Visceral, apasionado y político, el asturiano Pablo und Destruktion se ha convertido en uno de los nombres fundamentales del underground nacional. Le avalan sus discos ‘Sangrín‘, ‘Vigorexia emocional‘ y ‘Predación‘; y canciones como ‘Limonov, desde Asturias al infierno’, ‘A veces la vida es hermosa’ o ‘Puro y ligero’; pero también sus controvertidas entrevistas, sus columnas de opinión y una lista de títulos tan ilustrativos en su discografía como ‘Un salario social’, ‘Conquistarías Europa’, ‘Ganas de arder’ o ‘Pierde los dientes España’. En su última entrevista con JENESAISPOP, el artista habla con hondura, y no a través de 140 caracteres, del fin del capitalismo, del crecimiento económico de China, de lo predecible que era el auge de VOX como reacción a ciertas políticas, y de la decadencia de la sociedad.
Una decadencia que ya plasmó en su anterior álbum ‘Predación’ (2017) y que ‘Futuros valores’ continúa retratando, como es visible en ‘La reyna’, en la que se busca a la líder «que unificará mi país», a alguien “capaz de devolvernos la esperanza, el descanso y la gratitud”. “Estoy dispuesto a hacer cualquier sacrificio por ti y por no seguir viendo a mi país cada vez más hundido”, indica en esta pista, dos canciones después de que en ‘Viva la gente’ también se revuelva contra la crispación: “qué pena me dio ver a buenos amigos en la calle pidiendo venganza a gritos”.
Eso sí, esta vez ha querido dejar cierto halo de esperanza a su desenlace. Pablo und Destruktion, que tanto ha cantado al amor porque el amor va de «relaciones antieconómicas, en las que no opera el mercado», lo vuelve a hacer aquí a mitad del álbum en ‘Gracias’ (“en el mundo hay muchas caras, pero yo solo busco la de mi amorín”) y sobre todo en la pista final, ‘Bastante’, en la que, pese a lo sombrío del sonido, proclama: «nunca he tenido dentro de mí tanto amor, tanta alegría». Cuesta creerlo por el tono, pero el artista aclara que tras esta época de degeneración solo pueda caber la esperanza.
«El hecho de perder esperanza paradójicamente me hace tener esperanza en lo siguiente» es una frase clave para entender ese fin, como lo es en el texto promocional «el apocalipsis ha terminado, ¡no podía durar eternamente!»; si bien por el camino ‘Futuros valores’ también tiene tiempo de cuestionar la vigencia de «valores» como la defensa del amor romántico (‘El cortejo’), la enseñanza educativa en detrimento de las críticas al paternalismo (‘Soy profesor’) o el punk y las modas (‘Credo paisano’). En ese sentido, Pablo und Destruktion «ya no cree en la locura ni tampoco en la distorsión» y, al tiempo que bromea, sobre si «por fin se ha hecho mayor», entrega un disco muy austero, casero, bastante acústico y minimalista, que ha hecho prácticamente por sí mismo. La batería de ‘El cortejo’ y las guitarras de ‘Credo paisano’, por poner dos ejemplos, no pueden sonar más a directo.
La jugada le ha salido redonda en ‘Gijón’, desde el día de su salida, uno de sus grandes clásicos. Una canción que puede traspasar generaciones recorriendo la historia de la ciudad, del artista asesinado y transformista Rambal, y de las libertades (“eso era libertad, lo de ahora aburrimiento”), gracias a su vehemente crescendo. El resto del álbum, en cambio, es más plano, con apenas algo de virguería ambient emergiendo en ‘Viva la gente’ y unos coros intensos que se repiten sin demasiada imaginación como recurso en ‘Credo paisano’ y ‘Gracias’. Esclavo, casi prisionero, de su mensaje, siempre fascinante e interesante venga lo que venga, Pablo und Destruktion ha huido demasiado de «tratar de conmover para conmover», haciendo que la intensa ‘Problemas’ sea más un «highlight» en la secuencia que la línea general del disco.
Calificación: 6,8/10
Lo mejor: ‘Gijón’, ‘Problemas’, ‘El cortejo’
Te gustará si te gusta: Nacho Vegas, Violeta Parras, Cecilia, Nick Drake
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