Girl Band publicaron su impactante debut en 2015 y después desaparecieron. Pasó 2016, pasó 2017, pasó 2018 y ha pasado medio 2019 hasta que los autores de uno de los mejores discos de noise rock de los últimos años han confirmado su regreso con ‘The Talkies’, un segundo trabajo que parte del anterior para seguir engrandeciendo la leyenda de los irlandeses con nuevas ideas.
Durante su largo descanso, Girl Band han cuidado su salud mental (esta es la razón que dieron cuando cancelaron su gira en 2015), pero ‘The Talkies’ suena igual de neurótico y perturbador que siempre. Es público que las paranoias y delirios del vocalista Dara Kiely inspiraron las letras de su debut, y aunque nos alegra que Kiely esté mejor, las canciones de ‘The Talkies’ vuelven a ser brutales en su capacidad para capturar un estado próximo a la locura. Aunque hay diferencias en ‘The Talkies’ respecto a ‘Holding Hands with Jamie’, y la principal es que, en este segundo trabajo, Girl Band han buscado crear una narrativa dentro del disco más que una simple colección de canciones, y para ello han hecho uso de interludios e incluso de varias melodías o patrones rítmicos que se repiten a lo largo de su minutaje para darle unidad. Incluso la extraña casa Ballintubbert donde ‘The Talkies’ ha sido grabado, que data del siglo XVI, forma parte del álbum a nivel sónico: el tema ‘Prefab Castle’ es una «representación sonora» de la finca y de ella los irlandeses han extraído grabaciones de campo (de fuentes, puertas o una nevera) para ambientar sus nuevas composiciones.
Ya con el inicio de la intro ‘Prolix’, en la que Kiely respira nervioso sobre un sonido que parece replicar el zumbido eléctrico de una bombilla desgastada, ‘The Talkies’ nos sitúan en un estado de estrés total, que los integrantes del grupo van liberando de varias maneras a lo largo del disco. Es especialmente brutal el sencillo ‘Shoulderblades’, una monstruosidad de seis minutos llena de guitarras amenazantes y ritmos violentos, que escuchada a máximo volumen promete hacer añicos tu altavoz. Las repetidas menciones al mito de Ed Mordake en la canción sirven para darle un elemento muy incómodo y siniestro, pero también cómico, y si algo no falta dentro de esta casa de locos es un poco de humor. Ahí está por ejemplo ‘Aibophobia’, que tras una maraña de distorsión simplemente ofrece una extraña lista de palíndromos (como su mismo título), o sobre todo ‘Couch Combover’, que está funcionando espontáneamente en Spotify. La razón seguro que es su accesible melodía próxima al blues cantada por Kiely como llorando, no tanto su letra sobre masturbarse en una sauna (o algo así). Aunque lo que termina de hacer esta canción cómica es la interpretación vocal del propio Kiery, quien más que nunca suena como el típico hombre loco que busca a toda costa mantener la compostura y la elegancia, por supuesto sin conseguirlo. Las frases absurdas tipo «llamé mamá a mi profesora, dio luz a una máquina de fax» siguen sucediéndose en este punto evocando a los mejores Xiu Xiu, mientras los muros de ruido y distorsión de la canción suenan como si el grupo intentara destrozarla antes incluso de haberla compuesto del todo.
Podría parecer con estas palabras que Girl Band buscan la destrucción… y sería cierto, pero también lo es que los irlandeses crean caos con la única intención de manejarlo como a ellos les apetezca. Esto es obvio en el arrollador single ‘Going Norway’, cuyas percusiones buscan volarte los sesos mientras Kiery va anunciando cosas absurdas tipo «mental zoo boy»; o en la mencionada ‘Prefab Castle. En esta canción, los irlandeses conjugan ese mismo caos con una segunda parte experimental en la que la distorsión de sus guitarras y las cacofonías de sus ambientaciones dan paso a un extraño ritmo bailable que suena como el payaso infiltrado en la casa de los horrores. Y en el mismo sentido, el momento de ‘Couch Combover’ en el que, una vez Kiery ha dejado de balbucear, el ruido de detrás de su voz se disipa para dar paso al mismo zumbido de la pista 1, es escalofriante. Es destacable también el modo en que Alan Duggan (guitarra), Daniel Fox (bajo) y Adam Faulkner (batería) manipulan la tensión y la distorsión en la épica ‘Salmon of Knowledge’ o la forma en que, después de construir una tensión tremenda, ‘Laggard’ explota solo al final y únicamente por unos segundos.
Y una vez llegados a la final ‘Ereignis’, que ata el álbum con un outro de menos de dos minutos que suena como una ebria reverencia, hay que elogiar al grupo por haber sido capaz de hacer que todas sus canciones suenen orgánicas cuando podrían resultar más bien efectistas. Sin embargo, está claro que Girl Band no buscan sonar atractivos para el gran público ni mucho menos cómodos. ‘The Talkies’ es un trabajo apestoso y terrorífico hecho por mentes retorcidas y por ello es igualmente fascinante.
Calificación: 8/10
Lo mejor: ‘Going Norway’, ‘Shoulderblade’, ‘Couch Combover’
Te gustará si te gusta: The Fall, Xiu Xiu, The Birthday Party
Escúchalo: Spotify