Bilbao BBK Live se despidió anoche con la llamada “jornada tranquila”: si el jueves tenía a Liam Gallagher y a Thom Yorke, si el viernes fue el combo mortal de Rosalía con los Strokes, ayer las cabezas de cartel eran Weezer y The Good, The Bad & The Queen, que generaban bastante menos expectación entre el público general. No obstante, la jornada “tranquila” no fue sinónimo de “aburrida” y Weezer demostraron que, a pesar de que se prodiguen poco, sus casi tres décadas en activo son una garantía tanto para el público ya talludito como para el público joven. Cuando Rivers Cuomo apareció ataviado con una camisa de manga corta con estampados de hojas, unas gafas de pasta negras y un sombrero de pescador, fueron una constante los comentarios que le ponían como una especie de Phil Dunphy haciéndose el padre enrollado. Pero Cuomo y compañía callaron la boca bien pronto: con un repertorio repleto de hits (‘My Name Is Jonas’, ‘Buddy Holly’, ‘Undone’, ‘Beverly Hills’, ‘Say It Ain’t So’ y por supuesto ‘Island In The Sun’) y mucha garra para dar la bienvenida a la noche, la banda alternó también alguna que otra versión de su reciente disco de covers: ‘Everybody Wants To Rule The World’, ‘Happy Together’, ‘Take On Me’ y esa ‘Africa’ que ya ha pasado de meme a hit. Salvo que me equivoque, diría que no hubo espacio para el último disco (“el negro”), pero la apuesta sobre seguro no les pudo salir mejor. [Foto de Weezer, Óscar L. Tejada para Bilbao BBK Live.]
Y otros veteranos eran los integrantes de The Good, The Bad and The Queen. El supergrupo liderado por Damon Albarn junto a Paul Simonon, Tony Allen y Simon Tong lanzó segundo trabajo el año pasado, dando continuidad a ese “experimento” que fue su debut hace más de una década, y venían al Bilbao BBK Live a presentar sus canciones. Desde el Escenario Bestean, la banda tocó prácticamente íntegro el reciente ‘Merrie Land’, con temas como la canción homónima o ‘Gun to the head’, y recuperó temas de su álbum debut como ‘History Song’. Quizás algo monótonos hacia la mitad, aunque recuperaron ritmo para la traca final. En el mismo Bestean veríamos un par de horas después a Vince Staples con un concierto que, claro, era radicalmente distinto al de la banda de Albarn. En su primera visita a España, el autor de ‘Big Fish Theory’ derrochó energía y decibelios (las carpas llegaron a retumbar) al ritmo de sus cuidadas producciones y acompañado de unos visuales que imitaban la típica imagen de televisores en un escaparate (y donde se podían ver momentos de ‘The Office’ o ‘Quién quiere ser millonario’). Con un repertorio que repasaba sus tres largos, centrándose en el último y sin olvidarse de extras como su colaboración con Gorillaz ‘Ascension’ (de los momentos más celebrados), Staples se robó el show y dejó claro por qué es uno de los raperos más queridos por la crítica. [Foto de The Good, The Bad and The Queen, Jordi Vidal para Bilbao BBK Live.]
Pero si hablamos de gente que se robó el show, la jornada y el Kobetamendi entero, tenemos que hablar de ELLA. Doña Nathy Peluso preguntaba al público al inicio de su concierto “¿ustedes vinieron a gozar?”, y no le hizo falta decir “porque yo sí”; ya lo demostró con creces. En un contexto como el de los festivales en que muchos grupos salen, tocan como un trámite y se piran, resulta una gozada, valga la redundancia, ver a un artista que está disfrutando. Y Peluso estaba disfrutando, ya fuese derrochando sensualidad en ‘Hot Butter’, sorprendiendo con una versión de ‘Bang Bang’, demostrando todo su poderío vocal con ‘La passione’, parándose un momento a observar el maravilloso paisaje del monte (“la naturaleza me inspira”, nos decía), despertándonos a ritmo de ‘Natikillah’, contándonos una anécdota para introducir ‘La Sandunguera’ (“me dijeron “qué es lo que tú cantas mami, que cuando tú cantas el corazón se me acelera… y yo le dije, ay bandolero, tú que no te enteraste, que este es mi jazz latino”) y, finalmente, cerrando por todo lo alto con una ‘Corashe’ que se vio perjudicada al principio por problemas técnicos que parecían lastrar su afinación. Pero ni esto paró a la autora de ‘Estoy triste’: se quitó los auriculares y nos hizo olvidar esa pequeña incidencia transmitiendo más con su mirada que la mitad de sus compañeros de cartel. [Foto de Nathy Peluso, Óscar L. Tejada para Bilbao BBK Live.]
Un toque distinto aportaron también los Perro, que precedieron a Nathy, aunque ellos en el escenario Firestone. Por su ímpetu y el del público que les veía, estaba claro que los murcianos podrían haber estado perfectamente en uno de los escenarios grandes, pero también supieron convertir en ventaja la desventaja: mantuvieron, no ya una cercanía, sino directamente un colegueo con los asistentes durante todo el concierto. Por si no era suficiente hacer vibrar a la gente con sus guitarras, ataviado con una camiseta del Pryca, el vocalista demostró sus dotes de showman contando curiosidades, ofreciendo botellas de agua al público y tirando de humor hasta el punto de jugar con fuego (“¿cuál es la mejor marca de neumático, lo sabéis? ¡Michelín!” decía en el escenario patrocinado por Firestone). Por si esto fuera poco, tras una traca final en la que no faltó ‘La Reina de Inglaterra’, cayó un lipsync del ‘Me Quedo Contigo’ de Los Chunguitos. A sus pies. Más aburridillos resultaron en el mismo lugar pero unas horas más tarde Boy Azooga. Davey Newington presentaba el primer disco de su proyecto, ‘1, 2, Kung Fu!’ que, no obstante, resultó bastante prometedor con respecto al potencial que pueda tener esta banda con un poco más de rodaje.
Y, para rematar la noche, teníamos dos postres a elegir. Si te apetecía un refrescante plato de fruta, la electrónica de Hot Chip venía genial a esas horas de la madrugada. Los ingleses presentaban su último disco, ‘A Bath Full of Ectasy’, del que no faltó nuestro reivindicado segundo single ‘Melody of Love’, pero hubo espacio para sus trabajos anteriores (‘One Life Stand’ y ‘Huarache Lights’ sonaron nada más empezar), y hasta para versionar a los Beastie Boys: muy interesante esa reinterpretación de ‘Sabotage’. Y si, más que fruta, lo que te apetecía de postre era un brownie “aliñado”, ahí estaban los Pony Bravo. Los sevillanos congregaron prácticamente a la misma cantidad de gente que Hot Chip, y no es de extrañar porque en directo son estupendos – y más aún a esas horas. Daniel Alonso y compañía presentaron su último trabajo, ‘Gurú’, aunque no faltaron los hits: ‘Mi DNI’, ‘El Político Neoliberal’ o ‘Noche de Setas’ calentaron la noche de cara a quienes querían quedarse hasta tarde. Para ellos, los alrededores del Escenario Lasai fueron la mejor opción, con unas vistas sobrenaturales de todo Bilbao mientras la gente se relajaba tumbada en la hierba (o fumando ídem), y se iba luego a darlo todo a la rave-en-pleno-bosque que era la fiesta electrónica del Basoa. [Foto de Hot Chip, Óscar L. Tejada para Bilbao BBK Live.]