Este sábado se conocía el fallecimiento de José Rómulo Sosa Ortiz, más conocido por su nombre artístico José José, alias bajo el que se convirtió en una de las figuras más importantes de la canción mexicana en los años 70. Tenía 71 años y desde 2017 estaba combatiendo un cáncer de páncreas que finalmente no ha superado.
Hijo de dos conocidos cantantes de ópera, José José se educó en el canto lírico puesto que su padre, el tenor José Sosa –con el que mantuvo una relación tormentosa, debido al alcoholismo de aquel–, no le permitía escuchar rock o cualquier otra música popular. Tras comenzar tímidamente, siendo aún adolescente, su carrera musical, su gran espaldarazo llegó con su participación en el Festival de la OTI de 1970. Allí hizo una interpretación memorable de ‘El triste’, su primer gran éxito. No ganó el festival, pero desde entonces se le consideró prácticamente un héroe nacional.
A partir de entonces, sus éxitos se multiplicaron a lo largo de toda la década con temas románticos de canción melódica como ‘Vive’, ‘Todo es amor’, ‘El príncipe’ –dando lugar a su apodo, «El Príncipe de la canción»–, ‘Amar y querer’ y ‘Gavilán o paloma’, que fue quizá su tema más conocido en España. Se estima que vendió en todo el mundo unos 100 millones de álbumes, extendiendo su repercusión a Estados Unidos, donde actuó con frecuencia. Pero esos éxitos –que también cosecharía como actor–, irían acompañados de graves crisis por un alcoholismo que, decía, heredó de su padre y por el que entró en rehabilitación numerosas ocasiones.
Como otras figuras de la canción melódica, su éxito se prolongó en los 80 y decayó en los 90 y 00, que fue cuando comenzó a empeorar su salud. Curiosamente, cuando hace tres semanas moría Camilo Sesto, circuló mucho una foto suya junto a este, Juan Gabriel y Rocío Durcal, de los que José era, paradójicamente, el último superviviente.