En los últimos tiempos, el Mercury parece haber optado por su propio Brexit. Si en sus inicios apostaron por cosas tan exportables al resto de Europa como Primal Scream, M People, Portishead o Suede, en los últimos años hemos visto cómo ganaban el premio Young Fathers, Benjamin Clementine, Skepta y Sampha, todos ellos con una aceptación muy limitada fuera de las islas. Con la salvedad el año pasado de Wolf Alice, el jurado está apostando firmemente por el rap británico, el neo-soul y el grime. Y se escapa totalmente a mi entendimiento, porque debería resultarnos más cercano que el rap americano por razones geográficas, culturales e incluso idiomáticas (se entiende mejor), pero por alguna razón los artistas de grime no tienen tanta aceptación en nuestro país como un A$AP Rocky.
Dave, el último ganador del Mercury Prize, no es exactamente un artista de grime, pero tiene algunos puntos en común con artistas como Stormzy en el modo de rapear y en el discurso. Sin embargo, el artista, de 21 años, también es pianista, como se encarga de demostrar aquí; y su primer álbum ‘Psychodrama’ coquetea con lo conceptual. El terapeuta de Dave aparece tratando a Dave en el primer tema ‘Psycho’ y lo volverá a hacer a lo largo de varios temas de la secuencia, ejerciendo casi de hilo conductor. ¿Cuáles son los problemas que el artista ha de tratarse? En primera instancia el abandono de su padre, después el encarcelamiento de sus dos hermanos (uno de ellos permanece en prisión por estar implicado en el asesinato de una menor en Victoria Station, Londres), y por último y en relación, su dificultad para relacionarse a causa de todo esto, o para lidiar con la fama. «No tengo ningún recuerdo de papá / todavía era un niño cuando me convertí en el hombre de la casa», dice en ‘Screwface Capital’.
En ocasiones, las producciones de Dave rezuman tanta «calle» como esta última canción o especialmente ‘Streatham’, cuyo nombre apela a su barrio en Londres, versando sobre sus dificultades para tener novia o adaptarse a la escuela. La grandeza del artista es que entre canciones más estándar en su género y menos sorprendentes como la propia ‘Streatham’, ‘Disaster’ con J Hus, o ‘Location’, todo un hit pero demasiado infectado por los sonidos y ambiciones comerciales de su colega Drake; y alguna curiosidad R&B inane como ‘Purple Heart’ o ‘Voices’, emergen varias sorpresas. ‘Black’ puede no ser una de sus canciones más populares pero sin duda es la canción más importante que Dave ha firmado de momento. Es su expresión sin tabúes ni autocensuras de lo que para él representa tener la piel «negra», y generó toda una ola de protestas al ser incorporada a las playlists de Radio One (BBC) por su carácter explícito (y no por las palabrotas). Su letra se mueve entre lo poético («el negro es bonito, el negro es excelente, el negro es dolor, el negro es alegría, el negro es evidente») y la realidad social («si muere un chico, cuanto más negro sea el asesino, más dulce será la noticia / si es blanco, dale una oportunidad, estará enfermo y confundido / si es negro, estará armado, apunta y dispara»).
Esta letra tan cruda ‘Black’ no es el típico escupitajo que nos habría cantado Stormzy, sino una escalofriante balada a piano cuya instrumentación subraya su clasicismo, como sucede con otros momentos muy emotivos del álbum, como ‘Environment’, en la que reflexiona sobre la industria musical; o ‘Psycho’. Ese ya mencionado tema con la apertura del terapeuta presenta un desarrollo fascinante en el hay que reparar: tiene una parte bailable, hipnótica… pero termina también a piano, representando así las dos caras de un desorden psicológico, de la euforia a las lágrimas.
‘Psychodrama’, eso sí, no es enteramente un disco autobiográfico sobre lo triste que ha sido su vida. El álbum acaba de manera significativa con un mensaje telefónico de su hermano, grabado desde la cárcel, en el que relata lo que sintió la primera vez que escuchó un tema suyo, lo alto que lo pinchó en prisión para que todo el mundo lo oyera, y lo orgulloso que está de él. Pero la pista capital en el álbum, de más de 11 minutos, ‘Lesley’, Dave se la dedica a una chica que conoce de vista en el tren y con la que comienza a hablar. Embarazada, sola y en última instancia maltratada por su pareja, esta protagonista nos mantiene con el corazón en un puño durante lo equivalente a 3 o 4 canciones de la era Spotify, convirtiéndose en un tema de empoderamiento para la mujer. Más cerca de las bandas sonoras, la orquestación a lo Craig Armstrong, y las inquietudes de Massive Attack o Tricky que del rap actual, su buena producción recalca las buenas cualidades de Dave como narrador.
Clasificación: 7,8/10
Lo mejor: ‘Black’, ‘Lesley’, ‘Psycho’, ‘Environment’
Te gustará si te gusta: Skepta, Stormzy, The Streets, Tricky
Escúchalo: Spotify