravillosas de Acid House. ¡Guau! Si lo hiciera ahora, con 63 [años], me moriría. Pero con treinta, estaba: “Yeah, baby!!!”
También leí en tu libro ‘Substance’ [Nde: las memorias de Hook sobre New Order publicadas en Reino Unido en 2016, que escribió como réplica a las de Bernard Sumner y aún inéditas en castellano] acerca de la grabación de ‘Technique’ en Ibiza y era como los hermanos Marx en ácido…
(Risas) Pues sí…
“Una de mis grandes frustraciones con New Order es que nunca tocábamos”
¿Cómo sobrevivisteis a esa vorágine?
Lo hice. Siempre he sido un superviviente. De donde vengo, Salford, en Manchester, es un barrio muy duro. Crecí sin dinero, muy pobre, en un entorno de clase trabajadora. Odiaría volver atrás, pero no tengo miedo. Si no tengo nada, no tengo nada. Siempre he creído que podía labrarme mi camino para salir [de situaciones apuradas]. Cuando New Order se separó, en 2007, me convertí en DJ a jornada completa durante tres años, lo que es algo inusual. Tuve éxito, lo que es fantástico. Luego volví a tocar. De nuevo tuve éxito. No tengo miedo a trabajar duro. Nuestras carreras son subidas y bajadas.
Pero ahora, ¿a qué te dedicas más? ¿A tocar o a pinchar?
A tocar. Ya no pincho. Creo que los horarios (hace como que bosteza) eran imposibles. Toco todo el rato. Una de mis grandes frustraciones con New Order es que nunca tocábamos. Era muy aburrido. Teníamos esas canciones maravillosas y no me estaba permitido tocarlas. Ahora salgo y toco lo que quiero. Soy muy feliz.
‘Technique’ ha cumplido 30 años. Es uno de mis discos favoritos de todos los tiempos…
Oh, ¿Sí? ¿Sabes una cosa? Es difícil de tocar. Lo estamos tocando ahora, ‘Technique’ y ‘Republic’. Y buff, son álbumes duros de tocar.
“Mi ambición es tocar cada canción escrita y grabada por Joy Division y New Order”
Precisamente, leí en algún lado que ‘Run’ no la solíais interpretar porque era muy difícil.
Mmm… Las canciones nunca sonaban como lo hacían en el estudio. La verdad es que me asombra bastante cuando vuelvo la vista atrás y veo lo poco que tocamos ese disco. Es el disco del que tocamos menos canciones de todos, lo que es increíble. Es un álbum fantástico para tocar y lo disfruto extraordinariamente, como disfruto extraordinariamente ‘Republic’, algo que creí que no haría, por las connotaciones de cuando lo grabamos. ‘Technique’ es genial: me tengo que concentrar como un loco para tocarlo, pero cuando lo conseguimos, es fantástico. No tengo libertad [de elección] porque, como toco LP’s enteros, no tengo opción de obviar las canciones difíciles. Las tengo que tocar. ¡Ese es mi truco! Los ahora llamados New Order escogen las sencillas. Y yo tengo que tocar las difíciles, ¡agghhh! Pero cuando las dominas es sublime. Cada vez que traigo un álbum de vuelta lo echo de menos. ‘Low-Life’, ‘Brotherhood’, ‘Power, Corruption & Lies’… Cuando pare y luego retome [la gira] el próximo año, tocaremos ‘Get Ready’ y ‘Waiting for the Sirens’ Call’. Y luego ‘Lost Sirens’. Y luego no sé lo que haré. ¡Tendré que empezar de nuevo! Mmmm… Una posición extraña, ¿no? Mi ambición es tocar cada canción escrita y grabada por Joy Division y New Order, primero empezando por Joy Division y luego continuando por New Order. ¡Tocar las caras B ha sido fantástico! Excavar entre esas pequeñas canciones que no fueron muy promocionadas. Y algunas son fantásticas. Traerlas de vuelta es un regalo. Si me hubiera quedado con New Order, nunca lo habría hecho, nunca las habría tocado. De alguna manera, fue la decisión correcta.
¿Y erais conscientes, durante la locura ibicenca, que ‘Technique’ acabaría siendo un disco tan influyente?
No. Ibiza fue fantástico. Era el peor ambiente de trabajo que un músico podría haber tenido. Pero pasamos – pasé – una temporada increíble. Las delicias de San Antonio, de ese período fueron… uffff. Dios, fue increíble. Me asombra que sobreviviéramos. Estuvimos allí cuatro meses y no hicimos na-da, malgastamos. Esa era la atmósfera. Recuerdo que mi hija vino a visitarme, tenía cinco o seis años, y no me reconoció de lo moreno que estaba (risas). Es una historia estupenda y, contra todo pronóstico, volvimos a Inglaterra a acabarlo. Es mi disco de New Order favorito… para escucharlo. No para tocarlo.
¿Y por qué es tan melancólico? Me asombra que exhale ese sentimiento, sabiendo lo hedonista que fue el proceso de grabación
Creo que tu don como músico es que puedes trascender tu dolor. [En aquel momento] todo el mundo estaba infeliz, porque nuestro pacto se había roto, porque aun así creían que teníamos que sacar un nuevo y gran álbum. Pero hay que trascender tus propios sentimientos. Y, aunque no éramos felices, aun así nosotros tres (Gillian no hacía demasiado) estábamos contentos porque lo conseguimos. Logramos acabar el disco. Era todo un logro. Especialmente en las condiciones en que lo grabamos.
Sobre el acuerdo que alcanzaste con el resto de la banda hace un par de años, ¿puedes usar el nombre New Order en tus giras o en el merchandising?
No (silencio).
“Hay todavía muchos problemas, muchos malos sentimientos entre los miembros del grupo”
¿Y en qué consistió este acuerdo, si se puede preguntar?
Los otros hicieron una adquisición hostil de la sociedad limitada que, en Reino Unido, es propietaria del nombre New Order. Ellos… bien, es algo muy técnico. Básicamente, se quedaron el nombre sin preguntarme y se lo licenciaron. De eso trató la demanda. Fue un juicio muy técnico. No sé si el sistema legal funciona igual en España, pero en Inglaterra está muy anticuado. Es muy caro y muy frustrante. Cuando la demanda estaba en marcha (el caso era yo contra ellos), ellos presentaron dos denuncias contra mí, acusándome de hacerme pasar por Joy Division y de hacerme pasar por New Order. Lo que está bien, considerando que montamos ambos juntos (risa malévola). Nos reunimos y, básicamente, firmamos un acuerdo para detener los procesos judiciales. Los procesos no se resolvieron, los pusimos a un lado y, supuestamente, los evitamos firmando este acuerdo entre nosotros. Las relaciones, desde este acuerdo, no han sido ideales. Hay todavía muchos problemas, muchos malos sentimientos entre los miembros del grupo. No entre las viudas, porque también estaban Deborah Curtis (la viuda de Ian) y la viuda de Rob Gretton. Ellas se han mantenido neutrales. Los miembros del grupo aún están… [se echa las manos al cuello como ahogándose]. No es ideal, pero acepté que es el precio que he de pagar por mi coche, mi trabajo, mi casa… No es una situación ideal. Y es una vergüenza, porque nosotros creamos tanto, que es realmente muy triste arruinarlo para cualquiera. Particularmente para los fans. Porque los fans estaban muy divididos. [Nos interrumpen para acelerar el fin de la entrevista. Peter aún ha de acabar de preparar su intervención en el Primera Persona]
En fin, es una pena pero, ¿sabes? Así es la vida y nos tenemos que acostumbrar. Si fuera más fácil, sería más aburrida. Algún día lo averiguaré (risas)
¿Vas a sacar nueva música? Te leí en ‘Substance’ que odiabas hacer música solo, que necesitabas a más gente. ¿Estás preparando algo?
De hecho, he compuesto muuucha música. Lo que pasa es que no soy nada bueno promocionándola y como no estoy en un sello grande… Tengo una banda llamada Man Ray, con la que he hecho bastantes cosas y he satisfecho mi parte creativa. He trabajado con Pottsy, que era la mitad de Monaco y, para el próximo concierto Joy Division clásico en julio, hemos escrito un nuevo tema de Monaco. Dos. Inspirados por Joy Division, para mostrar nuestro amor por Joy Division. Creí que era importante hacer algo nuevo al fin. Está convirtiéndose en algo, así que, bastante probablemente, Pottsy y yo sacaremos el tercer disco de Monaco. Y estoy haciendo muchas más cosas. Estoy preparando un tema con Mark Lanegan, que saldrá muy pronto. Con un dúo francés llamado The Limiñanas, en que cantaré a lo Iggy Pop. De hecho estoy haciendo muchas cosas, solo que no se están publicitando demasiado. Está bien, pero echo de menos estar en una banda. Echo de menos estar en New Order, en ese aspecto, el de trabajar juntos preparando el próximo disco.